Cuando la maleza no deja ver el arte
El artista Ramón Aymerich pide al Ayuntamiento que 'rescate' una de sus obras que ha quedado oculta bajo un palmeral
A sus 76 años, el pintor y escultor madrileño Ramón Aymerich puede presumir de tener un nutrido curriculum con una extensa producción artística que le ... ha llevado a recorrer buena parte del mundo y con obras que a día de hoy son todo un símbolo (como la estatua en bronce que en el año 1993 se colocó en el exterior de la Plaza de Toros de Las Ventas en recuerdo al torero Luis Miguel Dominguín, o el premio TP de Oro que entrega la popular revista a los mejores de la televisión). Ha expuesto en Nueva York, en China y en casi todos los rincones de España, pero finalmente fue Marbella el destino que le cautivó hace décadas y se convirtió en su hogar. Es precisamente en esta ciudad en la que una de sus obras escultóricas protagoniza una esperpéntica situación que ha llevado al artista a hacer pública una reivindicación que, asegura, lleva tiempo sin ser oída por la Administración local.
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'Mujer reclinada mirando al mar' no puede precisamente ver el Mediterráneo. Se lo impide la masa vegetal que en torno a ella ha ido creciendo en la zona en la que lleva colocada desde hace años, en un palmeral ubicado en una isleta entre las calles Nuestra Señora de Gracia y Nuestra Señora del Pilar, detrás del Faro. «No entiendo que se mantenga en este estado. No pido que se corte ni se tale nada. Sólo que la escultura se vea», explica a SUR el autor, quien dice haber trasladado «en varias ocasiones» al Ayuntamiento de Marbella «con este equipo de gobierno y con el anterior» una petición para que se cambie la ubicación de esta escultura en bronce pulido de dos por un metro que representa la imagen de una mujer tumbada al sol.
«Es una escultura elegante, de línea, que no puede tener nada detrás porque pierde esa línea», asegura Aymerich.
No le falta razón, y para poder encontrar la escultura es necesario buscar entre la maleza crecida para dar con ella.
Esta escultura, que data de la década de los años 80 del pasado siglo, fue, en versión reducida, el símbolo institucional de la VII Bienal Internacional de Arte de Marbella en el año 1983.
Aymerich recuerda que se la vendió al Banco Popular, que a su vez se la regaló a la ciudad siendo alcalde el socialista Alfonso Cañas. Entonces, explica el artista, también existió controversia sobre la ubicación que habría de darse a esta obra. «La idea inicial era colocarla en la Plaza África, con la farola tan espectacular que hay; luego se pensó que en trasladarla a la Plaza de los Naranjos para sustituir la imagen de Franco y ahí el tema se politizó hasta que se colocó provisionalmente en el callejón que une la Plaza África con la Alameda». Allí estuvo hasta que con Jesús Gil en la Alcaldía, acabó en su emplazamiento actual.
El concejal de Parques y Jardines, Javier García, dijo ayer desconocer la situación de esta escultura y anuncia que se pondrá solución para que vuelva a ser visible.
El artista Ramón Aymerich aboga por «mover sólo unos metros» la figura para evitar que el problema se repita cada vez que crezca el palmeral, o buscarle otra ubicación.
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