La grabación de 'Super Shore' no es bien recibida en Marbella
El 'reality' de Marbella centrado en el sexo y las borracheras aviva la protestas de los vecinos
Héctor Barbotta
Domingo, 7 de agosto 2016, 01:42
Los echaron de Ibiza y de Mallorca, donde no los dejaron rodar en la vía pública, y este verano han aterrizado en Marbella, donde posiblemente ... para evitar una negativa se han ahorrado el trámite de pedir permiso. Sin embargo, el programa Super Shore, que emite la cadena MTV, está dejando su huella en la ciudad y no es precisamente grata.
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El reality, versión en español de una serie británica emitida con éxito por la misma cadena, ya ha pasado por distintos destinos turísticos del mundo con el mismo formato: un grupo de participantes jóvenes convive en una casa donde comparten juergas, borracheras y sexo. Los problemas de convivencia entre los participantes, que destacan más por sus cuerpos esculturales que por sus reflexiones y sus dotes relativas al intelecto, forman parte del guión. Las cámaras lo registran todo.
Después de que la productora, Magnolia TV, recibiera un no por respuesta de la concesionaria de Puerto Banús tras pedir permiso para rodar en el interior del recinto, el Ayuntamiento de Marbella advirtió a través de un comunicado que para realizar rodajes en la vía pública es necesario una autorización que no se había solicitado y que en todo caso la productora no iba a obtener porque el programa, según el Consistorio, degrada la imagen de la ciudad y no se corresponde con el modelo de turismo que se quiere promover. El Ayuntamiento no quiere que el nombre de la ciudad se relacione con un programa de este tenor.
Pero aunque el permiso no llegó a pedirse, el rodaje sí se está realizando. Según el Ayuntamiento, la Policía Local está advertida para evitar grabaciones clandestinas en la vía pública. El epicentro del programa está en una vivienda de Marbella Hill, una urbanización de lujo situada en Sierra Blanca, cuyos vecinos han puesto en grito en el cielo.
En ese caso, el disgusto no es por el contenido del programa y el perjuicio para la imagen de la ciudad, sino por las molestias que causa y por las horas intempestivas de la producción. La casa convertida en improvisado estudio, que ha sido alquilada por la productora, es una más dentro de la urbanización, aunque su utilización con esos fines ha obligado a colgar cables, instalar un generador eléctrico alimentado por combustible diésel y hasta a instalar baños químicos en el jardín, según aseguran los vecinos, tras el atoro de las canalizaciones por la gran cantidad de personas que convive en la vivienda. Los focos, según pudo comprobar este periódico, permanecen encendidos durante gran parte de la noche.
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Las grabaciones suelen comenzar después de la una de la madrugada, cuando los protagonistas vuelven de marcha y dan rienda suelta a sus pasiones seguidos por la cámara con su correspondiente iluminación. A través de un megáfono los participantes reciben las instrucciones sin que se repare ni en volumen ni en horarios.
A este periódico le constan dos denuncias, una interpuesta ante la Policía Local y otra en la comisaría de la Policía Nacional. En la primera, presentada el 30 de julio, se da cuenta de los ruidos a altas horas de la madrugada, la utilización de megafonía, el vocabulario soez de los participantes, la iluminación excesiva durante toda la noche y hasta la utilización de drones e incluso de un helicóptero que invaden la privacidad de losvecinos.
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La segunda denuncia fue por un asunto más grave. Fue interpuesta el pasado 3 de agosto y aseguraba que dos personas al parecer miembros de la productora grabaron con sus cámaras a dos vecinos menores de edad, un chico y una chica, cuando se encontraban en la puerta de la vivienda de una de ellas.
Los vecinos anuncian que iniciarán acciones legales contra el propietario de la vivienda y contra la productora, pero reclaman también al Ayuntamiento que actúe de oficio.
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