Shoja Shojai declaró tras ser detenido que todo era un complot de las chicas.

Piden 12 años de cárcel por maltrato para el hombre que convivía con 11 mujeres en Marbella

La fiscal dice que tuvo una actitud de «dominación, sometimiento y adiestramiento» hacia las víctimas, «obligándolas a prácticas sexuales no deseadas»

Juan Cano

Lunes, 25 de abril 2016, 01:50

Se presentaba como el perfecto hombre de negocios, un gentleman iraní de 50 años que, según decía, se dedicaba al negocio del petróleo. Pese a ... la diferencia de edad, Shoja Shojai tenía ese aire sofisticado que ellas, dicen, no encontraban en los chicos de su edad. Sus supuestas víctimas, la mayoría universitarias veinteañeras y muy atractivas, abandonaron sus estudios en Londres o España para seguirlo hasta la casa Saf, una espectacular mansión en la urbanización marbellí de Balcones de Sierra Blanca. Allí, afirman, se iban dando cuenta de que no eran la única, sino una más.

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El espejismo de aquel hombre «educado, romántico y seductor» se esfumó con la convivencia y una de sus parejas dio el paso de denunciarlo. Cuando la policía acudió a la casa Saf el 27 de marzo de 2014, encontró a otras nueve chicas ellas aseguraban que había otra más, pero que ya se había marchado en lo que, según las víctimas, venía a ser un harén forjado en el miedo. En la mansión habían llegado a convivir 11 mujeres que tuvieron siete hijos con él.

Sólo cinco de ellas han llegado al final del tortuoso camino judicial que emprendieron, ya que al resto se les perdió la pista en casas de acogida o volvieron a sus países de origen. Sus testimonios llevarán a Shoja al banquillo de los acusados, donde se enfrentará a los 12 años y tres meses de cárcel que pide para él la Fiscalía de Violencia a la Mujer de Málaga.

El escrito de acusación, coordinado y dirigido por Flor de Torres, con la colaboración del fiscal de enlace de Marbella y la Fiscalía de Sala de Violencia de Madrid, destaca que mantuvo una relación «simultánea» con varias mujeres, «a las que conoció en Londres o en España, las cortejó y, ganada su confianza, trasladó con su consentimiento a Marbella».

La Fiscalía describe sucintamente cómo funcionaba el supuesto harén: «Respecto a todas ellas, el acusado mantuvo durante su relación en España una actitud de dominación, sometimiento y adiestramiento, obligándolas a importantes limitaciones económicas, a prácticas sexuales no deseadas, a tomar sin prescripción médica anticonceptivos orales o la pastilla del día después, antibióticos y otras sustancias relajantes y a ver películas violentas delante de sus hijos menores». La situación llegaba al punto de que «debían mantenerse siempre sonrientes en reuniones sociales, no hablar, no llorar ni mostrar emociones».

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El Ministerio Público cita a cinco de estas mujeres, con las que Shoja tuvo cuatro hijos. El mayor, de ocho años, y la menor, de dos, son de su esposa, una mujer danesa a la que conoció en Marbella cuando ella tenía 26 años, quien vivía en la misma mansión de Marbella, aunque en una estancia separada de las demás chicas.

La Fiscalía pide para Shoja Shojai la pena de 23 meses de prisión por cada uno de los cinco supuestos delitos de maltrato habitual, a los que hay que sumar un total de 22 meses por sendos delitos de lesiones a la mujer que lo denunció y al hijo que tienen en común, y 11 meses más por un episodio concreto de maltrato a su esposa. El Ministerio Público solicita además órdenes de alejamiento de 500 metros respecto a las víctimas, prohibición de comunicación durante cuatro años, periodo en el que tampoco podrá tener armas. También pide que se le inhabilite para el ejercicio de la patria potestad durante tres años y un día respecto a los cuatro hijos que tuvo con ellas. Además, la Fiscalía pide una indemnización de 20.000 euros por daño moral para cada una de las cinco mujeres, que sufren un trastorno por estrés postraumático que está requiriendo un tratamiento médico-psicológico especializado.

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Episodios violentos

El escrito de acusación recoge algunos de los supuestos episodios violentos que sufrieron las jóvenes. Según las conclusiones provisionales de la fiscal, el 26 de marzo de 2014, Shoja agarró al hijo de una de ellas de una pierna, «lo sacó de una cama, lo arrastró y lo llevó a otra habitación». A continuación, sujetó a la madre, «empujándola contra la pared, y le dio una patada en un muslo», en presencia del niño. Aquella supuesta agresión motivó la denuncia por la que fue detenido.

Shoja Shojai, por el contrario, sostuvo en todo momento que la verdadera víctima era él y que la denuncia formaba parte de un complot de las mujeres, lideradas por su esposa y por la joven que destapó el caso, para apropiarse de sus pertenencias.

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