Julián Muñoz en una vista.

Julián Muñoz denuncia que se siente «secuestrado» en la prisión

El exalcalde de Marbella asegura que tenía hecha la maleta porque un funcionario le dijo que iba a salir el jueves y pide que se le aplique el tercer grado concedido por la Audiencia

Juan Cano

Lunes, 21 de marzo 2016, 01:45

Lo tenía todo preparado. Hizo el petate con la ropa, recogió la tele, la radio y las carpetas que le han acompañado en estos años ... de trena, y repartió entre los compañeros la comida que había comprado en el economato. Incluso gastó las cuatro llamadas que le quedaban de las nueve semanales de cinco minutos cada una a las que tiene derecho. Se maqueó y, a las cuatro y media de la tarde, como asegura que le dijo un funcionario, enfiló el camino a uno de los locutorios donde los presos se reúnen con sus abogados. Julián Muñoz empezaba a acariciar la libertad, esa por la que lleva peleando desde agosto, con ayuda del letrado Antonio José García Cabrera, para que la Justicia reconozca su enfermedad «grave e incurable».

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En el locutorio no entró el hombre derrotado que asiste a los juicios. Se afeitó, se repeinó como antaño y se vistió para la ocasión: pantalón de pana, abrigo verde y bufanda de rayas multicolor. «Tenía una mirada escrutadora», recuerda García Cabrera. Como si intentara buscar en el rostro de su abogado la respuesta a la desazón que le corroe por dentro. ¿Cuándo? «Julián, hoy no vas a salir», le espetó sin rodeos el letrado. «¿Cómo va a ser eso?», repitió varias veces, elevando el tono, antes de sentenciar, al borde de la rebeldía: «Yo salgo de aquí esta tarde».

Pero Julián Muñoz no iba a salir esa tarde. Ni esa, ni la del día siguiente, ni la del sábado, ni la de ayer. Y no hay fecha prevista. De momento, sigue recluido en la celda 38 del módulo 5, esperando noticias del juez de Vigilancia Penitenciaria, que tiene en sus manos la decisión de concederle la libertad condicional, y de la junta de tratamiento de la prisión de Alhaurín de la Torre, que se reúne mañana, a la que ha dirigido un escrito en el que denuncia sentirse «secuestrado».

El documento, al que ha tenido acceso SUR, está compuesto de dos páginas. La primera la redactaron entre él y su abogado. La segunda la escribió Muñoz de su puño y letra, en caliente, mientras García Cabrera se dirigía al despacho del director de la cárcel para entregar unos papeles. El exalcalde pide la «inmediata aplicación» de los beneficios propios del tercer grado que le ha concedido la Audiencia y la convocatoria de una junta de tratamiento extraordinaria para que se le deje salir los fines de semana y se le concedan permisos ordinarios. También solicita que lo pongan a disposición del Centro de Inserción Social (CIS) de Algeciras.

El escrito, a medida que avanza, se vuelve más una queja amarga que una petición. «Soy persona. No tengo fuerzas ni ánimo. Es inhumano, degradante y denigrante. Me siento secuestrado en contra de unas resoluciones judiciales firmes». Muñoz hace responsable a la prisión del «riesgo evidente» para su vida y el «estado patético» en el que se encuentra. «Han pasado seis días desde la concesión lo escribió el jueves y no se ha ejecutado por parte del centro penitenciario el mandato judicial de progresión a tercer grado por aplicación del artículo 104.4».

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Muñoz asegura en el escrito que los funcionarios le notificaron a las 13.00 horas que estuviera preparado, porque iba a salir esa misma tarde, a las 16.30 horas. Pero, ¿por qué no ha abandonado aún la cárcel? La clave está en el auto de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga, que acabó desestimando el recurso de la Fiscalía contra la decisión del Juez de Vigilancia Penitenciaria de concederle el tercer grado en agosto del año pasado.

El magistrado que actuó de ponente tuvo la oportunidad de ver en primera persona cómo está Muñoz durante el juicio del caso Pinillo y la Sala ordenó, en una resolución firme notificada el día 11, la progresión del exregidor al tercer grado por «enfermedad grave e incurable». Eso implica, en la praxis penitenciaria, salir en la libertad condicional, como recoge el reglamento al referirse a supuestos como el de Muñoz: «Penados clasificados en tercer grado de tratamiento y que podrían permanecer en medio ordinario hasta la libertad condicional (que se presume próxima)».

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El jueves, a primera hora de la mañana, la prisión de Alhaurín de la Torre envió al juez de Vigilancia Penitenciaria la propuesta de libertad condicional para un Julián Muñoz que ya empezaba a hacer las maletas. Sin embargo, tanto el magistrado como la fiscal han optado por estudiar el caso y han pedido más informes médicos a la prisión, así como una nueva pericial forense para valorar de nuevo su estado.

Fuentes del Ministerio Público explicaron que, antes de tomar una decisión, quieren examinar con detenimiento el expediente por su complejidad médica, «sin olvidar la lejanía de la fecha de cumplimiento de las condenas». Desde la Fiscalía matizaron que existen precedentes «muy excepcionales» donde a un recluso que ha obtenido el tercer grado por razones humanitarias no se le ha concedido inmediatamente después la libertad condicional.

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El abogado de Muñoz considera que la pelota está ahora en el tejado de Instituciones Penitenciarias, que a su juicio tendría que aplicar directamente el tercer grado concedido en resolución firme por la Audiencia Provincial mientras el juez decide sobre la libertad condicional. «No es posible ni humana ni jurídicamente retrasar más su salida en semilibertad, sobre todo teniendo en cuenta que el tercer grado que ahora se ha confirmado fue concedido en agosto de 2015», afirma García Cabrera, quien añade: «¿Qué pasa si ahora, mientras deciden sobre lo que ya resolvió la Sala, le sucede algo a Julián? ¿Quién es el responsable?».

Fuentes penitenciarias aclararon que el auto de la Audiencia ya se está ejecutando y que precisamente por eso se elevó al juez de Vigilancia una propuesta favorable para que se le dé la libertad condicional, «como siempre se hace cuando se concede un tercer grado por razones humanitarias, tal y como recoge el artículo 91 del Código Penal». Las citadas fuentes consideran que la prisión debe esperar ahora a que el juez resuelva sobre esta propuesta, aunque también debe abordar cualquier petición del recluso donde corresponde, que es en la junta de tratamiento. Y a Muñoz, mientras tanto, sólo le queda esperar en la celda 38 del módulo 5.

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