Vinos blancos, aromas y sabores muy versátiles

Cuando observamos un blanco, vemos una gama de colores que abarca desde el amarillo más pálido hasta otros con tonos anaranjados, incluso en algunos casos podemos ver vinos hechos con uvas blancas que tienen un color caoba intenso, como muchos generosos andaluces y nuestros dulces malagueños.

Como con los vinos tintos, los blancos se diferencian entre sí por las variedades de uva utilizadas, niveles de azúcar, técnicas de crianza... Se puede decir a grandes rasgos que los blancos tienen cuatro categorías: jóvenes secos, secos con crianza, semisecos y dulces. En estas categorías se demuestra la riqueza y complejidad de los vinos blancos ofreciendo a quien los toma una experiencia enológica variada y muy interesante perfecta para elegir el maridaje adecuado.