Plato de pitiflanes en El Cruce, en la entrada de Ardales

Pitiflanes: las lagrimitas que inventó un bar mítico de Ardales y que hoy está en casi todos sus bares y restaurantes

Esta fritura de carne, que se ha convertido en los últimos años en un emblema gastronómico de este pueblo, guarda relación con el humorista Bigote Arrocet

Domingo, 25 de mayo 2025, 00:29

Su nombre llama la atención, aunque su forma resulte familiar. «Son lagrimitas», dicen muchos comensales al verlos por primera vez. Sí, pero son de cerdo. ... O, al menos, es la carne más usada para elaborarlos en Ardales, un pueblo con una larga tradición en la elaboración de embutidos y chacinas. Los pitiflanes, eso sí, hay quien los elabora allí con pollo o incluso con pavo.

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El origen de esta fritura de carne hay que buscarla en uno de esos bares míticos del que todavía suenan ecos gastronómicos, El Casino, que estaba situada en la plaza principal de Ardales. En concreto, era una de las tres elaboraciones que ofrecían en el desaparecido bar, Las otras dos eran los huevos a la bechamel y los pimientos del piquillo rellenos.

El bautizo de esta receta guarda relación con el humorista Bigote Arrocet, quien en los años ochenta se hizo famoso por su 'piticlín, piticlín' -cada vez que marcaba el teléfono en sus apariciones-, en el célebre concurso 'Un, Dos, Tres». Aquella muletilla era tan pegadiza en aquella época que en El Casino decidieron inspirarse en ella para ponerle nombre a aquella fritura de carne. Así lo explica José Luis Villalba, propietario de la cafetería y heladería Joe's, situada también en la misma plaza donde estuvo aquel bar. Hay que tener en cuenta que en aquella época, lo de lagrimita no estaba tan difundido en Andalucía.

La receta original era con lomo cerdo, ya que el consumo de pollo no estaba tan extendido. Además, Ardales es conocida desde hace siglos por su tradición de carnicería y charcutería. Eso sí, hay que elegir bien el corte de carne para que al freírlo quede jugoso. En el restaurante El Cruce, situado en la entrada del pueblo, lo tienen claro y lo hacen con lomo de cerdo, que maceran previamente en leche «para que quede más jugoso». Así lo explica Antonio Millán, , propietario de este restaurante familiar, fundado por su padre en 1989. En cualquier caso, es también importante que la carne se aliñe, al gusto, para que quede aún más sabroso el pitiflán.

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Además de poder comerlos allí, también se pueden encontrar pitiflanes en otros bares y restaurantes, aunque, la mayoría, eso sí, lo hacen con pollo. Entre ellos, está uno de los establecimientos con más solera del pueblo, Millán, quien fuera precisamente vecino de El Casino. Allí no recuerdan el momento exacto en el que se introdujeron en su cocina con ese llamativo nombre. «Eso es sólo de este pueblo», recuerda un camarero, pero sabe que lleva allí más de cuatro décadas. Esa denominación hace que sean muchos los visitantes que pregunten qué son los pitiflanes.

Otros establecimientos de restauración donde pueden pedirse habitualmente los pitiflanes son Alternativa 2.0, la Guinda, El Mellizo o la Cuestecita, entre otros. A ellos hay que unir otros situados en el entorno de El Chorro o incluso en otros pueblos vecinos, como es el caso de Teba, donde es muy habitual también encontrarlos en las cartas de sus restaurantes.

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Pitiflanes de la carnicería Margarita en el supermercado La Mineta.

Listos para cocinar

Existe la opción de comprarlos en el propio pueblo para cocinarlos en casa. Así, quien los prefiera con cerdo puede adquirirlos en la carnicería Margarita, donde lo hacen también con el lomo. También tienen la opción de los que están hechos con pollo. Hoy se pueden adquirir directamente allí o en otros establecimientos que se los comercializan, como el supermercado La Mineta. También se hacen pitiflanes tanto en la carnicería El Cuartel como en Las Niñas de Juan El Porra, un establecimiento de cocina preparada situada en uno de los extremos del casco urbano de Ardales.

Otra alternativa diferente es la que hacen en otra de las carnicerías con más solera del municipio, la de Estrella, regentada por Juanita Ortega. Allí, cortan los trozos de carne y los aliñan, pero ni le echan huevo ni los empanan para que sean los clientes quienes los hagan. De este modo, son una alternativa para los celíacos o los que tengan intolerancia al huevo.

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Igualmente, también se pueden comprar listos para freír, ya empanados, en otros pueblos cercanos, como son Campillos y Teba, donde hoy sus vecinos tampoco se extrañan al ver la denominación de pitiflanes.

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