Las papas aliñás que quisieron ser ensaladilla y se deben comer en Marbella
Enea, la nueva casa de comidas que ha abierto en Marbella con el sello de Back, sirve un plato digno de los mejores paladares
Asegura David Olivas que es un plato fallido, pero !bendito fallo! A medio camino entre la popular ensaladilla rusa y las papás aliñás que se ... toman en Sevilla, el híbrido que elaboran en Enea, en Marbella, es una obra de arte culinario digno de los mejores paladares.
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La base del plato, como no puede ser de otra forma, es la patata, cortada a cuchillo y servida a temperatura ambiente (guerra total a todos esos negocios que la ponen helada). Ellos la acompañan de una mayonesa muy cítrica, un poco de zanahoria cocida, encurtidos y cebolleta holandesa. En la base colocan un jugo de aceitunas y lo coronan con generosos trozos de cangrejo azul.
Enea Casa de Comidas
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Dirección C. San Lázaro, Marbella
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Contacto eneacasadecomidas.com
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Precio del plato 13 euros
La receta -confiesa su propio creador- nació en la cocina de Back, su hermano mayor, como unas tradicionales papas aliñás con cebolla y aceite y coronadas con el cangrejo azul, pero ha evolucionado hacia esta delicia de ensaladilla híbrida. «A la gente le está gustando mucho y estamos muy satisfechos por el plato», reconoce. Y no es para menos.
El plato es uno de los más demandados en esta nueva casa de comidas que ha abierto en el centro de Marbella bajo la dirección de Fabián Villar y el propio David Olivas (Back, una estrella Michelín). Se trata de establecimiento de estética andaluza ubicado en la calle San Lorenzo y en donde lo mismo se puede tapear unas excelentes gildas que deleitarse con un más contundente codillo ibérico servido al estilo vietnamita.
Pero volvamos a la receta que nos reúne: David utiliza patatas viejas, las mismas que se utilizan para suflé, y las cuece con piel para después pelarlas y cortarlas a cuchillo. «En ningún momento entran en el frigorífico» (primer de los secretos confesables). A continuación las baña con una mayonesa subida de cítrico y coloca sobre una especie de crema de aceitunas que hace triturando las de sabor a anchoa.
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Pese a su aparente sencillez, es un plato con gran complejidad y en donde cada uno de los sabores aportan su toque: la crema de aceituna le da cremosidad, las cebollas encurtidas acidez y la cebolleta holandesa frescor. Sin duda un plato de esos por los que merece la pena coger el coche y hacer unos cuantos kilómetros.
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