Principio de precaución

Gabriel Olveira Fuster

Domingo, 11 de septiembre 2016, 17:41

Recientemente se ha publicado un estudio en Estados Unidos en el que se evaluaban los hábitos dietéticos de casi 9000 sujetos, a la vez que ... les medían los niveles de unos productos químicos considerados contaminantes ambientales con riesgo para la salud: los ftalatos.

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En el estudio se comprobó que las personas que comían gran cantidad de comida rápida tenían niveles de ftalatos en orina mucho más altos que los que no la tomaban.

Los ftalatos son compuestos químicos empleados en la industria del plástico para darles más flexibilidad. Además, el grupo del investigador español Nicolás Olea, había demostrado, hacía ya unos años, que los papeles y cartones reciclados, que se utilizan como envases alimentarios de la comida rápida, como pizzas y hamburguesas, contenían pftalatos así como Bisfenol- A (otro contaminante muy extendido). El contacto de los alimentos calientes y grasos con estos materiales permite la contaminación de los mismos pasando a la cadena alimentaria e introduciéndose en nuestro organismo. Otras posibles fuentes de pftalatos y bisfenol en estos alimentos pueden ser los guantes con los que se manipulan los alimentos o incluso la maquinaria con la que se procesan en su fabricación (algunos componentes están hechos de plásticos).

Se produzca como se produzca la contaminación, parece claro que los sujetos que comen con frecuencia comida basura tienen mayor cantidad de estos compuestos. Esto añadido a su baja calidad nutricional supondría una razón más para limitar su consumo a días ocasionales.

Los ftalatos y el bisfenol son compuestos capaces de provocar alteraciones hormonales en el organismo (se les llama disruptores endocrinos) y se asocian a enfermedades como infertilidad masculina, alteraciones en la reglas, endometriosis, trastornos del comportamieno y otros. Por desgracia, se encuentran frecuentemente en numerosos plásticos y cosméticos.

Aunque las autoridades sanitarias nos advierten que las concentraciones que se observan en los materiales no alcanzan niveles tóxicos, nos parece oportuno reclamar el principio de precaución para limitar la exposición a los diferentes contaminantes, entre otras cosas, por que no se conoce qué puede pasar al combinar varios a la vez. Así, por un lado, se debe progresar en la legislación para limitar o reducir su empleo durante la fabricación de los materiales y, por otro, potenciar la elección de los consumidores al añadir en el etiquetado de los productos que estén libres de . Elegir alimentos saludables es, además, una oportunidad de reducir el riesgo.

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