La Antigua Casa de Guardia es una de las paradas obligadas en la Alameda Principal.

Guía de bares y restaurantes donde comer, almorzar o tapear durante la Semana Santa de Málaga 2015

Estos días son una buena excusa para disfrutar de la gastronomía local. Aquí destacamos algunas de las paradas obligadas si está de vacaciones o necesita hacer un alto en el camino si disfruta de los desfiles procesionales

Marina Martínez

Sábado, 28 de marzo 2015, 20:37

Ya sí. La Semana Santa está aquí. Son muchos los que la esperan de año en año. Unos para tomarse unas vacaciones y otros para ... expresar su devoción en la calle. Sea cual sea el caso, Málaga ofrece multitud de opciones en lo que a mesa y mantel se refiere. ¿Que usted está disfrutando de unos días de descanso en la provincia? Pues tiene la oportunidad de conocer el patrimonio gastronómico de muchos pueblos aprovechando celebraciones tradicionales como el Paso de Riogordo, la Semana Chiquita de Arriate, la Pasión de Casarabonela o la Despedía de Álora. O, si es más de alta cocina, puede hacer una escapada a cualquiera de los restaurantes con estrella Michelin de la provincia: José Carlos García en la capital, y Dani García, El Lago y Skina, en Marbella. Y sin estrella, tampoco hay que olvidar el marbellí Messina ni el fuengiroleño Los Marinos José, seleccionados este año entre los cien mejores restaurantes de España por Madrid Fusión. Una cita gastronómica en la que también fue protagonista Diego Gallegos. Coronado como cocinero revelación, el brasileño afincado en Benalmádena acaba de mudarse a la Reserva del Higuerón en un nuevo Sollo donde el esturión en todas sus formas sigue siendo el protagonista. Otra alternativa de cocina de autor muy a tener en cuenta.

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Pero si usted busca vivir la Semana Santa a pie de calle, no lo dude, la capital malagueña dispone de un sinfín de rincones en los que hacer una parada técnica en las largas jornadas cofrades. Para quienes prefieran empezar pronto y adelantarse a los desfiles procesionales con un almuerzo típico, una buena opción es Pedregalejo, barrio en que el pescaíto frito es el rey. Y parece que el buen tiempo acompañará para degustarlo junto a la playa. El Lirio, El Cabra, o Miguelito El Cariñoso no son mala elección, aunque prácticamente todas son buenas a este lado de ciudad. Aquí es ineludible probar los típicos espetos malagueños.

Si prefiere no alejarse mucho del Centro, a un paso, tampoco conviene descartar el Muelle Uno. Allí hay para todos los gustos: desde cocina japonesa a italiana y andaluza, pasando por el clásico pescaíto frito o el mencionado José Carlos García, que además, hasta el 6 de abril, retoma su cocina más informal a precio económico en forma de tapas conocidas como Pellizquitos. Esta vez, además, con guisos tradicionales. Una propuesta que agradecerá más de uno antes de empezar a callejear por el casco histórico.

Aunque si no quiere que se le haga tarde para no perderse un detalle de los tronos, el entorno de una calle tan emblemática para la Semana Santa como es Larios, también ofrece un buen menú. Desde las tapas de toda la vida y las carnes a la parrilla de Lo Güeno (Marín García, 12) al bacalao de El Trillo (Don Juan Díaz, 4) o La Cepa (Strachan, 12), el picoteo variado de La Barra (Bolsa, 9), La Cocotte (Strachan, 6) o Gorki (Strachan, 6) -muy popular por sus baguettes para compartir-, la extensa carta de tapeo al estilo vasco de La Taberna del Pintxo (Alarcón Luján, 12), el pescaíto frito de La Cueva de 1900 (Antonio Baena Gómez, 2) o las tortillitas de camarones y el bacalao con jibia de El Chinitas (Moreno Monroy, 4-6), un clásico entre los clásicos. Apenas a unos metros, en la calle Sánchez Pastor, nos encontramos otro suculento despliegue gastronómico. Entre ellos, La Reserva del Pastor o Taberna El Embrujo.

Muy cerca, la esencia del tapeo de barra con más solera de la capital se puede respirar en La Farola de Orellana (antiguo Orellana). Un buen lugar en el que repostar cuando el hambre aprieta. Aunque no es la única opción en esa calle. En la zona de Moreno Monroy también se puede degustar buen picoteo de la mano de Wendy Gamba y KGB (en la esquina con calle Fresca), donde destacan platos como el flamenquín o las croquetas con la firma del estrella Michelin cordobés Kisko García. En esta línea, dentro de la cocina creativa, muy recomendables son también Vino Mío, junto al Teatro Cervantes, y Croma, en la calle Salinas. Sin menospreciar los fideos negros tostados o la hamburguesita de ternera y foie de Uvedoble ni los platos de cuchara o, aviso a los golosos, la maceta de chocolate, avellana, mascarpone y frambuesas de Souvi Tapería. Estos últimos si necesita hacer parada técnica en la calle Císter, otra de las vías cofrades por antonomasia, con la Catedral como atalaya.

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Precisamente, a unos pasos, en la calle Cañón, el Rincón Catedral es una buena elección para quien busque cocina casera. Sin olvidar el Refectorium Catedral (Postigo de los Abades, 4), cuya ensaladilla rusa está considerada de las mejores de Málaga. Como la de La Cosmopolita. Ubicada en la calle José Denis Belgrano -junto a la calle Granada, otro de los rincones de paso de buena parte de los desfiles-, ofrece tanto tapeo como guisos de cocina casera muy recomendables.

Algo que también es posible encontrar en el Mesón Mariano (Granados, 2), de donde no se puede ir sin probar su gazpachuelo; o en el Mesón Antonio (Fernando Lesseps, 7) y La Buena Mano (Calderón de la Barca). Sin olvidar Alea, en la calle Fajardo, tradición con un toque de vanguardia. La Mar de Bueno (Panaderos), El Templo del Vino (Sebastián Souvirón, 11) o el Rincón del Queso (Atarazanas, 11) son también opciones a tener en cuenta, sobre todo para quien busca algo rápido. Ahí cabe destacar también Frankfurts Bocanegra, en la calle Martínez, con una extensa carta de bocadillos.

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Y es que cualquier rincón del Centro deja estos días buen sabor de boca a quien quiera hacer un alto en el camino. Esté donde esté. Porque en todos los barrios se respira la Semana Santa. Desde el fervor de La Trinidad, con el Cautivo, hasta el Perchel y su Chiquito. Aquí, por ejemplo, cabe destacar el gallego Candamil (Cuarteles, 15), La Alacena de Francis (Montalbán, 1) o Almijara (Pasaje San Fernando, 3), punto de reunión de los más devotos de la Semana Santa. Aunque para templo de cofrades, los clásicos Entre Varales (Nosquera, 15) y Las Merchanas (Mosquera, 5), dos céntricas tabernas en las que se puede vivir el ambiente más cofrade junto a un tapeo típico andaluz.

Aunque si hay un sitio típico e ineludible en toda ruta de tapeo que se precie es El Pimpi (Granada, 62), bodega ubicada en un antiguo caserón del siglo XVIII y con más de cuarenta años de historia, donde los vinos y la gastronomía más autóctona se funden con los autógrafos que famosas figuras del mundo del cine, la literatura o la música han dejado en los numerosos barriles que pueblan el establecimiento. Como la Antigua Casa de Guardia, otro de los imprescindibles del Centro para hacer una parada técnica. En este caso, en la Alameda Principal, una de las grandes arterias cofrades de la Semana Santa malagueña.

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Si sigue por esta avenida hacia la zona del Soho, en la calle Casas de Campos, recuerde el nombre de Doramar, y en la calle Pinzón, Noray, marisquerías muy a tener en cuenta. Mientras que en la Alameda de Colón también merece la pena un refrigerio en La Deriva, cocina de autor, creativa y diferente, como los calamares a la carbonara o la fideuá con gulas. Y si a alguien se le antoja un poco de cocina japonesa, también la encuentra a mano. En la calle Alemania, en pleno CAC Málaga, se encuentra el oasis de Óleo, con una apreciada carta de sushi 'maridada' con toques de una cocina mediterránea entre los que sobresalen las patatas bravas.

Pero en todo recorrido cofrade también es inevitable la referencia a la calle Carretería. Allí, si necesita reponer fuerzas, no puede pasar por alto la visita al mesón Los Hidalgos, de cocina casera, o más arriba (en el número 87), el bar Jamón, y en la calle Dos Aceras, el clásico bar Miguel, ambos populares por sus bocadillos. Como la cafetería Isamoa, en pleno barrio de la Victoria, otro de los centros neurálgicos de los desfiles procesionales. Y ahí resulta ineludible la parada en Nerva (Cristo de la Epidemia, 55), cocina cien por cien casera con algún guiño a la Semana Santa como sus 'locas cofrades'.

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Si la opción es buscar algo diferente y buenas vistas sin alejarse del Centro, su lugar es MR1 (Campos Elíseos, s/n), sobre La Coracha, en cuya subida también conviene destacar La Odisea de los Vinos. Aunque tampoco conviene olvidar en la calle Mundo Nuevo, ese toque de cocina japonesa tradicional que aporta Zenart. Muy cerca, en la calle Alcazabilla, merece también una visita Quitapenas o el nuevo Batik, cocina de vanguardia y terraza para una copa de sobremesa. No muy lejos de otro de los escenarios típicos de la Semana Santa malagueña: la Plaza de la Merced. Allí hay para elegir, desde la propuesta moderna y creativa de La Fábrica de los Sentidos al vegetariano Cañadú, uno de los veteranos de la restauración malagueña.

Y si a media tarde le apetece algo de merienda, no se apure. La carta de cafeterías y pastelerías tampoco es corta. Si la tentación es chocolate con churros, en el casco histórico es imprescindible hacer escala en Casa Aranda (Herrería del Rey, 1 / Santos, 6), de los emblemáticos de Málaga. No sería extraño que no encontrara mesa, si es así, también puede probar suerte en el Café Madrid (Calderería, 1), el Central (Plaza de la Constitución, 11) -que ahora también ofrece servicio express-, Tejeringos (Méndez Núñez, 6) o La Malagueña (Sebastián Souvirón).

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Algo más alejado, en la zona del Perchel, tampoco debe perderse los churros de Los Valle (Cuarteles, 54), con setenta años de experiencia. Si prefiere un café refrescante, Casa Mira (Marqués de Larios, 5 / Nueva, 16 / Compás de la Victoria, 1) y su 'blanco y negro', es una buena opción. Y si no tiene tiempo de sentarse y le apetece algo dulce, puede parar en Aparicio (Calderería, 11) o en El Colmenero (Atarazanas, 1), y probar sus torrijas. O en La Canasta (Atarazanas, 7 / Plaza de la Constitución), que además de los clásicos de Semana Santa, ha ideado para estos días unos nazarenos de merengue y galleta muy resultones.

Pero si lo que le apetece es más una merienda de esas que entran por los ojos y a las que gusta hacer fotos, no lo dude, tiene que pasar por Rey Negro Café (Strachan, 11), con una amplia variedad de cafés, a cual más vistoso, incluido uno con nocilla. Están avisados.

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Si busca algo más ligero, no se pierda los zumos naturales y los 'smoothies' de El Último Mono, un soplo de aire freso en la calle Santa María. Y, en la plaza de Camas, Recyclo Bike Café, donde hasta puede encontrarse música en directo. Como en Lolita Café Arte, un coqueto rincón en la calle Trinidad Grund donde poder hacer también un alto en el camino cambiando de ambiente y trasladándose a un café-teatro en el que también se pueden encontrar estos días desde las típicas torrijas a pinchos variados, mojitos o zumos naturales. Solo es cuestión de gustos. Opciones hay para elegir. Málaga se lo pone en bandeja.

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