Una cena a diez manos
Dani García, Diego del Río, José Carlos García, Jaume Puigdengolas y Thomas Stork cierran las jornadas que han reunido a los mejores chefs del país
Marina Martínez
Miércoles, 28 de mayo 2014, 12:07
Falta apenas una hora. Nada puede fallar. ¿La almendra antes o después de la sopa? Ojo, el gin fizz helado hay que servirlo sin perder ... un segundo. ¿Alguna indicación especial en la mesa? El servicio empieza a cuadrarse. Los chefs les ponen en antecedentes. Y la cocina se prepara para el punto de ebullición. No es poca cosa. En total, se servirán 15 platos a cerca de 80 personas en la última noche de las jornadas 'A cuatro manos' con las que Dani García ha reunido esta semana a 14 estrellas Michelin para cocinar juntos en Marbella con la ayuda de sus propios equipos, alumnos de La Cónsula y fijos como Carlos Caballero de La Rebaná.
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De entrada
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Thomas Stork Gin Fizz helado con caviar de Ríofrío
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José Carlos García Concha fina margarita.
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Jaume Puigdengolas Bacalao crujiente de sus tripas.
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Segundo
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Dani García Cáscara de almendra y foie.
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Diego del Río Sopa de hinojo con cigalas de Marbella y cítricos.
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José Carlos García Caballa con pepino y mostaza.
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Tercero
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Jaume Puigdengolas Ajoblanco malagueño y pez limón de Tarifa.
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Dani García El jugo de la Roteña, urta cruda con manzana verde.
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Thomas Stork Bisque de galeras con azahar.
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Cuarto
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Dani García Interiores de caza con puré de patatas al tartufo.
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Jaume Puigdengolas Salmonete y rábano picante.
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Diego del Río Chivo lechal malagueño, yogur de ponzu y taboulé de verduras.
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Postre
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Diego del Río Limón del Valle del Guadalhorce.
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José Carlos García Zanahoria y almendra.
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Thomas Stork Chocolate blanco, rosas y fresas silvestres.
Comenzó el domingo abriendo boca Andoni Luis Aduriz (Mugaritz). De plato principal, Joan Roca (El Celler de Can Roca). Para continuar, Quique Dacosta (Quique Dacosta Restaurante). El sabor a mar lo aportó Ángel León (Aponiente). Y la guinda le tocaba ponerla a los malagueños condecorados por la prestigiosa guía francesa. O lo que es lo mismo, el propio Dani García (Dani García Restaurante, dos estrellas Michelin), Diego del Río (El Lago, una estrella), José Carlos García (José Carlos García Restaurante, una estrella) y Jaume Puigdengolas (Skina, una estrella). Junto a ellos, Thomas Stork, jefe de cocina del hotel Puente Romano. Allí se han servido todas las cenas, que oscilaban entre 220 y 180 euros. Y, a pesar del precio, se han agotado a diario.
También anoche. Y eso que no las tenía todas consigo Dani García por aquello de que la cercanía podía echar atrás a más de uno. Sí, para un malagueño es más fácil cenar en el restaurante de José Carlos García que en el de Joan Roca. Pero no lo es tanto meterse entre pecho y espalda el 'guiso' de todos los estrellas Michelin de Málaga a la vez. Una especie de menú degustación de lo que se cuece en ellos. De una tacada. «Son los platos que llevo haciendo los últimos dos años y con los que se sienten más a gusto los clientes y yo mismo», explicaba José Carlos García sobre sus apuestas, defendiendo en este caso «lo práctico».
A por lo operativo
Al fin y al cabo, ninguno estaba en su cocina. Tocaba ser operativo. Y, sobre todo, saber adaptarse para conseguir que el puzle encajara. El chef del Muelle Uno, por ejemplo, tuvo que olvidar el salmonete para evitar repeticiones. Era una de las propuestas de Puigdengolas. No importaba. Sacó otro as de la manga: caballa con pepino y mostaza. Y así se ha reproducido la escena con todos. Se conocen a la perfección. Funcionan bien como engranaje. ¿Competencia? Ni se les pasa por la cabeza. Solo como motor para el día a día. Como apuntaba José Carlos García, «te motiva saber que no estás solo, te hace superarte». Que se lo digan a Dani García. Para él, servir sus platos junto a los de figuras como Roca o Dacosta ha sido un reto.
Comensales repetidores
Aunque no menos poner cada jornada platos diferentes. Porque ha habido quien ha repetido más de una noche. De ahí que al cocinero marbellí le costara menos elaborar el menú de ayer, a diez manos, que el del resto de los días, a cuatro.
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Y, además, porque anoche la protagonista era Málaga. Para ello no solo recurrieron a sus platos estrella sino también a las raíces. Por ejemplo, Jaume Puigdengolas apostó por el ajoblanco, Diego del Río por el chivo, y José Carlos García por la caballa o la concha fina. Todos optaron por el «éxito asegurado» de sus especialidades, como advertía el jefe de cocina de El Lago, pero sin perder de vista la tradición. Ni el guiño a otros mercados como el gaditano.
Sabían que muchos de los comensales venían de fuera buscando llevarse a la boca las señas de identidad de la tierra. «Es una buena plataforma para promocionarnos», destacaba Thomas Stork, recordando la importancia que se le da cada vez más a la oportunidad de «disfrutar comiendo». La prueba está en 'A cuatro manos'. Y en pleno invierno. A Dani García aún no le ha dado tiempo a digerirlo, pero ya sabe que repetirá.
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