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El mango se ha convertido en un producto de proximidad. SUR

Mango de Málaga: el sabor tropical que conquistó Europa

A día de hoy se cultivan más de 4.500 hectáreas en la provincia, una cifra que sigue aumentando cada año

Sábado, 4 de octubre 2025, 02:00

El mango (mangifera indica), originario del sur de Asia, es una de las frutas tropicales más apreciadas en el mundo. Dulce, jugoso, aromático y rico ... en antioxidantes, vitaminas y fibra, ha pasado de ser un producto exótico a convertirse en cultivo de referencia en España, especialmente en la provincia de Málaga. Su versatilidad culinaria —desde el consumo en fresco hasta la preparación de batidos, ensaladas, salsas o postres— ha contribuido a su expansión en el mercado, cada vez más consciente de los beneficios de una dieta saludable.

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La llegada del mango a Málaga

El mango tiene sus raíces en el sudeste asiático y forma parte de la historia agrícola de la humanidad desde hace más de cuatro mil años. Se cree que fue en la India donde alcanzó un lugar especial, pues allí este árbol frutal era ya apreciado por las antiguas civilizaciones. Aunque resulta difícil precisar con exactitud su punto de origen, la mayoría de investigadores coinciden en situarlo entre el sur de la India y el archipiélago malayo. Desde esa región, el cultivo se extendió poco a poco hacia todos los rincones del mundo con clima tropical y subtropical.

Su expansión global se debe, en gran medida, a la navegación y al comercio colonial. Fueron los portugueses quienes lo llevaron a América, introduciéndolo primero en Bahía (Brasil). Desde allí se extendió hacia las Antillas, Jamaica, Haití y, posteriormente, Hawái. También lo transportaron a la costa tropical de África, desde donde avanzó hacia el sur hasta el Cabo de Buena Esperanza, y a territorios insulares como Madeira y Canarias.

En el caso español, el mango se introdujo en Canarias a finales del siglo XVIII, aunque no fue hasta los años setenta del siglo XX cuando comenzó a cultivarse de forma comercial en las islas. Poco después, en los años ochenta, dio el salto a la península, concretamente al litoral subtropical del sureste, donde encontró en Málaga y Granada las condiciones idóneas para convertirse en uno de los cultivos más emblemáticos del Mediterráneo.

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En formato de helado es una fórmula que siempre triunfa en Málaga. Smoothie de mangoy banana con leche. Una porción de tarta de crema de mango con naranja SUR

Málaga, huerto tropical de Europa

Su epicentro es la comarca de la Axarquía, un enclave privilegiado en la costa oriental malagueña. Con temperaturas suaves durante todo el año, ausencia de heladas severas y suelos bien drenados, la zona ofrece condiciones ideales para el desarrollo de cultivos subtropicales. No es casualidad que se la conozca como el «huerto tropical de Europa».

Hoy, la provincia de Málaga concentra el 90 por ciento de la superficie andaluza y casi la totalidad del cultivo nacional de mango, con 4.600 hectáreas que la convierten en el auténtico epicentro europeo de este fruto, seguido de Granada, Canarias, Comunidad Valencia y Murcia.

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En Andalucía, el mango es el segundo cultivo subtropical en importancia económica, después del aguacate, según la Consejería de Agricultura del gobierno autonómico. Para esta campaña se prevé un récord en producción que superará las 35.000 toneladas, el triple que en 2024, si se engloba todo el territorio nacional. El volumen se recuperará gracias a las lluvias del último otoño y el descanso de los árboles tras las bajas cosechas de 2023 y 2024.

Un mercado cada vez más cercano

El mango ha dejado de ser esa fruta exótica que llegaba de ultramar para convertirse en un producto de proximidad. Si antes la mayoría de la producción se destinaba a la exportación, hoy sobre un 40 por ciento se consume en nuestro país.El mercado español responde con entusiasmo a la cercanía, a la frescura y a la posibilidad de adquirir mangos recolectados en su punto óptimo de maduración, sin largas travesías ni procesos de conservación artificial.

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Francia (32%), Portugal (29%) y Alemania (14%) son los principales destinos en términos económicos según el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía.

Variedades y características

El mango malagueño ha logrado diferenciarse gracias a la elección de variedades que combinan atractivo visual y calidad gustativa. La producción de mango se concentra en los meses que van de agosto a diciembre, aunque la mejor época para su consumo son los meses de septiembre, octubre y noviembre.

La más cultivada es la Osteen, que se caracteriza por una piel de tonos morados con matices verdes y por su excelente equilibrio entre dulzor y aroma. Junto a ella destaca la Kent, muy jugosa, sin fibras y con un dulzor intenso que la hace especialmente apreciada en los mercados internacionales. La Keitt, de maduración más tardía, ofrece un perfil distinto, con pulpa sin fibras y un toque ácido que contrasta con la dulzura habitual de esta fruta.

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Otras variedades completan el mosaico de sabores y colores que ofrece la Axarquía. La Palmer, alargada y de piel púrpura, tiene una carne firme, dulce y pequeños toques ácidos, mientras que la Irwin, más pequeña y aromática, su piel es de color rojo amarillo. La combinación de todas ellas permite escalonar la campaña desde el corazón del verano hasta bien entrado el otoño, lo que prolonga la presencia del mango malagueño en los mercados y refuerza su competitividad frente a los países exportadores.

Cómo cortar un mango

El mango es una de esas frutas que, a menudo, genera dudas en el momento de cortarlo. La clave está en sortear su semilla central, grande y aplanada, para obtener la mayor cantidad posible de pulpa.

Para hacerlo correctamente, lo primero es cortar las dos caras del fruto, siguiendo su forma natural y evitando el hueso. Con las mitades en la mano, se realizan pequeños cortes a lo largo y ancho de la pulpa, dibujando una cuadrícula. Después, basta con sujetar el mango por la piel y empujar la pulpa hacia afuera: la pieza adquiere un aspecto cóncavo, como un erizo de cubitos dorados que ya están listos para disfrutar. Es la manera más sencilla de degustar una pieza de mango.

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El mango y sus beneficios

Más allá de su sabor irresistible, el mango es un verdadero tesoro nutricional. Sus frutos maduros son una fuente importante de vitaminas A y C, esenciales para mantener la piel y el sistema inmunitario en buen estado. También aporta vitamina E y folatos, mientras que entre sus minerales destacan el potasio y el manganeso, que contribuyen a la salud ósea y al equilibrio de los líquidos en el organismo.

Málaga concentra el 90% de la superficie andaluza y casi la totalidad del cultivo nacional

La fibra que contiene favorece la digestión y ayuda a mantener una sensación de saciedad, mientras que sus compuestos bioactivos —los llamados fitoquímicos— están siendo estudiados por sus posibles efectos beneficiosos sobre la salud, desde la prevención de enfermedades crónicas hasta la protección celular frente al estrés oxidativo.

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Pero, además de nutritivo, el mango es tremendamente versátil en la cocina. Su dulzura combina a la perfección con platos salados y dulces, lo que lo convierte en un ingrediente imprescindible tanto en recetas tradicionales como en propuestas innovadoras. Puede disfrutarse al natural, en ensaladas frescas, como base de batidos energéticos, en salsas que aportan un toque tropical a carnes y pescados, o en postres ligeros.

El mango malagueño es un ejemplo de cómo un cultivo tropical puede echar raíces en suelo mediterráneo y convertirse en símbolo de identidad del sector agroalimentario. Su expansión ha transformado el paisaje de la Axarquía, ha dinamizado la economía local y ha acercado a los consumidores europeos una fruta que hasta hace poco parecía exótica.

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