La coca de San Juan de Casa Kiki

Es decir Casa Kiki y pensar inmediatamente en palmeras. De ahí a empezar a salivar va un segundo. Porque son adictivas. Clásicas o rellenas. Como sean. Cualquiera puede confirmarlo. En Málaga o en el resto de España. Porque la pastelería malagueña se ha convertido ya en todo un fenómeno que cruza fronteras. Y no sólo por las palmeras, en todos sus tamaños y sabores (en estas fechas además con propuestas estivales). También las locas tienen su público. Y las cañas. Y las tartas. Y los roscones de Reyes.

Sí, acabamos de empezar el verano, pero nunca viene mal recordar ese sabor navideño. Y no sólo recordarlo. Si son fans de esos roscos, no se vayan muy lejos, que ahora llega su 'prima hermana': la coca de San Juan. No es tan típica ni tan popular, pero es lo más parecido al dulce navideño por su base de brioche. Ana y María José Garrido, al frente de Casa Kiki, lo constatan: «Se asemeja bastante por los ingredientes y la elaboración. En Málaga no es demasiado famosa, aunque año tras año notamos que se conoce más».

Ellas son las primeras que siguen apostando por este postre que tiene su origen en Cataluña, pero que con el paso del tiempo se ha ido extendiendo por toda la costa mediterránea. Según los historiadores, deriva del roscón con huevos que se comía en la antigüedad. Su forma redonda rendía culto al sol, por aquello del solsticio de verano. Con los años ha ido tornando a ovalada. Incorporando no sólo 'toppings' como fruta confitada o piñones, también diferentes rellenos. El más habitual es la crema pastelera, pero los podemos encontrar de nata y de otros sabores tan creativos como pasteleros existen.

En la versión de Casa Kiki, elaboran la coca estándar con nata. Es la que ofrecen en tienda. Sin embargo, como ocurre con casi toda su carta, ofrecen otras tantas opciones a gusto del consumidor. Por ejemplo, turrón, trufa, crema pastelera o nutella. Puede ser un buen postre para esta noche de San Juan. Porque tengan en cuenta que es efímero. Sólo se puede probar en estos días. Como la breva gigante de crema pastelera cubierta de chocolate. Si las prefieren pequeñas, el abanico se amplía a las rellenas de crema de chocolate cubiertas con chocolate blanco y las de mermelada de frambuesa cubiertas de chocolate. Corran que se acaban pronto.

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