La Flor, una cocina actual con sabor
Fernando Martín vuelve a ocupar un lugar destacado en la gastronomía malagueña
Nadie que conozca el devenir de la cocina y gastronomía de Málaga puede dudar de que Fernando Martín tiene oficio y conocimientos como para estar ... entre los cocineros más cualificados de nuestro entorno. Puso en marcha, junto a Paco García, el restaurante marbellí El Lago, y fue en su época cuando los inspectores de la Guía Michelín visitaron por primera vez el local, aunque cuando llegó la esperada estrella él acababa de incorporarse a los fogones de otro establecimiento en Marbella y más tarde inició su propio negocio de catering, lo que le llevó al anonimato culinario durante muchos años. Ahora, en La Flor, Martín vuelve a ocupar, o eso pretende, ese lugar destacado que tuvo al comienzo de la década 2000, concretamente entre 2003 y 2005.
La cocina de este restaurante, ubicado dentro de un espacio gourmet que existe justo a la entrada de los Viveros Guzmán, está pensada para un cliente muy variopinto y con gustos alimentarios muy dispares. Fernando y su socio Eduardo González, propietario de otro restaurante muy conocido en la misma localidad, Cienfuegos, han plasmado en la carta algunos de sus mejores platos. Esta oferta está consiguiendo que La Flor lleve camino de convertirse en un restaurante de referencia por su ubicación, decoración, cocina y bodega, una de las más completas de todos los restaurantes de la zona, sin duda.
La Flor
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Dirección. Joaquín Blume s/n. Alhaurín de la Torre.
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Teléfono. 951 682 409
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Horario. De 09.00 a 20.00 horas
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Cierre. Ningún día.
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Precio. Ostras gratinadas: 3,50 €. Callos con garbanzos: 8 €. Entraña a la brasa: 19 €.
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Valoración. Cocina: 8. Sala: 7. Carta de vinos: 7,5. Calificación: 8 / 10
Fernando Martín ha elegido para el incio de este establecimiento una serie de platos nada complicados, fáciles de entender por su clientela y arriesgando por el momento poco en cuanto a texturas y técnicas de cocción. En La Flor, la cocina que nos vamos a encontrar se enmarca dentro de la tradicional, pero también nos encontraremos toques de creatividad en una medida justa para no confundir al comensal. Desde un clásico chicharrón gaditano hasta unos buñuelos de bacalao, ensaladilla rusa, huevos rotos con langostinos... Y con un toque más actual, aguacate gratinado con queso manchego o un tartar de atún con fresas maceradas en naranja y soja. Frente a estos entrantes, arroz a la marinera; con setas y pluma ibérica o el de toda la vida, negro con sepia y calamar. Los amantes de las carnes rojas lo tienen también fácil, ternera argentina, Angus de Nebraska o chuleta de vaca madurada, todo a la brasa.
Fernando, en cocina y Dani Fernández, en sala, están consiguiendo afianzar un restaurante en un espacio distinto.
Ostra gratinada

El sabor y la textura de la ostra francesa se adapta mucho mejor al cambio de temperatura que se logra con la bechamel gratinada al horno. Buen molusco en cuanto a tamaño y un sabor muy dulce y salino a la vez.
Bacalao confitado

Un buen lomo de calidad de bacalao, cocinado sin prisas, poco a poco, hasta llegar a confitarse en su propia grasa. Fernando lo sirve encima de un risotto de calabaza que le aporta un toque de dulzor final en cada bocado.
Timbal de foie

Un entrante demasiado manido y clásico que no aporta creatividad al resto de la carta. El foie con el queso acaban saturando el paladar y la manzana caramelizada no logra refrescar el conjunto del plato.
Chivo a baja temperatura

El lingote cocinado a baja temperatura está muy correcto en cuanto a melosidad, pero lo mejor de este plato está en la reducción de la salsa de vino tinto con naranja y en sus croquetas.
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