Las castañas, el primer síntoma del otoño

Pese al buen tiempo, siguen fieles a su cita con la tradición de llenar las calles con su olor inconfundibe

Emilio Morales

Málaga

Viernes, 17 de octubre 2025

La sensación de otoño de momento es más visual que sensorial. El calor aprieta y aún dormimos con las ventanas abiertas, no obstante, algunos asuntos ... de la nueva estación nos hacen ver que el verano ya acabó. El humo de los puestos de castañas ya se ve tanto en los barrios como en el Centro de Málaga, anunciando la llegada de uno de los sabores más emblemáticos del otoño. Aunque el tiempo todavía no acompaña del todo, la tradición vuelve a llenar las calles y plazas con ese aroma inconfundible que despierta la nostalgia y el gusto por lo auténtico. La pureza.

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¿Por qué esta temporada las castañas pueden ser mejores?

Cada año, los amantes de las castañas esperan con ansias esta época. Y es que, este año en particular, los productores aseguran en conversaciones con SUR que la cosecha será especialmente buena. Varias razones explican por qué las castañas de esta temporada en Málaga se presentan de mejor calidad y sabor.

Primero, el clima ha jugado un papel fundamental. A diferencia de temporadas anteriores marcadas por heladas tempranas –hace muchos años– o lluvias intensas, este año el otoño ha comenzado más suave, con días templados y noches frescas, condiciones ideales para que los castaños desarrollen frutos más jugosos y sabrosos. Además, la ausencia de enfermedades que afectan a estos árboles, como la tinta del castaño, ha permitido una cosecha abundante y saludable.

Por otro lado, la dedicación y técnicas de los agricultores locales han mejorado gracias a los avances en agricultura sostenible y manejo del terreno, lo que se traduce en un producto de mayor calidad. La selección cuidadosa de los frutos en el momento óptimo de maduración garantiza que las castañas lleguen al consumidor en su mejor estado.

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¿Por qué no se comen castañas en verano?

La pregunta del millón. Puede parecer obvio, pero merece la pena aclararlo: las castañas son un fruto típicamente otoñal y no se consumen en verano por razones naturales y culturales. El castaño es un árbol caducifolio que produce sus frutos entre septiembre y noviembre, dependiendo de la variedad y las condiciones climáticas. Durante el verano, el árbol está en plena fase de crecimiento y fotosíntesis, con hojas verdes y vigorosas, pero sin frutos maduros que cosechar.

Además, las castañas requieren un tiempo específico de maduración que solo puede darse con la bajada gradual de temperaturas y la llegada de la humedad otoñal. Consumirlas fuera de esta temporada es imposible, salvo si se almacenan y conservan, pero eso no se compara con la frescura y sabor de las recién cosechadas.

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Culturalmente, el consumo de castañas está ligado a tradiciones festivas y populares que celebran el final del verano y la llegada del frío, o al menos ponerte una sudaderita de manga larga. En nuestra ciudad, como en otras regiones de España, las castañas asadas forman parte de las celebraciones de octubre y noviembre, vinculadas a ferias, mercados y encuentros en la calle.

Tipos de castaña que se pueden encontrar en Málaga

No todas las castañas son iguales. En Málaga, aunque el castaño no es un árbol autóctono de la costa, gracias a las zonas montañosas y las importaciones regionales, podemos disfrutar de diferentes variedades que se adaptan bien a la climatología local.

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Las principales variedades que suelen estar disponibles en los puestos de Málaga son:

Castaña Longal: de tamaño grande y forma alargada, es muy apreciada por su sabor dulce y su textura mantecosa. Procede del norte de España, pero es común encontrarla en el mercado malagueño por su calidad.

Castaña Judía: más pequeña y redondeada, con un sabor intenso y una piel más fina. Es una de las variedades más tradicionales y suele ser la favorita para asar.

Castaña Marrón: también conocida como castaña gigante, se distingue por su tamaño y su pulpa más densa y menos harinosa. Es ideal para preparaciones culinarias más elaboradas.

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En los puestos malagueños, la oferta suele combinar estas variedades para satisfacer todos los gustos, desde el consumo directo en la calle hasta la compra para recetas caseras.

Unas pinceladas de historia sobre la castaña en la provincia

Aunque la castaña es un fruto típicamente asociado con zonas montañosas y de climas más fríos como Galicia, Asturias o el norte de Portugal, su presencia en Málaga tiene también una historia interesante.

En la provincia malagueña, el castaño se cultiva principalmente en el Valle del Genal, en la Serranía de Ronda. También hay producción en la Sierra de las Nieves y, en menor medida, en la Axarquía. Durante siglos, las castañas han sido un alimento básico en estas zonas rurales, ya que su valor nutritivo es alto y puede almacenarse durante largos períodos, constituyendo una reserva alimenticia fundamental para los meses de invierno.

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El consumo de castañas asadas en Málaga se popularizó con la llegada de los puestos ambulantes, que comenzaron a instalarse en las calles de la ciudad en el siglo XIX, siguiendo una tradición muy arraigada en otras partes de España y Europa. Estos puestos, con sus brasas humeantes y cestas repletas de frutos, se convirtieron en un símbolo del otoño malagueño.

Además, la castaña tiene un papel importante en las fiestas populares y religiosas de la región. Durante las celebraciones de Todos los Santos y el Día de los Difuntos, las familias suelen reunirse para disfrutar de este fruto, que simboliza la unión y el paso de las estaciones.

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La tradición que vuelve a encender el otoño

A pesar de que las temperaturas todavía no reflejan la llegada del frío, la apertura de los puestos de castañas en Málaga marca el inicio de un ritual que año tras año se repite con entusiasmo. Pasear por las calles y percibir el aroma a castaña asada, mezclado con el humo de la leña, es una invitación a disfrutar de la temporada, a compartir momentos cálidos y a reconectar con las raíces.

Los malagueños saben que, aunque este año el calor parece resistirse a dejar paso al otoño, pronto llegará el momento en que las noches sean más frescas, las hojas caigan y las castañas asadas acompañen los paseos, las tertulias y las meriendas en familia.

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Así que, si todavía no lo has hecho, es buen momento para acercarte a uno de los puestos que ya comienzan a instalarse y dejarte llevar por ese aroma que, aunque el otoño no se sienta aún en el aire, ya se respira en las calles de nuestra ciudad. De aquí a que estéis comprando regalos hay dos suspiros. Pasa la vida.

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