Bardot, cocina mediterránea española

La carta de Bardot se centra en buena medida en pescados y mariscos que ese día hayan entrado en lonja, bien hechos al horno, en fritura o mediante la técnica del espeto y es aquí donde además del clásico de sardinas la oferta se amplía a otros pescados como pueden ser el rodaballo, dorada, lubina y pulpo, sin descartar otros que ese día figuren en las sugerencias y que por su tamaño puedan ser espetados. Pero a Bardot la mayoría de su clientela, tanto huéspedes del hotel como público en general, llegan atraídos por las buenas referencias que existen de sus arroces. Este verano, el número de platos elaborados con esta gramínea se ha incrementado con algunas variedades, como el arroz seco de carabineros y mollejas, de gambas blancas y torreznos o el de pollo que Víctor prepara con un pitu caleya o, lo que es lo mismo, con pollos criados al aire libre y alimentados con maíz, semillas e insectos.

Antes del arroz se imponen algunos entrantes, la mayoría perfectos para ser compartidos y este año, una vez más, es el atún en sus diferentes cortes lo que más llama la atención. No hay que perderse la ensaladilla de tarantelo, ni tampoco una refrescante ensalada de tomates con ventresca.

La carta de vinos mantiene y recomienda bastantes referencias de vinos malagueños, algo que no es muy habitual en la restauración de Marbella. Y, como siempre he defendido, un buen servicio puede hacer que un almuerzo se convierta en una experiencia placentera por todo lo alto y en Bardot el servicio está a la altura.

Quisquillas marinadas

Una quisquilla de buen tamaño, de arrastre y muy fresca, asegura el éxito gastronómico. Con apenas unos minutos de maceración en agua, sal y un toque de limón para que los jugos, tanto del cuerpo como de la cabeza, resalten en el paladar.

Callos de atún

Estos callos de atún no suelen figurar a diario en la carta, solo en las sugerencias y cuando Víctor encuentra los ingredientes perfectos. Una salsa clásica, con fuerte sabor a mar, y muy bien trabada. El morrillo y las piparras lo complementan de diez.

Tomate con helado de limón

Este trampantojo de tomate es uno de los postres más conseguidos de toda la carta. El helado de limón aporta frescura en boca y una acidez que marida muy bien con el crumble de almendras.

Arroz de carabineros y mollejas

Puede parecernos un plato de mar y montaña, pero a pesar de las mollejas, no deja de ser un contundente arroz marinero por el fondo y por el sabor salino que transmiten los carabineros al conjunto del arroz.