«Ver al Málaga en Primera RFEF nos duele a todos; debería estar en Primera»

Jugador durante siete temporadas, en las que se convirtió en uno de los blanquiazules con más partidos disputados en Primera, y presidente del club hasta la llegada del jeque Al-Thani, Fernando Sanz, recuerda: «Fue una época muy buena. El club estaba muy vinculado a la ciudad. Había una unión entre el club, los aficionados, la ciudad… Le tengo un grandísimo cariño al club tanto por la etapa de jugador como de presidente». Desde su forzoso adiós de la entidad apenas ha pisado más que un par de veces el estadio: para el partido de las leyendas del Málaga de hace dos semanas, y ahora, con su nuevo trabajo como parte del Comité Ejecutivo del Mundial 2030: «Hemos visto el proyecto que quiere hacer la ciudad sobre el estadio, es bastante bueno y Málaga, como ciudad, que es una de las más importantes de España, necesita un estadio más grande y que el equipo se ponga acorde también».

Por supuesto, será un aficionado más este sábado, y apoyará al equipo en su camino de vuelta a Segunda. «Ver al Málaga en Primera RFEF nos duele los ojos y el corazón a todos. No es una categoría que le corresponda al Málaga», afirma. «En los 'playoff' empiezan todos de cero -continúa- y si hay algo que hace que el Málaga se diferencie del resto es su afición, que aprieta mucho y va a ser el jugador número doce. Deseo que suba, porque el Málaga no debería estar ni en Segunda, debería estar en Primera. Será difícil, pero es una necesidad».

Malagueño y malaguista de corazón, Samu Castillejo (aún tiene contrato con el Valencia) estará este sábado en La Rosaleda apoyando al club en el que se forjó y donde debutó en un primer equipo (campaña 2014-15). Tras aquel año, recaló en el Villarreal, y posteriormente en Italia, pero nunca dejó de seguir al Málaga «Ahí estaré el sábado para apoyar al equipo, que esperemos que pase la eliminatoria y esté un paso más cerca de subir a Segunda. Creo que tienen mucho mejor equipo que el Celta B, aunque luego en el fútbol hay que demostrarlo. No se gana sólo con el escudo», valora. «Llevo siguiendo al Málaga desde que me fui. Siempre veo lo que hacen y esperemos que puedan terminar bien el año. Les mando mucha fuerza. El otro día hicieron un gran partido y hay que culminarlo ahora en La Rosaleda».

No niega que le encantaría ser un jugador más este sábado en el verde. Es más, a sus 29 años, sueña con retirarse vestido de blanquiazul: «Me gustaría volver al Málaga. Es la ilusión más grande que tengo, porque sólo disfruté un año del primer equipo, me fui muy joven, y me gustaría poder terminar en mi tierra. El sentimiento y las ganas están por encima del dinero y de cualquier otra cosa».

El año en que él llegó al primer equipo fue el mismo en el que el fuengiroleño Jesús Gámez recaló en el Atlético de Madrid; eso sí, tras nada menos que nueve temporadas en el Málaga. Ahora, ya retirado, ejerce su faceta de empresario e incluso, se ha estrenado en los banquillos como entrenador de la cantera del Athletic Fuengirola, y es embajador del Málaga: «Ser del Málaga implica que nadie te regala nada y que hay que sufrir. Ahora toca la vuelta, La Rosaleda jugará su papel y espero que caiga de nuestro lado. Es duro, pero hay que asimilarlo. Está en una categoría que no se merece, pero hay que armarse, sufrir y tirar adelante. Puede pasar que no se ascienda y aun así hay que seguir y que creer y, si no es ahora, será a la siguiente», valora.

Aunque su vinculación no fue tan grande como la del lateral, Roberto se empapó de malaguismo durante su temporada aquí (2017-18), en la élite. Él fue el último portero del equipo en Primera División. «Siempre sigo al Málaga. Duele bastante verlos en esta categoría, yo que he disfrutado de la máxima categoría con ellos, este es un club histórico, por club, ciudad, afición… Debería estar en Primera División, donde se merece, y así lo deseamos todos. Les mando todo mi apoyo».