El equipo blanquiazul, durante la pretemporada que Estepona del verano anterior. Josele

La puesta a punto más atípica

Protocolos de LaLiga al margen, el próximo periodo de preparación del Málaga no incluirá partidos amistosos y será excesivamente corto cara a una vuelta muy exigente

Viernes, 1 de mayo 2020, 01:48

Si no aparecen más piedras en el camino y dado que la próxima semana se harán al fin los tests a las 42 plantillas ... de Primera y Segunda División, el Málaga comenzará en ese mismo periodo la fase 2 de preparación de sus jugadores (según el protocolo en el fútbol profesional español), los entrenamientos en solitario, ya en el campo, bien sea en La Rosaleda o en el Anexo, porque el Málaga va a disponer de dos escenarios de forma paralela (lo que dará cabida a doce jugadores a la vez, seis y seis).

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Se intensificará una puesta a punto que va ser única en la historia de la Liga por una serie de distintas razones. La duración del periodo, muy breve, la particularidad de las sesiones, y lo exigente en lo cualitativo y cuantitativo del calendario final para completar la temporada van a marcar las próximas semanas. El nuevo retraso para hacer los tests invita a pensar más en la fecha del 12 de junio (no en la del 5) para retomar el torneo, las once jornadas finales. Además, habrá que determinar cómo se desarrolla un hipotético 'play-off' de ascenso, si lo hubiera, para quien tenga que disputarlo.

Como una pretemporada

Técnicamente, para hablar de pretemporada el Málaga tendría que prepararse para el inicio de un curso. No es el caso, porque sólo lo hace para acabarlo, pero el periodo de inactividad que sufre es comparable al de un verano. Si entonces suele estar unas seis semanas de vacaciones, ese tiempo se ha superado ya, pues el último compromiso oficial fue el 8 de marzo (0-1 ante el Zaragoza). El único matiz diferenciador es que los jugadores se han aplicado esta vez más que en cualquier estío –aunque entonces también siguen planes individualizados de intensidad creciente– para no perder la forma, con las consabidas limitaciones de ejercitarse en un domicilio, muchas veces sin ningún espacio al aire libre.

El equipo podría retomar el torneo el 12 de junio; hacerlo una semana antes, el día 5, parece cada vez más difícil

Más corta

Sin embargo, el Málaga no se dispone a desarrollar desde esta fase 2, que podrá empezar la próxima semana, un periodo tan largo en duración como una pretemporada. Será de muy poco menos o algo más que un mes, cuando en verano los jugadores suelen disponer de seis semanas para ello.

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Sin rivales

El periodo de preparación lo marcará también la ausencia de rivales en amistosos que permitan ensayar mejor ciertos aspectos tácticos y definir con más claridad carencias y defectos. No sólo eso, los entrenamientos grupales convencionales no llegarán hasta la fase 4, prevista en principio para el 1 de junio. Antes, desde el 18 de mayo, se pasará de sesiones individuales a otras por grupos reducidos, pero siempre recurriendo al menos a seis vestuarios para cambiarse y con un protocolo de entradas y salidas individuales de la instalación.

La exigencia

El Málaga no se preparará como en una pretemporada. Entonces se incide mucho en la carga física cara a nueve meses de temporada oficial. Ahora es una puesta a punto para un final corto y explosivo, con al menos once citas en apenas mes y medio, con compromisos entresemana y de una exigencia importante, porque en ella puede estar en juego mucho, incluso la permanencia del equipo. Conviene recordar, después de tantas semanas, que el Málaga es decimoquinto, pero con sólo tres puntos de margen respecto a la zona de descenso, y con 33 puntos aún en disputa.

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Rachas olvidadas

Tanta inactividad obliga casi a partir de cero en muchos aspectos. El Málaga llegó al parón con un buen estreno de Pellicer, con una serie de cuatro victorias, tres empates y dos derrotas, que de haberse instaurado en el comienzo de la Liga seguramente tendría al equipo en zona de los 'play-off' de ascenso o cerca de ello. El largo receso impide mantener inercias, con el riesgo que entraña para el cuadro de La Rosaleda, con muy poco margen de maniobra.

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