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El Málaga no está salvado todavía, pero casi. A expensas de que este objetivo se pueda cerrar lo antes posible (la primera oportunidad llegará el ... domingo en Elda, a partir de las 18.30 horas), en el club comienzan a concretar unas líneas de trabajo para planificar el futuro que se están desarrollando ya paralelamente a la competición. Después de una temporada de transición con distintos momentos, el club deberá ahora tomar nuevas decisiones para que el proyecto, dentro de las posibilidades, pueda crecer cada día un poco más, pese a que sigue intervenido. Y en este punto, ¿cuáles son los planes para la temporada que viene? ¿Cambiará de filosofía deportiva? ¿Ha retocado la entidad sus objetivos tras los últimos triunfos?
Todas estas preguntas comienzan a tener las primeras respuestas. Según las consultas realizadas por este periódico, el Málaga, después de los problemas sufridos semanas anteriores (casi toda la segunda vuelta, hasta el partido de Eibar) con la falta de reacción del equipo, esperará hasta que se pueda certificar matemáticamente la salvación, pero el triunfo conseguido ante el Granada permite a los dirigentes disponer de la tranquilidad suficiente como para avanzar de una forma segura hacia una planificación que será determinante para el futuro del club.
La primera premisa, sin duda, será no volver a pasar los apuros de esta campaña. Para ello hay dinero suficiente, pero será imprescindible mejorar la plantilla para cambiar los objetivos. ¿Cuáles serán estas nuevas aspiraciones? La permanencia no puede convertirse en el plan de la campaña que viene y sumar los 50 puntos no debe ser la cantinela de todos los protagonistas para el nuevo proyecto. En el club también piensan así, pero aquí aparece una nueva pregunta: ¿Existe toda seguridad o pueden existir algunas dudas?
El Málaga mantendrá un tope salarial real similar al de esta campaña, lo que supone contar con alrededor de 10 millones o algo más para el primer equipo y la cantera. Con esta cifra, con toda probabilidad, se instalará tranquilamente en la zona media de Segunda y esta vez estará ya obligado a mirar hacia arriba, a buscar un rendimiento deportivo que mejore esta posición intermedia que le concede su economía. Para ello, sin duda, será necesario mejorar la plantilla, pues tiene muchas carencias y hay posiciones que no están suficientemente cubiertas. De hecho, estos refuerzos se esperaban en mercados anteriores.
El club de Martiricos tiene comprometidas ya unas 22 fichas para la temporada que viene. Este es el primer problema. Es evidente que esta cifra tendrá que reducirse de una forma considerable para dar cabida a renovaciones, que volvieron a paralizarse por el mal momento del equipo y la crisis deportiva que apareció no hace muchas semanas, y los fichajes. Aquí, sin duda, habrá mucho debate interno. Las salidas deberán ser importantes. El punto de partida en este momento es similar al de la pasada temporada, lo que se presenta insuficiente. Todavía no es definitivo. Deberá evolucionar bastante este planteamiento.
Para que esta partida de la planificación se dibuje de la forma más adecuada hay varios personajes claves en el club que deberán coincidir en sus planteamientos. El primero será el administrador, José María Muñoz, que tendrá que concretar las disponibilidad económica y los límites para después quedarse en segundo plano para que actúen los responsables deportivos. El director general, Kike Pérez, también intervendrá, pero en menor medida.
El principal responsable será Loren Juarros, sin duda, que tendrá que dar un paso adelante en sus habituales planes de apostar por la cantera y darle continuidad a la plantilla, que cuenta con más de una veintena de jugadores con contrato para la temporada que viene. La filosofía del director deportivo deberá retocarse para que el proyecto sea algo más ambicioso, además de acertar tanto en las salidas como en las renovaciones y, sobre todo, los fichajes. Está quedando claro que contar con los canteranos de una forma masiva es una buena noticia para cualquiera, pero un club como el Málaga necesita mezclar esta gran ventaja que cuenta de disponer de jóvenes de mucho nivel con la llegada de futbolistas experimentados y que puedan colocar al equipo en otro lugar (más arriba en la tabla).
Y luego está Sergio Pellicer, el entrenador, entre otras cosas, que más y mejor rendimiento le puede sacar a los canteranos de la entidad. Pero hay una incógnita abierta con el entrenador. El Málaga pretende que cumpla, al menos, el año que tiene de contrato, pero ¿el técnico tiene dudas sobre su continuidad? Seguramente no tendrá problemas al final para seguir, pero en sus últimas declaraciones se puede comprobar que no está convencido del todo. Después de las dificultades casi superadas de esta campaña, es previsible que no quiera repetir el mismo nivel de sufrimiento en la siguiente.
De esta manera, las cartas están echadas, pero la jugada puede dar alguna vuelta. En principio, el club y la dirección deportiva se preparan para un proyecto de continuidad, pero con refuerzos, alrededor de cinco, de mayor nivel que otras veces (luego habrá que ver hasta dónde pueden llegar) para dar un paso adelante en rendimiento y objetivos. Pero la gran pregunta seguirá abierta: ¿Será suficiente o habrá que hacer un mayor esfuerzo? Cuando el Málaga logre la permanencia matemática este debate será más intenso y profundo.
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