Mantener el bloque y dotarlo de experiencia, los objetivos del Malagueño en Segunda RFEF

Seguirá al frente de la plantilla Juan Francisco Funes, junto al exfutbolista Francis Bravo, que forman un tándem en el que confía mucho el Málaga. Ambos conocen a la perfección el nivel de todos los canteranos del club, lo que hace más fácil el trabajo en los momentos de máximas dificultades (algo muy común en los últimos años). Contarán con el bloque principal de la actual plantilla, compuesta por jóvenes talentos que están en pleno crecimiento. Algunos pertenecen ya al primer equipo y otros empujan por detrás con mucha fuerza en busca de una plaza que les permita seguir con su evolución hasta convertirse en futbolistas profesionales (tienen muchos ejemplos en el primer equipo).

Aunque no será suficiente con disponer de los mejores valores de La Academia, sino que el club tendrá que reforzar la plantilla con algunos jugadores algo más expertos, también jóvenes pero con algo más de experiencia en la categoría. El objetivo será consolidarse en Segunda RFEF, que es una categoría en la que suelen militar los filiales de los clubes más importantes (algunos están en una más arriba, pero pocos).

Otra de las claves estará en saber cómo le afectará este ascenso a las cuentas del Málaga. Y en este sentido, las fuentes consultadas aseguran que el Malagueño elevará su presupuesto, pero no será de una forma demasiado importante. Los gastos aumentarán en distintas partidas, sobre todo en la plantilla, pero no supondrá ningún problema para el club debido a que este incremento será pequeño y controlado.

El filial siempre estará al servicio del primer equipo. De hecho, en los últimos años el protagonismo de estos canteranos ha sido determinante para la entidad. De ahí que algunos futbolistas que son habituales en el combinado de Sergio Pellicer pertenecen a este segundo conjunto. Esta campaña, los fijos han sido Antoñito, Aarón Ochoa, Izan Merino o, en la última fase, Chupete, además de las incorporaciones puntuales de varios porteros o el centrocampista Rafa, entre otros. Esta dinámica, además, supone que el Malagueño tenga que echar mano del conjunto juvenil, lo que en ocasiones puede provocar algunos desajustes. Es una posición complicada en ciertas ocasiones, pero necesaria. Y está dando sus frutos.

En cualquier caso, se abre una nueva etapa del joven equipo malagueño. Su funcionamiento y gestión serán muy similares a las de ahora, aunque es cierto que tendrá una mayor exigencia, con rivales de más nivel que hasta ahora. Se trata de un salto de calidad deseado, pero que deberá consolidarse muy pronto, desde el primer momento.