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Soriano, en una parada a remate de Fran Sol poco antes del gol del Tenerife. salvador salas
Málaga 1-1 Tenerife

El conformismo y un error arbitral frenan al Málaga

El equipo se dejó llevar tras el descanso y encajó el empate en una falta a Soriano en el área pequeña

Domingo, 21 de marzo 2021, 18:15

El conformismo y un error arbitral frenaron en seco al Málaga en su objetivo de despegarse aún más del descenso e intentar mirar hacia arriba. ... Sin la capacidad de los últimos partidos para recuperar arriba la pelota para generar peligro, no supo administrar su ventaja tras el descanso y entró en una inercia que inevitablemente parecía conducir al empate, aunque este llegó por una falta al portero en el área pequeña que debió ser sancionada.

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Que el Tenerife tenía perfectamente estudiado al Málaga quedó patente en su alineación, en su disposición táctica y hasta en el estilo de juego elegido. Ya había advertido en la víspera su entrenador, Luis Miguel Ramis, del peligro de perder la pelota en campo propio porque el conjunto blanquiazul es el mayor especialista de la categoría en rentabilizar las recuperaciones gracias a su presión arriba. Por eso, desde el primer minuto el cuadro isleño casi prescindió de sus centrocampistas y prefirió golpear en largo para obligar a los locales a armar juego desde atrás. Además, la presencia de Zarfino como segundo delantero, junto a Fran Sol, permitía apretar a Mejías y Juande, así como tratar de neutralizar a Escassi.

El Málaga cayó en la trampa de contribuir a un partido sin pausa, con un ritmo acelerado que únicamente beneficiaba a su adversario. En realidad el equipo comenzó a ser el que reclamaba Pellicer desde la banda, con más calma en su juego para evitar tantas imprecisiones, cuando entró en acción Jozabed. Porque en el tramo inicial ni siquiera los laterales (Alexander y Matos) aprovechaban la salida de la pelota por su zona para no incurrir en la precipitación. En cuanto el sevillano comenzó a aparecer entre líneas con más frecuencia (fue el futbolista que más corrió en la primera parte, casi seis kilómetros), mejoró sensiblemente el juego por dentro. De hecho, así llegó en el ecuador de este periodo el gol, cuando Mejías lo encontró con un pase interior y se originó la descompensación defensiva del rival. Jairo, titular en lugar de Joaquín –probablemente para tapar mejor las subidas del lateral izquierdo Álex Muñoz–, irrumpió por el costado y después sirvió un excelente 'pase de la muerte' para buscar, cómo no, a Luis Muñoz. Al malagueño, erigido en máximo artillero blanquiazul, ya no se le puede calificar de 'goleador de guardia', aunque queda la duda sobre si el último en golpear la pelota fue Nono, que acudió al quite sin éxito.

Paradójicamente, el Tenerife tuvo ocasiones más claras antes del descanso (un flojo remate de Fran Sol completamente solo, un disparo al larguero de Zarfino o un tiro de Valera que se marchó cerca de la escuadra izquierda), pero dio la sensación de que el Málaga habría hecho más daño de no mostrarse tan precipitado en ataque, sobre todo Rahmani. Probablemente por ello, porque los visitantes tenían llegada y los malaguistas habían ofrecido cierto control del partido, no hubo cambio de piezas al regreso de los vestuarios.

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El Málaga cedió la posesión al Tenerife en la segunda parte con la esperanza de que el blindaje atrás y una recuperación en campo contrario le permitieran firmar la sentencia, pero al equipo no se le vio firme en la presión. De hecho, no tuvo más opción que una situación propiciada por una cesión defectuosa de Bruno Wilson a su portero.

Como en tantos partidos esta temporada, el Málaga se fue dejando llevar mientras su rival crecía. Con Escassi renqueante, Pellicer buscó más contundencia en la medular con Benkhemassa y prescindió de Jozabed, el faro del equipo con la pelota. Las sustituciones sí le dieron más oxígeno al Tenerife –sobre todo la entrada de Shashoua– y obligaron a intervenir a Soriano en un remate de cabeza de Fran Sol y en un tiro cruzado del citado Shashoua.

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Sometido a su rival, sin juego ni control ni salida, el equipo encajó el empate en un gol bendecido por el árbitro y el VAR cuando Folch entró con el pie arriba ante Soriano en el área pequeña (el portero, es cierto, con 'manos blandas') y lo golpeó abajo claramente. El Málaga pagó con un grave error arbitral su conformismo tras el descanso ante un Tenerife que apretó hasta el final para ganar.

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