Noe Salas, una histórica que vuelve a casa
La mediapunta de 31 años de Arroyo de la Miel, que ha vivido dos ascensos a Primera con el Málaga femenino y otro más con el Granada, regresa con el sueño de ver subir de nuevo al equipo de su vida
Muchos piensan que las segundas partes nunca fueron buenas, y desde luego, será complicado igualar lo vivido en su primera etapa, pero en esta segunda, ... no puede estar más contenta por haber vuelto a casa. El pasado febrero se hizo oficial el regreso de una de las históricas del Málaga femenino. No, no se trata de una de las míticas jugadoras del triplete, pero sí de una futbolista que logró 2 ascensos con el equipo, jugó 4 temporadas en la élite, vivió el paso del Atlético Málaga al Málaga CF y que, ante todo, ha vivido en primera persona la transformación de la sección a lo largo de 12 temporadas… Y media más con ésta.
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Hablamos de Noe Salas, de 31 años, que ha regresado a casa tras cuatro temporadas y media en el Granada, donde consiguió el ascenso a Primera, categoría de la que procede actualmente. Noe es una de esas jugadoras con un toque especial, el que sólo se enseña en las calles. Fanática de este deporte, recuerda pasar su infancia viendo partidos frente al televisor y jugando con los niños de su urbanización, en Torremolinos. Fue poco después, cuando su familia de mudó a Arroyo de la Miel, cuando dio el paso a apuntarse a un equipo, el Atlético Benamiel.
Era la única niña en un conjunto de chicos en el que compitió hasta los 14 años. Los dos últimos, además, compaginó el masculino con el femenino del club, pero ella pertenecía al conjunto varonil. «Al principio, los niños se asombraban, pero cuando empezaba a jugar con ellos, ya me trataban como una más. Es verdad que siempre estaba el típico padre de alguien del otro equipo, o los típicos niños del equipo rival que me decían cosas por ser niña, pero nunca me ha importado, yo tenía el apoyo de mis compañeros y de mis padres», reconoce. Por lo que no, nunca se sintió inferior. ¿Cómo recaló en el club blanquiazul? Como muchas otras niñas, fueron Manolo Navarrete e Isa Guerrero quienes captaron a Noe, cuando jugaba con la selección malagueña y andaluza.
Entró al primer equipo del Atlético Málaga femenino siendo la benjamina, con 14 años (temporada 2007-08), coincidiendo en aquella etapa con el tramo final de carrera de referentes malaguistas como la propia Isa Guerrero, Auxi, Alicia Fuentes o Nati Gutiérrez. Aquel curso, el de su llegada, ascendieron a la entonces Primera División, la Superliga. «Fue en el campo del Femarguín, donde hemos conseguido los dos ascensos con el Málaga, y estuvimos cuatro temporadas en la máxima categoría», rememora. Eso sí, aquella élite no se parecía en nada a la realidad del fútbol femenino actual: «No tiene nada que ver con lo de ahora, no teníamos nada de repercusión, se enteraba del resultado quien nos preguntaba. Eso sí, Manolo siempre intentaba llevarnos a los desplazamientos en tren o avión. Además, no teníamos un sueldo, pero nos daban algo de dinero por partido, unos 50 euros si ganábamos, 30 si empatábamos…».
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Eran tiempos precarios, pero también felices… Hasta que cambió el rumbo de la sección. Poco después de la absorción por el Málaga CF, llegaron los problemas. Sí, se invertía más entonces, pero los constantes cambios hicieron mella en el equipo. La malagueña señala dos momentos polémicos: cuando se 'apartó' a Navarrete e Isa, y cuando llegó Antonio Contreras. Previamente, con Raúl Iznata al frente del banquillo, surgió una problemática entre éste y la hija del jeque, Hamyan Al Thani, en la que también se vio involucrada Noe, sin comerlo ni beberlo, por intentar defender al entrenador, como capitana.
Malos momentos
El curso siguiente, el de la llegada de Contreras, fue fatídico para ella. «Con el tiempo me enteré de que le habían dicho a Contreras que yo había hecho un escrito explicando que no lo quería como entrenador. Recuerdo que pasaban las semanas y no me llamaban para renovar… Yo no entendía nada, era titular y capitana. Antonio quiso reunirse conmigo y me dijo que, a priori, estaba fuera. Se ve que le hablaron mal de mi, pero finalmente, me aceptó», recuerda.
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Doce y media son las temporadas que acumula Noe Salas en el club blanquiazul, al que llegó en la campaña 2007-08, con 14 años y al que ha regresado este mercado invernal, tras cuatro temporadas y media en el Granada.
Y reconoce: «Ese año no pasé muy mal. Trajeron muchos fichajes nuevos, apenas se me daban oportunidades… Además yo en aquella época tenía mi trabajo en una inmobiliaria, mientras que en el equipo no cobraba nada. Ahí, el año que ascendimos de nuevo a Primera, terminó mi etapa en el equipo». Pensó incluso en retirarse. No tenía minutos en Primera, y por el afán de seguir compitiendo, quedó relegada con 25 años a un filial que ascendió a Segunda. Pero entonces, tocó a su puerta el Granada, también en la categoría de plata, pero con un proyecto que perseguía el ascenso y le daba mayor protagonismo.
Cuatro temporadas y media pasó en un club que sí le remuneraba, que le permitía compaginar el deporte con su trabajo en la inmobiliaria, y lo más importante, en el que volvió a sentirse importante, hasta llegar a consumar, en la pasada campaña 2022-23, el ascenso a la élite. Sin embargo, tras pasar un mal año en lo personal y no contar con tantos minutos en Primera, decidió aceptar de nuevo la oferta de Navarrete. «Ha sido muy duro dejar el Granada, porque ya sentía que era mi casa, pero necesitaba volver. Además, vuelvo a coincidir con amigas; ellas se han comido muchos momentos malos estos años, así que son las que merecen llevar el brazalete. Yo vengo aquí a aportar y a disfrutar».
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Es consciente de que la realidad económica de la entidad es muy diferente hoy, pero aún así, valora: «A ver si el club nos da un empujoncito, porque he notado que el femenino ha dado un paso atrás. Ojalá antes de retirarme pudiera conseguir otro ascenso con mi equipo»
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