MÁLAGA CF / ÑITO SALAS

Clo: «Quiero seguir aquí para devolver al club donde merece»

La lateral gallega es la única no malagueña del club blanquiazul que continúa fiel al proyecto desde hace tres campañas, aun con el descenso

Martes, 8 de febrero 2022, 00:06

Como toda futbolista, tiene sus días grises y sus momentos de lucidez, pero lo que es innegable es que su persistencia y su nobleza la ... convierten en una pieza clave del vestuario; es el perfil de jugadora que todo equipo debería tener. Clo nunca lo ha tenido fácil para seguir en este camino. Forma parte de una generación que ha vivido la transformación del fútbol femenino partiendo desde la más absoluta precariedad y quizá su carrera ya no llegue a vivir el auge de este deporte, pero al menos, desde su llegada a la capital costasoleña, ha encontrado algo que siempre ha buscado: paz.

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Claudia García (28 años), más conocida como Clo, disputa este 2021-22 su tercera campaña en las filas del Málaga femenino. Es la única no malagueña que permanece en las filas blanquiazules desde entonces. Ha visto cómo se ha ido el grueso del equipo, pero ella, aun siendo de Vigo y habiendo vivido quizá la época más aciaga del club, ha decidido seguir aquí: «Cuando estás a gusto en un sitio, haces lo que sea para quedarte. Venía de unos años deambulando por ahí, buscando estabilidad, y aquí, aunque el club ha estado en su peor momento, en muy pocos sitios tienes esta calidad de vida».

Y continúa: «Yo vine con un proyecto para volver a Primera y descendimos. Te da impotencia y quiero seguir estando aquí para devolver al club donde merece. Tengo esa espinita: igual que he bajado con el club, quiero ayudar a subirlo». Fidelidad a una camiseta con la que no se ha criado, pero que le ha dado motivos para seguir.

«En mi generación, o tenías la suerte y talento para meterte en un gran equipo o muchas dejaban el fútbol por desmotivación»

De pequeña, no soñaba con ser futbolista, al menos en el césped. Quería jugar al fútbol-sala y no tardó en destacar. Incluso recibió ofertas del Burela y del Ponte Ourense, pero en aquella época, rondando los 15 años, comenzó a compaginar más seriamente ambas disciplinas y la ayudó a decantarse una inesperada llamada. Clo acudió a múltiples concentraciones con la selección española sub-17 aun teniendo 15 –fue compañera de la hoy Balón de Oro, Alexia Putellas–, pero ella misma notaba un salto de calidad entre ambas. «Cuando iba con ellas me daba cuenta de que ellas estaban a un nivel superior. Yo no sabía nada de preparación y veía a gente del Barcelona u otros equipos buenos mucho más preparadas», relata.

Varapalos

Uno de sus primeros varapalos fue quedarse a las puertas de la convocatoria de un Europeo. Pero ojalá todo hubiera quedado ahi. Su vida futbolística, por desgracia, nunca terminó de despegar. Fue una montaña rusa. «He vivido un poco de todo. Cuando jugaba en Primera (con El Olivo, de Vigo) no cobraba nada y por eso ahora me da igual tener lo mínimo, pero seguir disfrutando a nivel futbolístico y personal», explica, en relación al hecho de haber jugado tanto en Primera como en Tercera, ahora con el Málaga.

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Pero, más allá de aquella precariedad, también ha vivido todo tipo de engaños: «Fiché por el Sporting de Braga (Primera portuguesa). Las condiciones eran buenas, se nos trataba como profesionales, cobré por primera vez, pero después nos hicieron una jugarreta con la renovación», recuerda. Luego, en el Oviedo: «Allí también hubo lío porque no cumplieron con todo lo prometido, hubo problemas en el vestuario… Y luego quise volver al Olivo y desapareció. Entonces me fui al Atlético Matamá,ahi hicimos un buen equipo». Ya ni siquiera se entristece por aquellas situaciones; la ayudaron a darse cuenta de que es impensable vivir de ello fuera de la élite. Se graduó en Educación Primaria y ahora trabaja como monitora en la escuela del Málaga, mientras sigue disfrutando del fútbol... De otra forma. «He vivido todo tipo de condiciones. Por eso no me importa volver a Tercera. Dentro de la mala situación económica que pueda tener el Málaga, este es un club que trabaja bien, que por ejemplo si te lesionas no te van a vender como otros clubes. No nos van a tratar como al primer equipo masculino, pero nos tratan bien», se sincera. Y continúa valorando: «Ahora el fútbol femenino está creciendo, pero hace 10 años la realidad era otra. En mi generación, o tenías la suerte y el talento para meterte en un gran equipo o el resto, como yo, que estuvimos ahí, pasamos por este tipo de situaciones o dejaron el fútbol directamente por desmotivación». Aquel no fue su caso y por fortuna, el karma y el fútbol al fin le están devolviendo un poco de la suerte por la que tanto ha luchado.

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