Clamor de los aficionados malaguistas en Madrid contra el equipo: «No tenéis ganas; aquí no hay presión»
La racha del equipo, con cuatro derrotas seguidas fuera de casa, comienza a desesperar a sus seguidores, que se volvían a contar por cientos este domingo en Butarque y estallaron tras el partido
Derrota por dos a cero en Leganés, la cuarta seguida de la temporada fuera de casa, y en el momento en que algunos malaguistas se ... dirigieron a la esquina del recinto, donde había unos 500 aficionados del equipo, varios de ellos estallaron contra los jugadores y su actuación. «¡Vamos a echarle huevos!», repitieron una y otra vez.
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«¡David, aquí no hay presión!», comentó uno a voz en grito a Larrubia refiriéndose a la escasa temperatura ambiental en Butarque. «¡No tenéis ganas, sangre!», les dijeron también. Fue la expresión en caliente de un malestar creciente. También al exterior del recinto, mientras los protagonistas aparecían por la sala de prensa del estadio, se oían gritos que expresaban ese descontento, mientras jugadores subían al autobús. . Hubo cánticos de «¡jugadores, mercenarios!», «¡Pellicer, dimisión!» y «¡directiva, dimisión!» han sido los más emitidos.
No cabe duda de que el Málaga lidia esta campaña con un doble reto, sus propios resultados y el conocer de antemano que la exigencia es superar los del curso anterior. De momento no se está consiguiendo. Son once puntos en diez jornadas, dos menos que en la campaña anterior, cuando estaba entonces decimocuarto en la tabla y ahora frisa el descenso.
Entonces era un equipo recién llegado a Segunda, y ahora se ve con el hándicap de las numerosas ausencias y jugadores faltos de ritmo con las que viene compitiendo mes y medio. Ahora bien, con el once que formó este domingo en Leganés barrió hace siete días al líder invicto, el Deportivo, aunque esta vez se volvieron a notar las deficiencias, en especial cuando toca recurrir a la profundidad de banquillo en los cambios.
En las cuatro derrotas seguidas fuera ha penalizado mucho algún error defensivo. En Huesca, no parar en falta en el añadido, en la última acción del partido una transición local que al final se prolongó veinte segundos y acabó en el 1-0 final; en Burgos, dos desatenciones muy graves en las marcas en los tantos locales para el 2-1, ante un rival que llegó pocas veces con peligro, y en Santander, la acción de la expulsión de Montero al filo del descanso, cuando el equipo tuteaba el Racing.
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En Leganés, aunque el equipo pareció salir con energía, hubo un desajuste ya en el minuto 3 para el primer gol, que cambió todo el plan de partido. Galilea salió a tapar en la izquierda la espalda de Dani Sánchez, pero llegó tarde al balón, y Juan Cruz se fue a puerta y centró hacia Diego García, que marcó de forma fortuita.
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