Las autoridades que han visitado este viernes las nuevas instalaciones de Los Ruices. Marilú Báez
Málaga capital

Última inversión en la planta de Los Ruices: del contenedor a un producto reciclado de calidad

La Junta y el Ayuntamiento explican la gran modernización efectuada en Los Ruices para elevar la recuperación de residuos, su venta en el mercado y los ingresos de Limasam

Viernes, 25 de julio 2025, 14:03

La gran misión del Centro Ambiental de Los Ruices es mejorar la recuperación de materiales para que puedan venderse en el mercado y con ello, ... como dice el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, los de la empresa municipal de limpieza de Málaga no sean sólo gastos, sino que obtenga también ingresos. Aunque la finalidad de esto no es exclusivamente económica. Tiene que ver también con el medio ambiente y con un hito que hay que cumplimentar: para el año 2035, la mayor parte de los residuos han de acabar en productos reciclados, es decir, han de haber completado todo el camino que marca la economía circular, y únicamente el 10% podrán terminar en un vertedero.

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Con estos objetivos en mente, el Ayuntamiento de Málaga, a través de Limpieza de Málaga SAM (Limasam), ha realizado un proceso de modernización de la gestión de los residuos de la capital mediante la automatización de la planta de tratamiento mecánico-biológico, a lo que ha sumado la construcción de una nueva planta de tratamiento de biorresiduos en el Centro Ambiental de Los Ruices.

Se trata de dos proyectos que mejorarán el tratamiento de los residuos procedentes del contenedor marrón (biorresiduos orgánicos) y del gris (fracción resto). A ellos se ha destinado una inversión de 16,77 millones de euros que están financiados por los fondos Next Generation de la Unión Europea en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El coste total del proyecto de la planta de tratamiento de biorresiduos ha ascendido a los 6 millones de euros, de los que 2,87 millones los ha aportado el ayuntamiento. Mientras tanto, la modernización de la planta de tratamiento mecánico biológico ha supuesto una inversión total de 10,75 millones de euros, de los que cerca de 5,2 millones proceden de fondos municipales.

Marilú Báez

La modernización de la planta de tratamiento biológico pasa por su automatización, lo que no sólo mejora las condiciones de trabajo de las personas que ahora mismo están ahí empleadas, sino que también aumenta la capacidad de recuperación de materiales. De hecho, se espera que de las 100.000 toneladas actuales se pase a una capacidad de 200.000 toneladas. Además, como ha explicado el responsable de la planta, Javier Pazos, se prevé que se pueda triplicar la tasa de recuperación de materiales tales como plásticos, papel-cartón y metales, al tiempo que ello también permitirá que se pueda recuperar la máxima cantidad de materia orgánica a enviar a compostaje.

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En cuanto a la nueva planta de biorresiduos, la que trata la materia orgánica procedente de la recogida separada del contenedor marrón y los restos de poda, es pionera en compostaje automatizado de la materia orgánica. Tiene una capacidad de tratamiento de entre 15.000 y 20.000 toneladas anuales de residuos para convertirlos en fertilizante de calidad. Y, además, en línea con la filosofía medioambiental que envuelve a Los Ruices, la planta se autoabastecerá al 100% de la energía eléctrica renovable que ya se produce en el complejo, gracias al aprovechamiento energético del biogás del vertedero, lo que permitirá reducir las emisiones y la huella de carbono del proceso.

Este viernes, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, junto a la concejala de Servicios Operativos, Playas y Fiestas, Teresa Porras, y la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, visitaron estas instalaciones. «Tenemos plantas para cada tipo de contenedor, lo que hace falta es que las materias primas con las que trabajamos vengan de la mejor calidad posible, porque es un beneficio muy grande», instó Javier Pazos, en referencia a que la ciudadanía ha de usar cada contenedor para lo que está diseñado. «Las poblaciones, al final, se convierten en el eje principal de todo lo que queremos hacer en estas plantas», abundó la consejera en la necesidad de mayor concienciación ciudadana con la separación y el reciclaje. «Existe mala información en las redes sociales que al final hace que la gente se preocupe menos del separado real. Hay que hacerles conscientes de que sin los ciudadanos este compromiso no existe. El cambio climático es una realidad y nuestra obligación es adaptarnos», insistió Catalina García.

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De ahí que el alcalde incidiera en la necesidad de que la ciudad conozca Los Ruices y los niños visiten sus instalaciones, sobre todo entre los últimos cursos de la primaria y los primeros de la secundaria, que son las edades en que más puede calar la sensibilización medioambiental.

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