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Uber redobla su apuesta por Málaga. Apenas un mes después de ampliar su radio de cobertura a todo el litoral de la provincia desde Nerja hasta Manilva, la multinacional de vehículos turismo con conductor (VTC) va un paso más allá al integrar al taxi de la capital en su plataforma, convirtiendo a Málaga en la tercera ciudad que ofrecerá este servicio tras Madrid y Barcelona. Desde este martes, la compañía pone a disposición de los 1.432 taxistas de la ciudad la posibilidad de complementar su actividad habitual con la realización de servicios a través de UberX. De esta forma, cuando el cliente solicite un viaje a través de la 'app' le recogerá el vehículo más cercano a su ubicación, independientemente de si se trata de la típica berlina negra o de la característica blanca con una franja azul en la puerta, aunque también se le ofrecerá la opción de elegir vehículo.
De momento, este servicio sólo será válido para trayectos urbanos. En cuanto a los precios, se aplicarán las tarifas municipales, de modo que cuando la carrera la realice un taxi deberá ceñirse a las mismas. A modo de ejemplo, si se trata de un servicio mínimo no podría prestarlo, ya que el de Uber es de 3,5 euros y el del taxi, de 3,85. Lo mismo ocurriría si el precio del trayecto contratado a través de Uber (cuyas tarifas son dinámicas) supera las tarifas máximas del taxi, que están reguladas por el Ayuntamiento.
En cualquier caso, será la 'app' la que ofrezca un precio cerrado, tal y como vienen haciendo los VTC y como ahora también puede aplicar el sector tradicional con el decreto andaluz de modernización y flexibilización del taxi que entró en vigor el pasado febrero, cuyas principales novedades es que el usuario tendrá la posibilidad de compartir taxi y de saber de antemano cuánto le va a costar el trayecto. Precisamente esta regulación de la Junta es la que posibilita esta integración entre ambos servicios de transporte.
¿Cuántos taxis se subirán al carro de Uber? En la compañía no ocultan los recelos ni el conflicto que durante años mantiene el sector tradicional con los VTC, pero entre los contactos previos con «asociaciones y autónomos» y los resultados que se vayan dando confían en terminar el verano con la incorporación de entre 200 y 300 vehículos.
«Cada vez hay más taxistas que empiezan a verlo de otra manera, que entienden que puede haber convivencia y que Uber puede ser un aliado para aumentar sus ingresos, no un enemigo. Sabemos que el proceso llevará semanas o meses y que será necesaria mucha pedagogía, pero estamos convencidos de que podemos terminar la temporada con varios cientos. En Madrid ya están integrados dos mil taxis poco después de un año, prácticamente uno de cada siete, y casi llegan a duplicar la facturación por hora respecto a los que sólo trabajan a mano alzada», afirma a SUR el director de Uber en España, Juan Galiardo, quien destaca el carácter estratégico que para la compañía suponen Málaga y la Costa del Sol: «Está siendo la zona del país que más rápido se está recuperando, así que si para el taxi es una oportunidad de generar nuevos ingresos, para nosotros es una oportunidad de aumentar nuestra oferta y así poder cubrir la cada vez mayor demanda», remarca el directivo.
A cambio de esta integración, el taxi que se adhiera deberá pagar a Uber una comisión del 12% del importe abonado por el cliente que se suba a su vehículo a través de la 'app', a diferencia del 25% que la multinacional cobra a sus colaboradores de VTC. A modo de incentivo, durante los dos primeros meses de lanzamiento no habrá comisión. Además, para intentar captar al mayor número posible de taxistas, también les ofrece un bono de 100 euros por cada compañero que consigan atraer, acceso a las coberturas del seguro de la compañía e incluso descuentos de hasta el 23% en la adquisición de vehículos eléctricos a través del acuerdo que acaba de suscribir con Nissan en el marco de su plan de sostenibilidad para fomentar el uso de tecnologías limpias.
En cuanto al viajero, Galiardo insiste en que la experiencia del usuario de Uber seguirá siendo la misma: precio cerrado, sistema de pago instantáneo, posibilidad de compartir tarifa con otros pasajeros,… Según apunta, en Madrid la valoración media del usuario entre ambos tipos de vehículos son prácticamente idénticas. «Lo que influye no es si se viaje en un VTC o en un taxi, es el conductor y el servicio en sí», resalta.
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