La autoadministración de testosterona está contraindicada. Sólo debe hacerse bajo prescripción médica. SUR

Testosterona, ¿la hormona de la eterna juventud?: Muchos suplementos que prometen subirla tienen «efecto placebo»

Andrólogos y endocrinos afirman que la causa más frecuente de que los niveles de la hormona sean bajos es la obesidad

Jueves, 18 de septiembre 2025

Millones de hombres en todo el mundo, sobre todo cuando llegan a la madurez (más de 35 O 40 años), han comenzado a tomar suplementos ... con el fin de incrementar sus niveles de testosterona. «Esta es la hormona masculina por antonomasia y está relacionada con la virilidad y con la fuerza», afirma el doctor José Carlos Fernández García, que pertenece al Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga. La testosterona comienza a reducirse en la edad adulta, pero tanto el doctor Fernández García como el urólogo y andrólogo Rodrigo García-Baquero, que trabaja en el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz y la clínica sevillana Andromedi, además de representar a la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA), recomiendan que el tratamiento para subir esta hormona se haga siempre bajo supervisión médica, dado los graves riesgos que entraña adquirir en el mercado negro o en páginas web de dudosa legalidad tanto los inyectables intramusculares como los geles. Los suplementos no encierran peligro, pero son, en opinión de los sanitarios, placebos.

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«Mucha gente lo ve por redes sociales, porque dicen que tienen más calidad de vida, se lo inyectan o lo usan en gel, buscando la eterna juventud», explica el doctor Fernández García, quien explica que, a veces, se produce un déficit de esta hormona, de manera que los testículos no producen suficiente. Esta situación se denomina hipogonadismo y tiene como consecuencia, argumenta el doctor García-Baquero, la pérdida o reducción de la libido o el deseo sexual, disfunción eréctil, apatía o fatiga física crónica, decaimiento, debilidad muscular, síntomas depresivos y osteoporosis. Todo aumenta conforme los niveles son más bajos, creciendo incluso la posibilidad de que ocurran eventos cardio o cerebrovasculares.

El consumo de suplementos para subir la testosterona se ha disparado entre los hombres de mediana edad y mayores para recuperar el vigor sexual y la fuerza muscular, pese a que la clave para revertir ese déficit, siempre que sea leve, es llevar una vida sana con dieta y ejercicios de fuerza

Es, hasta cierto punto, lógico que si cae el deseo sexual y hay mayor debilidad muscular, exista la tentación de hacerse con el inyectable intramuscular o el gel, pero hacerlo sin prescripción y estricto control médico está absolutamente contraindicado, explican ambos expertos. «Cuando no hay déficit no tiene sentido tomar nada, no se debería, porque puede producir problemas hepáticos, ginecomastia (aumento de pechos en hombres), haciendo la sangre más densa y aumentando la incidencia de ictus o infartos cerebrales. No se debe tomar cuando no hay déficit de testosterona», recalca José Carlos Fernández, quien indica que, tras ser prescrito por un médico, aumenta la masa muscular, se reduce la grasa, mejora la predisposición a tener diabetes, la libido y la función eréctil. «En general, la mejoría es significativa».

«Si no hay diagnóstico, no tiene ningún sentido»

El problema es cuando se compra en el mercado ilegal sin prescripción médica y se simultanea, como ocurre en algunos individuos adictos al gimnasio, con anabolizantes y otras sustancias. «La gente se pone mucha cantidad de testosterona para tener más músculos», precisa, pero repite: «Si no hay diagnóstico ni tratamiento, no tiene ningún sentido». Para empezar porque los profesionales ajustan la dosis y realizan un férreo seguimiento. Por eso, aconsejan estos médicos ir siempre al facultativo especialista, que individualizará el tratamiento. Añade otro efecto secundario al tratamiento el doctor García-Baquero: la alopecia, que se da una vez que la testosterona se une a unos receptores existentes en el cuero cabelludo. «Igual notan que les crece más pelo en el cuerpo y que pierden el de la cabeza», agrega. Eso sí, su colega señala que otra cosa es el tratamiento sustitutivo, que trata de compensar la pérdida de esa testosterona. «Con un tratamiento intentamos darle la cantidad que su cuerpo produciría; pero claro, cuando te pasas de dosis, todos los efectos secundarios aparecen y cuánta más cantidad de dosis, más efectos secundarios. Se ponen mucha más de la recomendada y con mucha más frecuencia», indica José Carlos Fernández García.

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Un hombre realiza ejercicios de fuerza. SUR

Advierte García-Baquero, por su parte, de que «cuando nosotros diagnosticamos un hipogonadismo, se tienen que acompañar las dos cosas: síntomas sucesivos y bajos niveles de testosterona. Es hipogonadismo de inicio tardío», reseña. Pese a todo, este tratamiento médico también tiene sus efectos secundarios si no se aplica al pie de la letra.

Suplementos

Pero también se puede dar un déficit leve y muchos hombres toman suplementos como el 'Tribulus terrestris', que procede de una hierba, la Maca Andina o el Gingsen. Aquí no hay tanto riesgo. Antes de explicar por qué, hay que caracterizar por qué se da el hipogonadismo o el déficit leve: García-Baquero asegura que hay muchas causas: desde tratamientos para otras enfermedades que pueden bajar la testosterona (para el cáncer, por ejemplo), la diabetes y la obesidad, entre otros factores de riesgo cardiovascular, problemas testiculares o por asuntos relacionados con la hipófisis, la glándula que controla la producción hormonal. Además del estrés y no dormir bien, la frecuencia de las relaciones sexuales, lo que se come y el alcohol y el tabaco, y, claro, la ausencia de una práctica deportiva centrada en ejercicios funcionales o de fuerza, tan en boga hoy para mejorar la salud ósea y adelgazar.

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La clave, dice García-Baquero, es que se trata de «una hormona que es variable a lo largo del día y, por eso, entre otras cosas a la hora de diagnosticar un déficit de testosterona hay que comprobarlo en ayunas y, sobre todo, después de una noche de descanso de seis o siete horas». Se hace un análisis de sangre específico para constatar los niveles hormonales.

Si existe un déficit leve, puede revertirse de forma natural siempre que el afectado se lo tome en serio. «Es frecuente en la consulta un paciente con sobrepeso, sedentario, con niveles discretamente bajos: la primera opción sería recomendarle que restablezca su salud a nivel global. Se ha demostrado que el ejercicio físico, una dieta equilibrada y una reducción en el peso si existe sobrepeso, o incluso aumentar la masa muscular de manera discreta, favoreciendo el descanso para quienes duermen poco... con esas pequeñas medidas se puede de manera natural restablecer los niveles de testosterona o subirlos ligeramente», indica el doctor García-Baquero, que añade a la ecuación un aumento de la frecuencia sexual. Porque ambos doctores tienen claro, como verbaliza Fernández García que, «a día de hoy, la causa más frecuente de bajos niveles de testosterona en el varón es la obesidad. Entonces, ahí lo importante es revertirla y eso es dieta mediterránea hipocalórica y ejercicio físico, tanto aeróbico como anaeróbico de fuerza y resistencia. Y si es déficit leve, que puedan ser debidos a obesidad o síndrome metabólico, van a mejorar mucho con un estilo de vida saludable». Es decir, esto se indica en caso de que la caída de la testosterona no sea muy acusada.

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Efecto placebo

En cuanto a esos suplementos, dice este experto endocrino: «Hasta ahora no hay nada que haya demostrado que hay suplementos nutricionales que produzcan un aumento de la testosterona. Si lo suben, lo pueden subir mínimamente y en conjunción con otras medidas, pero no te van a resolver un déficit de verdad. Te pueden ayudar, y además también está ahí el efecto placebo, pero no son medicamentos, no tienen un efecto terapéutico claro». El andrólogo García-Baquero está de acuerdo: «Ninguna guía de práctica clínica determina o aconseja el uso como medida óptima de un suplemento natural para subir la testosterona. Yo, de por sí, no recomiendo ninguna hierba. Después, si el paciente lo toma, en fin, tampoco lo contraindico, no tiene ningún efecto negativo. O sea, no hacen daño, pero tienen un efecto placebo importante». Si el déficit se acentúa, lo ideal es el tratamiento. La subida gracias a estos suplementos es muy discreta y los estudios no son concluyentes.

El tratamiento médico, si se inicia, es de por vida y no debe suspenderse sin supervisión facultativa, aunque los médicos especialistas piden que todo se haga con la correspondiente prescripción médica para evitar graves efectos secundarios tras la autoadministración sin control que hacen algunos amantes del fitness

Por cierto, una vez que se empieza este debe continuar de por vida «si está bien indicado», y sólo se puede suspender si se produce un cambio radical en el paciente (una persona obesa que pierda muchos kilos tras una cirugía bariátrica). «Lo correcto es que si a los tres o seis meses sigue con el tratamiento y no encuentra ninguna mejoría clínica, sería suspenderlo porque hay efectos clínicos, síntomas o signos que a veces no mejoran con la reversión a niveles normales de la testosterona», recalca.

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Uno de los principales problemas de inyectarse testosterona, además de las dosis exageradas, es que la administración exógena de la hormona provoca que el cuerpo produzca menos o deje de producir, sobre todo en pacientes más mayores. «Para que se produzca testosterona, debe haber otra hormona previa que se produce en la hipófisis y que induce a los testículos a que la produzcan. Ese eje hormonal a veces queda dañado por la administración de manera exógena, eso queda como adormilado. Entonces, puede ser que un paciente se haga dependiente del tratamiento porque ese eje quede adormilado de por vida», subraya García-Baquero.

Ambos doctores relatan que reciben un número importante de consultas de personas que se han inyectado la hormona por su cuenta, sobre todo procedentes de la cultura de la musculación, que acaban por sucumbir a la infertilidad, y más aún cuando se mezcla el consumo con anabolizantes.

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En el caso de la mujer, dice Fernández García, el tratamiento con testosterona no está indicado, mientras que su colega recuerda que sólo se usa para tratar casos muy puntuales de ausencia de deseo.

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