Terror en el supermercado: los alimentos que más han subido
Los precios de productos básicos protagonizan una escalada inédita en los últimos diez años. Llenar el carro cuesta un 40% más de media, aunque hay artículos como el aceite o algunas verduras que han doblado su valor
La inflación era, hasta el año pasado, una lluvia fina que iba inflando poquito a poco el coste de la cesta de la compra. Ese ... sirimiri se ha convertido en chaparrón; es imposible no notarlo. La escalada de precios de los alimentos es tan fuerte que se percibe en cada visita al supermercado. Pero para tomar conciencia de la dimensión real de la subida conviene echar la vista atrás y comparar. Hoy, para llenar el mismo carro que en 2013 costaba 100 euros, hay que sumarle al tiquet casi 40 euros más. Y no es una cuenta de la vieja: lo dice el Panel de Consumo Alimentario en Hogares, que realiza desde 1987 el ahora Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, basándose en encuestas efectuadas entre los consumidores y los responsables de compras de dichos establecimientos.
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Según dicho estudio, entre 2003 y 2013 el precio medio de venta al público de alimentos en Andalucía aumentó un 21,8%. En la década siguiente, la que va desde 2013 hasta ahora, la subida ha sido del 39,5%. Pero hay productos que se han encarecido con mucha más intensidad que el promedio. Las familias de los aceites y grasas, las hortalizas frescas, los pescados, las carnes y las harinas y pastas alimenticias son, por este orden, las que más se han disparado.
María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, explica así por qué han subido de forma tan dramática los productos del carro de la compra. «Los precios de los alimentos siempre han crecido más que el IPC general, sobre todo los no elaborados: pescado, frutas, legumbres, hortalizas, carne en menor medida… Cuando empieza la actual etapa inflacionaria esta tendencia se acentúa, ya que la producción de esos alimentos se ve afectada de lleno por factores como la subida de costes energéticos, de los piensos para animales, de los cereales y de otras materias primas básicas para la agricultura. El incremento de costes en la industria alimentaria ha sido mayor que en otras actividades. A ello se añade la sequía, clave para entender la caída de producción del aceite y su consiguiente subida de precio».
Las asociaciones de consumidores aportan un matiz más crítico a la interpretación de la escalada de precios en los supermercados. Facua, de hecho, ha denunciado ante el Ministerio de Consumo a ocho cadenas de distribución para que investigue si han aumentado sus márgenes de beneficio a partir de la subida de precio que han aplicado en una serie de alimentos que cuentan con el IVA rebajado.
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El 'top 10' de productos que más suben
De la interminable lista de artículos que se incluyen en el Panel de Consumo Alimentario en Hogares, SUR ha seleccionado 75 que forman parte habitualmente de la lista de la compra. Encabezando el ranking de los alimentos más encarecidos en la última década en Andalucía está, para sorpresa de nadie, el aceite de oliva. Lo que sí puede resultar llamativo es que su subida del 109% esté empatada con la de otro producto que pasa más desapercibido: la judía verde.
Hay que matizar que los datos proceden de la encuesta realizada en el pasado mes de agosto y desde entonces, el aceite de oliva ha proseguido su frenética escalada de precios. Así, en el ranking se muestra un precio medio de 6,7 euros por litro en la modalidad virgen extra, pero actualmente en los supermercados no se encuentra este producto por menos de 8 euros.
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El tercer artículo de la cesta de la compra que más se ha encarecido en la última década es una fruta: el kiwi, cuyo precio ha aumentado un 108%. En cuarta y quinta posición hay dos productos muy presentes en las fiestas navideñas: el jamón ibérico y el salmón ahumado. Ambos alimentos acumulan una subida del 90% en dicho periodo. En similar porcentaje se ha encarecido el lenguado, que ha pasado de 7,5 a 14 euros por kilo. Un producto tan básico como el arroz aparece en octava posición: en 2013, el kilo de este cereal no llegaba al euro y ahora está en 1,7 euros de media.
Los humildes tomates, en novena posición, también han disparado su precio: de 80 céntimos a rozar los 2 euros por kilo. Y cierran este 'top 10' las aceitunas, que en su modalidad envasada rellena han subido un 77% en diez años.
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Carne, embutidos y huevos
La familia de productos cárnicos ha experimentado una subida de precios media del 36% en la última década. Son los embutidos y salazones los que más se han encarecido, con el jamón ibérico a la cabeza. Este producto se paga en Andalucía a una media de 35 euros por kilo, casi un 92% más caro que hace diez años. Su hermano pobre, el jamón cocido, ha subido también considerablemente, un 60%. El jamón curado y el salchichón también están entre los derivados cárnicos más afectados por la inflación. Las carnes frescas más consumidas han experimentado subidas más moderadas en comparación con los mencionados productos, pero que son llamativas en cualquier caso: el 36% la de cerdo, el 39% la de ternera y el 41% la de pollo.
Pescado fresco, congelado y en conserva
La familia del pescado y el marisco ha experimentado un encarecimiento de casi el 50% en los lineales del supermercado entre 2013 y 2023. El salmón ahumado es el producto que más se ha disparado: su precio ha subido casi un 100% en diez años, alcanzando los 36,7 euros por kilo. Y lo curioso es que la materia prima de esta especialidad, el salmón fresco, solamente se ha encarecido un 24,5%.
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El lenguado, tanto fresco como congelado, es el segundo pescado que más ha subido desde 2013: un 90%, costando ahora una media de 14 euros por kilo. El calamar, el pulpo y la merluza también superan el 50% de encarecimiento. Y mención aparte merece el modesto atún en lata, que ya no lo es tanto tras subir un 37% de media (la variante con aceite de oliva lo ha hecho en mayor medida por influencia de dicha materia prima).
Lácteos
Si hay un producto lácteo que destaque entre los demás por su subida de precio es la mantequilla: acumula un encarecimiento del 77% desde 2013 y actualmente supera los 10 euros por kilo. La leche, por su parte, se acerca ya peligrosamente al euro por litro en su modalidad básica tras subir un 38%. El yogur lo ha hecho un 54% y el queso fresco, un 42%. Como curiosidad, cabe reseñar la diferencia de precios existente entre las modalidades con sal y sin sal de este producto lácteo: comprar el queso sin sal supone pagar casi 4 euros más por kilo.
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Pan, dulces y desayuno
En la última década, el presupuesto que deben destinar los consumidores andaluces a poner la mesa para el desayuno ha aumentado considerablemente. Especialmente afectados por la inflación están los aficionados al café, puesto que este producto se ha encarecido un 44%, alcanzando de media los 15,6 euros por kilo.
La adicción a la glucosa también se paga cara: la bollería envasada ha subido un 45%, el chocolate con leche un 37%, la crema de cacao para untar un 36% y las galletas, un 34%. La madre de todos estos productos, el azúcar, se ha encarecido nada menos que un 55%. El único producto de esta familia que se salva de la inflación es, curiosamente, los cereales de desayuno, que mantienen el mismo precio medio que hace diez años según el Panel de Consumo Alimentario en Hogares. El pan, por su parte, ha subido, pero menos que el resto de productos: un 20%.
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Arroz, pasta y legumbres
Forman la familia de alimentos más asequible del carro de la compra. El arroz, las legumbres y la pasta son productos que siempre han sido el comodín para rellenar el menú familiar semanal sin que se dispare el presupuesto. Y siguen siéndolo, pero menos, ya que acumulan una subida desbocada que es achacable, sobre todo, a la carestía de los cereales y a la subida de los costes energéticos. La subida de estos alimentos no perecederos afecta especialmente a las economías más humildes. Es especialmente llamativa la del arroz, un cereal cuyo precio se ha disparado un 72% en los últimos diez años y que en variedades como el bomba alcanza ya cifras prohibitivas. Algunas legumbres, como las lentejas, también se han encarecido por encima del 50%, mientras que los garbanzos están más moderados. Y la pasta, por su parte, refleja en su precio la subida de la harina con un aumento del 49%.
Aceites y aderezos
Si hay un producto de gran consumo cuyo encarecimiento esté protagonizando titulares, ese es el aceite de oliva. Y no es para menos: la piedra angular de la dieta mediterránea va camino de convertirse en artículo de lujo, con un precio que supera ya los 9 euros por litro a día de hoy en la modalidad virgen extra. El último Panel de Consumo Alimentario en Hogares corresponde al mes de agosto, así que no refleja el último acelerón del precio de este producto. En dicho mes el precio medio del virgen extra estaba en torno a los 6,7 euros de media en Andalucía (por debajo de la media nacional, que era de 7,24). Hace diez años, se pagaba por cada litro 3,22 euros: la subida ha sido de casi el 110%. Las calidades inferiores del aceite de oliva tampoco escapan a la subida: incluso el de orujo ha disparado su precio un 81% y se paga ya a 3,8 euros el litro.
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Ante esta fuerte escalada, hay consumidores que se han pasado a los aceites de semillas. Pero estos productos, siendo más asequibles que el de oliva, también se han encarecido de forma notable. Un 45% lo ha hecho el aceite de girasol, acercándose a los 2 euros por litro. La margarina, por su parte, ha subido cerca de un 60%.
Frutas y verduras
La familia de las hortalizas frescas es, después del aceite de oliva, la que más se ha visto afectada por la inflación. El precio medio de las verduras prácticamente se ha duplicado en la última década. La fruta también se ha encarecido, pero con la mitad de intensidad. La judía verde es la hortaliza que más ha subido, mientras que entre las frutas es el kiwi: ambos productos han multiplicado su precio por más de dos.
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Merece la pena destacar el fuerte aumento de precio de las hortalizas más básicas de la cesta de la compra: tomates, cebollas y pimientos suben por encima del 50%. El estudio de precios del Ministerio también refleja la evolución al alza de la sandía y el melón, dos frutas que el pasado verano se encarecieron con fuerza.
Conservas, congelados y precocinados
En la familia de las conservas vegetales, la aceituna es el producto que más se ha encarecido, como consecuencia de la subida de su materia prima. Una lata de aceitunas rellenas cuesta hoy un 77% más que hace diez años. De igual manera, el tomate frito (cuyos ingredientes básicos son el tomate, el aceite y el azúcar) cuesta un 56% más. También otras hortalizas no frescas (congeladas o en conserva) se han visto contagiadas por la subida de precios de su materia prima. De una manera algo más moderada han evolucionado los precios de las salsas y otros productos industriales.
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Bebidas
La inflación también hace mella en el capítulo de bebidas, tanto alcohólicas como no alcohólicas. Una lata de refresco de cola valía hace diez años menos de 50 céntimos, mientras que ahora supera los 80. La subida, por tanto, ha sido del 62%. Los zumos también se han disparado, en parte como consecuencia del encarecimiento de su materia prima. Y el vino y la cerveza, por su parte, suben más de un 40%.
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