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Talent Lab Málaga: Forja de formación para jóvenes
Ejecutivos y jefes de recursos humanos de empresas punteras de la provincia comparten tres jornadas de trabajo con los seleccionados para este evento
Hay algo con lo que Mar Cárdenas se topa muchas veces cuando sus jóvenes alumnos tienen que exponerse por primera vez. Ya sea hablar ... ante un auditorio o en una entrevista de trabajo: el miedo a cometer un error capital.
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Cárdenas es la directora de un máster de gestión de recursos humanos en ESIC. Desde hace más de diez años, lidia con alumnos cuyo siguiente paso en la vida es tan difícil como determinante: acceder al primer trabajo en condiciones estables. La preparación, así se lo intenta trasladar en el aula, es la clave para sacar provecho a las oportunidades cuando se presentan. «No hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión», resume.
La cultura anglosajona no deja de incrementar el diccionario con terminología laboral. Si una entrevista de trabajo siempre ha sido en esencia venderse ante un hipotético empleador, eso no ha cambiado. Sí lo han hecho las técnicas que se emplean para ello. 'Elevator pitch' es el término con el que se describe una situación en la que alguien se topa, por casualidad, con una persona de interés en el ascensor. Y, en vez de mirar al suelo o sacar el móvil para evitar hacer contacto visual, aprovecha la oportunidad y se presenta a sí mismo. Mark Zuckerberg, por ejemplo, sería el encuentro soñado para un ingeniero informático. Aunque no lo parezca, estas situaciones se producen a diario. El ascensor ahora también puede ser virtual. Se llama LinkedIn o Twitter, donde se puede acceder de manera directa a los ejecutivos y jefes de recursos humanos de las empresas más punteras. Una accesibilidad inimaginable hasta no hace mucho.
«El miedo a cometer un error capital», retoma Cárdenas, es la principal causa que lleva a perder las oportunidades que brinda un mercado laboral cada vez más competitivo. «La clave está en la preparación. No estamos preparados para describirnos a nosotros mismos y nos cuesta armar un discurso», señala la experta.
En un salón de actos del AC Málaga Palacio se encuentran este miércoles 25 jóvenes. Edades comprendidas entre los 22 y los 26 años, procedentes de los campos más diversos. Hay graduados en carreras técnicas como las ingenierías. Profesiones liberales del marketing y la comunicación. Y frente a estos jóvenes, algunos ejecutivos y jefes de recursos humanos de las empresas más punteras de la provincia: Pablo Benavides, director general de Opplus, Enrique Colilles, CEO de Trops, Borja Jiménez, director general de Sinerba, Fernando Lozano, director general de Metro Málaga, y Miguel Ruiz, director general de EMT Málaga.
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Aquí está la esencia de Talent Lab Málaga, una iniciativa impulsada por SUR y ESIC Business and Marketing School, con asesoramiento de Standby: poner en contacto a jóvenes talentos con hipotéticos empleadores, cerrar la brecha entre la formación académica y lo que demandan las empresas. Hasta el viernes, estos 25 jóvenes, seleccionados previamente entre casi 200 aspirantes a participar en estas jornadas, participarán en diversos talleres y recibirán formación de responsables en recursos humanos. Aprenderán a potenciar sus aptitudes y a pulir su carta de presentación personal.
Manuel Pauner tiene 23 años y se graduó el curso pasado en Relaciones Laborales en la UMA. Ahora estudia un máster y admite que empieza a sentir la necesidad de incorporarse al mundo laboral. Duda un momento y luego se muestra consciente de que se enfrenta a una valla de gran altura. Es de la zona de Fuente Olletas, le gustaría quedarse en Málaga. En esto coinciden todos. «Aunque tengo 23 años, estoy dispuesto a ir donde haga falta», matiza enseguida. «La pandemia nos lo ha puesto más difícil todavía, pero estoy convencido de que vamos a tener muchas oportunidades una vez que se recupere la normalidad. Cuando llegue ese momento, hay que estar preparado», añade.
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En ningún país de la Unión Europea hay tanto paro juvenil como en España. La tasa escala en abril de 2021 hasta un deprimente 37,7%. Iniciativas como el Talent Lab Málaga se convierten en un bálsamo para los jóvenes, que perciben que todavía quedan empresas dispuestas a luchar contra la fuga de talento.
Oportunidad única
Las sesiones de trabajo se mezclan con recesos, los jóvenes entran en contacto directo con los jefes de recursos humanos de las empresas participantes. Comparten almuerzo. Una oportunidad única para intercambiar necesidades y estrechar lazos. Hacen 'networking', si se quiere emplear otra vez la nomenclatura anglosajona.
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Las dinámicas de grupos son rutina en muchas empresas. Para apreciar cómo funcionan, los jóvenes se dividen en equipos de dos y tres integrantes. El objetivo: crear un plan de mejora individual. Uno adopta el rol de coach. Tras unos diez minutos, en los que se presentan las supuestas debilidades, se llega a un veredicto común. Esther, una estudiante de marketing, resume la experiencia: «Me he dado cuenta que he sido muy dura conmigo misma».
Para entrar en empresas como Trops, Metro Málaga, Opplus, la EMT o Sinerba no basta con un currículum de folio y medio a la vieja usanza. Como en una relación de pareja que quiere ser fructífera, hay que conquistar el cerebro y el corazón. Si se consigue, recuerda Fernando Lozano de Metro Málaga, «se obtiene un trabajo sin apenas rotación». Y está la otra cara de la moneda. Talent Lab Málaga brinda una oportunidad a los empleadores: saber qué prioridades se marcan sus trabajadores del futuro.
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