SOS posidonias: el alga invasora amenaza su supervivencia en los fondos marinos de Málaga

Como resultado, los investigadores han observado que la mayoría de las praderas muestreadas en la Costa del Sol presentan un estado «desfavorable e incluso crítico», y están siendo sustituidas por el alga asiática invasora Rugulopteryx okamurae (R. okamurae), procedente de Japón, China y Corea.

El estudio concluye que la presencia de especies invasoras, junto al deterioro del hábitat por actividades humanas y el aumento de la temperatura hace imprescindible la toma de medidas urgentes para evitar que los últimos bastiones de posidonia oceánica que quedan en esta zona desaparezcan, afectando a su vez a toda la biodiversidad asociada que albergan.

Por eso, la Fundación, con el apoyo de Mares Circulares de Coca-Cola, va a poner en marcha un proyecto piloto de repoblación con ejemplares de esta especie en Marbella. Y es que las praderas de posidonia son esenciales para el ecosistema marino debido a su capacidad para secuestrar carbono, de gran importancia para mitigar los efectos del cambio climático. Además, proporcionan hábitat a numerosas especies marinas, las cuales lo utilizan como zona de desove y refugio para alevines.

El estudio, realizado durante 2024, ha analizado el estado ambiental de ocho praderas de Posidonia ubicadas en las costas de las provincias de Málaga (5), Granada (1) y Almería (2). Un trabajo que ha sido posible gracias a la colaboración de más de 150 submarinistas voluntarios.

Para realizarlo, se han seguido las directrices desarrolladas por la Universidad de Málaga (UMA) y la Junta de Andalucía, que suponen el análisis de diferentes indicadores biológicos y ecológicos e incluye el uso de líneas de muestreo y de cuadrantes para medir la cobertura de las praderas, la densidad y longitud de los haces de las plantas, así como la presencia de especies asociadas e invasoras, particularmente de Rugulopterix okamurae.

Este estudio concluye que el estado de la posidonia en el Mar de Alborán presenta una notable variabilidad, con un mejor estado de conservación general en las regiones más orientales. En el entorno de Cabo de Gata, las praderas mostraron un estado más saludable, con densidades y alturas que indican una buena conservación. En contraste, las praderas de Málaga (Estepona y Nerja) presentaron un estado crítico, afectadas por la invasión del alga R. okamurae, que han desplazado en buena medida a la especie endémica. La presencia de esta alga asiática invasora genera una situación alarmante, ya que la competencia por luz y espacio ha reducido drásticamente la densidad de las praderas, amenazando con su desaparición.

«Conocer el estado actual de la posidonia en el Mediterráneo es crucial para tomar medidas de conservación a corto-medio plazo y de esta forma poder garantizar la supervivencia de estas poblaciones», afirma Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia. «A la vista de los resultados de este estudio, urge la necesidad de realizar medidas de conservación y restauración en aquellas praderas más degradadas y evitar, en la medida de lo posible, aquellas acciones que puedan alterar y degradar aún más el estado de las mismas. Por eso, desde Mares Circulares queremos seguir contribuyendo a la protección y conservación de la biodiversidad marina de nuestras costas».

«La posidonia es sinónimo de Mediterráneo, es su 'bosque sumergido', su mayor baluarte y signo de calidad ambiental. No se entendería un Mediterráneo sin posidonias, y ahora estos bosques se están perdiendo, especialmente en el Mar de Alborán, su extremo occidental», señala Juan Antonio López, presidente y director científico de la Fundación Aula del Mar Mediterráneo. En su opinión, «los seres humanos somos los principales causantes pero también podemos ser su principal esperanza de recuperación. Con este proyecto queremos poner en valor a la posidonia y proponer medidas de protección y restauración. Aún estamos a tiempo».

La posidonia oceánica es una especie protegida tanto a nivel internacional como europeo y nacional, que crece en el mar Mediterráneo. Aunque es una especie categorizada como de preocupación menor por la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su población está en declive en varios puntos de la costa española.