Raúl Berzosa, el pintor malagueño del Papa Francisco

Aunque solo tuvo la oportunidad de conversar personalmente con él en 2016, cuando realizó la pintura para el sello conmemorativo de su 80 cumpleaños, Raúl Berzosa recuerda a Francisco «muy agradable» y «muy atento» con aquella primera obra de hace una década. «Se paró conmigo más de la cuenta y me dijo que le había gustado mucho», rememora el pintor.

De su taller en la zona de Fuente Olletas han salido algunos de los retratos más emblemáticos de Francisco, reproducidos para iglesias y sedes religiosas de todo el mundo que ahora los muestran coincidiendo con el luto por el fallecimiento del pontífice, como sucede en el Santo Sepulcro de Jerusalén. «Me han mandado fotos de templos de Estados Unidos, de la Catedral de Jaén, de San Sebastián...», apunta Berzosa.

A través de sus pinceles se puede hacer un repaso por las edades de Francisco, desde un joven sacerdote argentino hasta el Papa que removió los cimientos de la Iglesia con un talente abierto y rompedor. «El Papa Francisco nos ha dejado un legado de gran compromiso con los más vulnerables y de cercanía a problemas como la inmigración o el cuidado del medio ambiente», destaca el pintor, quien también subraya como «parte importante» del pontificado de Bergoglio el Jubileo de la Misericordia, una Iglesia que perdona y acoge.

Raúl Berzosa retrató por vez primera al Papa Francisco en 2016 para el sello que el Vaticano editó con motivo del 80 cumpleaños del pontífice. En la obra aparecía en actitud de saludo, junto a la cátedra de San Pedro y la Virgen de Luján, patrona de Argentina.

Dos años después realizó un retrato de un Francisco sonriente para el Colegio Urbano de Roma, donde se forma al clero misionero. Para este mismo centro ha pintado también a San Juan Pablo II y al Papa Benedicto XVI con el mismo formato de lienzo.

En 2019, también por encargo de la Filatelia del Vaticano, Berzosa pintó dos sellos en los que aparecía Francisco como un joven sacerdote y como Papa. Fue para conmemorar los 50 años de su ordenación sacerdotal.

Hace cinco años, Berzosa recibió el encargo de un nuevo retrato de Francisco para la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila de Almería. En este ocasión optó por plasmarlo sentado, en una postura muy natural que muestra a un Papa sonriente y afable. La calidad artística de esta obra, que capta como ninguna otra la personalidad del pontífice, por la profundidad de su mirada, hizo que se multiplicaran sus reproducciones, por lo que se ha convertido en una de las más conocidas a nivel mundial.

El último retrato de Francisco que ha realizado Berzosa lo ejecutó en diciembre de 2024 por encargo de la Academia Eclesiástica Pontificia, en la que se forman a los nuncios y el cuerpo consular del Vaticano. Actualmente cuelga del salón de los papas de este edificio. En esta ocasión, el pintor lo plasmó con un gesto más serio. «Me pidieron que reflejara también a una persona que ha tenido cierto carácter», apunta el artista, quien recuerda que «me dijeron que se lo enseñaron y quedó muy contento con el resultado».