Málaga Cardioprotegida. De izquierda a derecha, Juan Bermúdez, Paloma Rosado, Ángel García Alcántara y Ramón Mora. Salvador Salas

Ramón Mora, superviviente de una parada cardiorrespiratoria: «Estuve 21 minutos muerto y volví a la vida»

Málaga Cardioprotegida ha salvado desde 2018 la vida de más 40 personas y ha desarrollado, junto al Centro Municipal de Informática, una aplicación digital que permite conocer dónde se encuentran los más de 700 desfibriladores de la ciudad, una información clave ante una muerte súbita

Lunes, 15 de septiembre 2025, 00:33

Es 6 de diciembre de 2021. Ramón Mora habla con distancia emocional y una sonrisa de una experiencia tan dura como transformadora. Ese día, cuando ... iba a tomar unas copas al Málaga Palacio después de una cena y, poco antes de la medianoche, cayó «redondo al suelo». Una muerte súbita. Su suerte fue que un matrimonio de médicos de Jaén, que paseaba por la zona, le aplicó las técnicas de reanimación cardiopulmonar o RCP. Estuvieron comprimiendo el pecho de Mora durante 21 minutos, formando con sus manos un corazón artificial que enviaba la sangre al cerebro para oxigenarlo, «Estuve muerto 21 minutos y volví a la vida», dice.

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Fue como si desenchufaran un equipo eléctrico, ironiza. «Me salvó el desfibrilador del tótem que hay en la plaza del Obispo» hasta que llegó la ambulancia, donde despertó. Ese tótem pertenece a Málaga Cardioprotegida, el proyecto que ideara el alcalde, Francisco de la Torre, allá por 2018, después de que leyera que en las ciudades cardioprotegidas muchísimas personas que sufrían un episodio de muerte súbita lograban sobrevivir, cuenta el doctor Ángel García Alcántara, coordinador de la iniciativa y médico que ha pasado 42 años de su vida en la UCI y la UVI del Clínico. «Empezamos con un objetivo de que hubiese un desfibrilador por cada 1.000 habitantes; en segundo lugar, lanzamos un plan de formación, de manera que cualquier ciudadano pudiera formarse gratuitamente; y, en tercer lugar, creamos una herramienta para que, a través del móvil, cualquier ciudadano pudiera saber dónde está el desfibrilador más cercano», explica a SUR, para agregar que, actualmente, hay más de 700 en la capital y se van a implantar más.

El 90% de las muertes súbitas se deben a un infarto, aunque también pueden suceder por ahogamientos u atragantamientos, entre otros motivos

Pero ¿qué es una muerte súbita? García Alcántara indica: «La muerte súbita sucede cuando una persona está sana, entre comillas, y durante las doce horas antes de tener el evento está bien». Esa persona sufre una parada cardiorrespiratoria repentina. En el 90% de los casos se debe a un infarto, pero también puede darse por un ahogamiento o un atragantamiento, entre otras muchas causas.

Desfibriladores

Hay desfibriladores en bibliotecas municipales, oficinas, museos y otras sedes del Consistorio, en todos los autobuses de la EMT y también en empresas y comercios. En cuanto a la formación, se hace con el apoyo de la Asociación de Expacientes de la Unidad de Medicina Intensiva (Expaumi), «en los once distritos de Málaga». Además, el último sábado de cada mes, de octubre a junio, se celebran también cursos en el hospital en virtud de un acuerdo con el mismo. Cada año pasan por estos módulos, que pueden ayudar a un familiar o un amigo en un momento clave, 5.000 personas. La combinación entre desfibriladores y formación ha salvado más de 40 vidas desde 2018.

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El doctor da algunos datos: en España se producen todos los días 100 muertes súbitas; 17 en Andalucía y tres o cuatro en Málaga y provincia. «Es instantáneo», aclara. «Eso equivale a como si cada tres días se estrellara un avión con 300 pasajeros» en el país. Saber utilizar el desfibrilador y aplicar antes las técnicas de RCP es esencial para bombear sangre oxigenada al cerebro. «La diferencia que hay es que con la muerte súbita se ha visto en países nórdicos que el 90% de la población sabe actuar», dice, pero en Málaga sólo el 25% de la ciudadanía conoce el proyecto. «Si actuamos con las manos y somos capaces de fibrilar en los primeros siete minutos la supervivencia sería de hasta el 70%; y esto es barato». Se refiere a que estos cursos se deberían dar en los colegios. Cada minuto que pasa, se reduce la posibilidad de supervivencia un 10%, de forma que llegados a los diez minutos es casi imposible seguir adelante.

«Es accesible desde cualquier dispositivo»

Juan Antonio Bermúdez es el jefe de Proyectos del Área de Innovación del Ayuntamiento de Málaga y con su trabajo ha propiciado la puesta en marcha de una página web o «plataforma», como a él le gusta llamarla (https://desfibriladores.malaga.eu/), en la que desde cualquier dispositivo el ciudadano puede saber dónde están los más de 700 desfibriladores (en rojo los que están disponibles 24 horas, los de la EMT y otros, por ejemplo, y en azul, el resto). «Se abre el callejero de Málaga y, pinchando ese desfibrilador, nos da los datos básicos: la calle, el teléfono y la localización clara, si está, por ejemplo, en el cuarto de aseo, entre los ascensores o detrás del mostrador de recepción», indica. Además, posee un botón de geolocalización, «te posiciona en el punto donde estás y ahí estás viendo ya cuáles son los desfibriladores más cercanos». Además, en el Área de Derechos Sociales hay una persona que está de forma continua verificando y renovando los datos, por si la empresa que cuenta con un desfibrilador, por ejemplo, ha cerrado. «Y después de eso hay que pasarlo al geoportal que nosotros tenemos», dice.

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Cada 24 horas se producen en Málaga 4 muertes súbitas, 17 en Andalucía y 100 en España: «Es como si se estrellara un avión con 300 pasajeros cada tres días»

A la plataforma también se puede entrar a través de la web de Málaga Cardioprotegida: https://www.cardioprotegida.malaga.eu. Y a los cursos se pueden apuntar escribiendo a info@expaumi.org o salvarvidascontusmanos@gmail.com.

Bermúdez agrega: «Nosotros intentamos que la aplicación funcionara en cualquier entorno». También han desarrollado un código QR que lleva a la plataforma.

La experiencia formativa es positiva entre quienes la cursan

Paloma Rosado es la presidenta de Expaumi desde hace 15 años. «Participo activamente en la formación sobre RCP. En la asociación tenemos 300 socios». Esta entidad se dedica a visitar en la UCI a quienes han sufrido una experiencia similar a ellos. «Podemos entenderles y quitarles el miedo y además de esa forma se unen a nosotros», recalca, para añadir: «Es muy importante que tanto ellos como los familiares sepan cómo actuar si tienen una recaída o si ocurre en un entorno cercano o en la calle. La realidad es que no tenemos conciencia de todo esto. ¿Cuánta gente querría actuar si tu niño se atraganta y se le para la máquina?, porque puede pasar con un atragantamiento simple?».

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Destaca que la gente sale de los talleres «contenta, como más segura. Diciendo: 'Me hubiera gustado conocerlo antes. Lo voy a comentar, es increíble'». El siguiente curso, dice, será el 25 de octubre en el Clínico.

«Cuando tienes una parada cardiorrespiratoria se da una falta de oxígeno, la única forma de mantener el cerebro oxigenado sería haciendo compresiones de calidad», dice Paloma Rosado, presidenta de Expaumi

Ella misma sufrió un infarto. Era sábado y se encontraba en el coche, en el garaje de casa. Sintió un malestar general, náuseas, sudores. «La mujer no tiene por qué tener la misma sintomatología que un hombre», dice, en referencia a los síntomas masculinos: dolor torácico o en el brazo izquierdo. Fue en el coche al ambulatorio, algo que no hay que hacer, sino que se recomienda llamar al 061. «Me detectaron que estaba infartada», declara. Y resume bien el mensaje: «Cuando tienes una parada cardiorrespiratoria se da una falta de oxígeno, lógicamente. La única manera de mantener el corazón, el cerebro oxigenado, sería haciendo compresiones de calidad. Es decir, formar un corazón artificial con tus manos». La idea, señala, es hacer compresiones de calidad.

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