El número de personas en riesgo de suicidio crece en Málaga

Los datos facilitados por el 061 a este periódico para la provincia muestran una escalada continuada, que comienza en 2020 y que alcanza su pico en 2021. En el último año de «normalidad», el 2019, las llamadas contabilizadas han sido 1.887. En 2020, el número de llamadas ya era de 2.066. Con las restricciones convertidas en un estado que parecía definitivo, en 2021, las peticiones de ayuda se elevaron hasta 2.356.

«Son llamadas realizadas tanto por las propias personas que experimentan esas intenciones suicidas, así como por familiares que ven que algún ser querido está pasando por este problema. También contabilizamos las advertencias, por ejemplo, que nos pueden hacer agentes de la Policía Local que detectan esta problemática en casos concretos», explica Lola del Valle, portavoz del 061 en Málaga.

Estos datos confirman que los efectos negativos de la pandemia. Al margen de las restricciones, la muerte como algo omnipresente, la perdida de empleos y la inestabilidad económico han sido elementos que han hecho mella en muchas personas. Las sintomatologías que preceden a un intento de suicidio se manifiestan en ansiedad y depresión.

Estas llamadas al 061, en la mayoría de casos, vienen acompañadas de atenciones sobre el terreno. «En 2019, se activaron recursos en 1.394 casos. El resto fue atendido por llamada telefónica. Movilizar los recursos significa que, después de recibir la llamada en la sala de coordinación, al detectar que la situación requiere una asistencia presencial, se moviliza al personal. En 2020, se movilizaron recursos en 1.423 ocasiones y en 2021, un total de 1.613», añade Del Valle, del 061.

Noelia Espinosa es la psicóloga al frente de Alhelí, una asociación malagueña de prevención del suicidio. «La pandemia ha hecho que se agudicen las patologías que ya estaban patentes», señala a este periódico. En este sentido, recuerda que la media de suicidios a nivel nacional ha aumentado pasando de diez a once al día. Espinosa apunta especialmente a los jóvenes y a las personas mayores como grupos de riesgo. «Hablamos de jóvenes de entre 15 y 29 años y personas mayores a partir de los 70. Son aquellos que más han padecido la soledad por culpa del aislamiento. Vemos que esa soledad es el nexo de unión», precisa.

Para Espinosa, los datos del 061 corroboran, por otra parte, una mayor concienciación entre la población. «El tema del suicidio se está visibilizando más y notamos que la gente ahora pide ayuda. Al visibilizar, conseguimos que las personas normalicen este asunto», resalta.