Una clase del colegio Manuel Altolaguirre de Málaga capital, con alumnos y profesor con abrigos. SUR

El frío entra en las aulas: «Forrados con abrigos, bufanda y guantes es complicado dar las clases»

Las bajas temperaturas en colegios e institutos desatan el malestar de profesores y padres. La Consejería insiste en que la seguridad frente al contagio es prioritaria sobre el bienestar

Jueves, 14 de enero 2021, 00:39

El frío ha entrado con fuerza en las aulas y ha desatado el malestar de maestros y profesores y también de los padres, que tienen ... que enviar a sus hijos a colegios e institutos con ropa de abrigo e incluso mantas con las que poder abrigarse. Si bien el problema se ha agudizado con la actual ola de frío, en zonas del interior de la provincia sufren los inconvenientes de las bajas temperaturas desde el mes de diciembre. Con las ventanas abiertas para facilitar la ventilación de las aulas, profesores y alumnos imparten o reciben las clases con abrigos e incluso mantas.

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«Esta mañana –por ayer– el termómetro marcaba 3 grados bajo cero y el frío es intenso», explicó el jefe de estudios del IES Pérez de Guzmán de Ronda. La calefacción está encendida, pero con las ventanas abiertas el calor ni se nota. «Los profesores y los alumnos vamos forrados de arriba a abajo, con abrigo, bufanda y guantes damos las clases», explicó Eugenio Jiménez. Condiciones en las que se hace más complicado impartir o recibir las clases, reconoció.

El jefe de estudios del Pérez de Guzmán lamenta que el interés se ponga en la actual ola de frío. «Cuando pase esta ola, aquí seguirá haciendo frío«, dijo. Y recordó que muchos inviernos, las nevadas dificultan las comunicaciones y dejan a los alumnos de los pueblos cercanos sin transporte escolar y sin poder llegar al instituto, aunque «nosotros no estamos autorizados a cancelar las clases» por las condiciones meteorológicas.

Otra localidad del interior, Archidona, amanece cada jornada, desde hace semanas, bajo cero. «La temperatura de las aulas varía de los 9 a 13 o 14 grados», aseguró el director del colegio San Sebastián. «Tenemos la calefacción puesta y tanto alumnado como profesorado van abrigados de más. En estas condiciones es difícil trabajar en un aula y las familias se quejan de que los niños pasan frío», aseguró su director, Eusebio Córdoba. Las clases están cerradas antes de que los alumnos entren y con la calefacción al máximo para que «al principio la sensación de frío se atenúe un poco y partamos de una temperatura más elevada».

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El frío no es exclusivo del interior, donde los centros tienen calefacción, algo de lo que se carece en la Costa. «Los niños tienen que acercarse cada poco tiempo al calefactor para calentarse, y nos han prohibido llevar radiadores porque la red eléctrica del colegio no soportaría tanta carga», se quejaba un padre de Estepona. «Lo cierto es que nuestro bien más preciado, nuestros hijos desde los más pequeños de 3 años hasta los más mayores en edad de estudiar, son víctimas estos días de pasar frío en sus aulas donde las medidas anti Covid-19 recomiendan tener ventiladas las aulas en unas fechas invernales donde la temperatura a veces no superan los 10° C en la calle, por lo que nuestros menores están recibiendo su formación abrigados con sus abrigos, bufandas, gorros e incluso guantes», se quejaba este padre.

Salud por encima de bienestar

Sobre la ventilación de las aulas, la Consejería de Educación volvió a insistir ayer –como ya hizo el consejero el lunes– que no es necesario mantener las ventajas abiertas durante todo el tiempo. «En el caso de que no puedan permanecer abiertas ventanas y puertas ni total ni parcialmente (por las condiciones térmicas), se deberán establecer unas pautas de ventilación periódicas, por ejemplo cada hora o cada cambio de clase, durante al menos 10 minutos. Al volver del recreo sería adecuado mantener la ventilación natural al menos durante 5 minutos», señala una nota de la Consejería, que recuerda que, en cualquier caso, «en estos momentos se prioriza la seguridad de los alumnos ante el contagio sobre el bienestar térmico y la eficiencia energética».

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Un aula, con ventanas abiertas y los alumnos, abrigados. SUR

Respecto al uso de purificadores de aire, Educación aclara que «su utilización no sustituye la necesidad de ventilación natural, ni deben dar falsa sensación de seguridad, evitando que se ventile adecuadamente. Es decir, si se decide emplearlos en las aulas, éstas deberán ventilarse igualmente».

Purificadores de aire

Pero esta valoración no es compartida por los centros. En el colegio Velasco y Merino, de Villanueva del Rosario, se han instalado humificadores con filtro HEPA en todas las aulas. «Los compró el Ayuntamiento y gracias a estos dispositivos no pasamos frío», señaló su jefe de estudios. En función de los niveles de CO2 que marque el aula, se abren más o menos las ventanas. Esto permite que los alumnos puedan estar en clase sin abrigos, aunque ayer mañana el termómetro marcó 3.º bajo cero.

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Javier Guerrero, director del instituto José Saramago de Humilladero, también se mostró partidario de los filtros HEPA. «El centro adquirió la mitad, y el resto los ha puesto el Ayuntamiento y el AMPA del centro», explicó. La calefacción está puesta hasta el mediodía, y los purificadores permiten regular la apertura de las ventanas. «Al principio de curso se puso mucho énfasis en la limpieza, que está bien, pero más que en la limpieza de los objetos, en lo que tenemos que incidir es en la limpieza del aire», apuntó. Discrepó de la opinión del consejero sobre la apertura de ventanas durante 10 minutos. «No es tiempo suficiente para controlar los niveles de CO2», afirmó.

Un radiador para calentar un aula en un colegio de Estepona. SUR

Las asociaciones de padres también han cargado contra el consejero por sus declaraciones. «No es cierto que ventilando solo 10 minutos las clases sean seguras frente al Covid. Según todos los científicos consultados y de hecho, en el propio informe se recomiendan los medidores de CO2 y los filtros HEPA, pero tanto eso como la bajada de la ratio cuestan un dinero que no están dispuestos a gastar», indicó la portavoz de FDAPA, Pilar Triguero. «A mayor concentración de alumnado, mayor riesgo de contagio, si no se mide la concentración de CO2, se corren riesgos para los que están en las aulas y no en los despachos. Decir que enviemos al alumnado más abrigado suena a tomadura de pelo, las familias ya saben cómo procurar el bienestar de sus hijos, lo que no se puede es tener aulas donde se incumplen de manera reiterada las condiciones mínimas de temperatura«, afirmó.

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Los padres se quejan de que en las actuales circunstancias «las aulas no cumplen las mínimas condiciones de seguridad y salud en los lugares de trabajo y son nuestros hijos e hijas las que lo están sufriendo sin que la administración ponga soluciones», indicaron desde FDAPA. «Las familias están abrigando a sus hijos e hijas con ropa térmica, gorros, guantes, abrigos, mantas, gorros, todo lo que se pueda uno imaginar, incluso guantes térmicos o chaquetas térmicas con batería», señalan. En este sentido, las asociaciones de madres y padres están haciendo lo que pueden: «Estamos buscando alternativas que se puedan permitir, algunas filtros HEPA, otras plásticos, polietileno para evitar la entrada de frío y lluvia directo al alumnado. Pero esto no es algo que debemos realizar las familias, es la Administración la que tiene que dar soluciones a estar problemática», afirman.

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