Tres empresas competirán por construir y explotar una desaladora en la Axarquía
A la multinacional Acciona, que fue la primera en pedir la concesión de agua desalinizada, se suman las propuestas de Magtel y de la alianza formada por Trops, Grupo Cobra y la Universidad de Málaga
Tres empresas han dado un paso al frente para construir y explotar una desaladora en la Axarquía, una infraestructura que lleva más de dos décadas ... sobre la mesa pero que ahora que la comarca está en situación de sequía extrema es cuando parece que por fin cobrará forma. Y de la mano del sector privado. Todavía queda mucha tramitación por delante, pero de momento han sido tres las propuestas que la Junta de Andalucía ha recibido para impulsar esta infraestructura que se destinaría tanto para riego de cultivos como para el abastecimiento a la población. Ya habían mostrado interés y ahora se confirma: Se trata de Acciona, Magtel y la alianza formada por Trops, Grupo Cobra y la Universidad de Málaga.
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La de la multinacional Acciona ya estaba confirmada, ya que fue la que arrancó este procedimiento solicitando formalmente la concesión de aguas desalinizadas mediante una planta que se ubicaría en la desembocadura del río Vélez con capacidad para producir 25 hectómetros cúbicos (Hm3) al año. A partir de ahí se activó un procedimiento de información pública de tres meses al que se podían sumar otras firmas. Y han sido dos las que lo han hecho, aunque no se descarta que pueda llegar alguna más vía correo.
Según ha podido saber este periódico, entre estas peticiones figura la presentada por la alianza formada por Trops (la empresa de Vélez que es la mayor comercializadora de aguacate y mango nacional), la compañía Grupo Cobra especializada en infraestructuras hidráulicas y el Instituto de Domótica y Eficiencia Energética de la Universidad de Málaga (IDEE), cuyos investigadores presentaron a comienzos de año el proyecto Agua+S, una desaladora que permitiría la producción de 20 Hm3 anuales y que contaría con un parque fotovoltaico flotante, que se instalaría sobre el agua de un embalse, permitiendo suministrar la energía necesaria para desarrollar todo este proceso.
El tercer operador que competirá por construir y explotar esta desaladora es Magtel, una firma española de base tecnológica que aplica soluciones innovadoras al diseño, construcción y mantenimiento de proyectos en los sectores de la energía, medio ambiente e infraestructuras.
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A partir de ahí, será una comisión técnica la encargada de estudiar cada proyecto y proponer la concesión a la que se considere mejor desde el punto de vista técnico, ambiental y económico. En este sentido, cabe precisar que el principal hándicap que amenaza la viabilidad de una desaladora sería el coste del agua, ya que al gasto energético de la desalinización habría que sumarle el bombeo para impulsar el agua hasta cotas bastante elevadas tanto para los cultivos como para el consumo urbano, debido a la compleja orografía de la Axarquía.
Trámite de competencia
Aunque la primera en tomar la iniciativa fue Acciona, al tratarse de un considerable volumen de agua la Junta de Andalucía tuvo que activar un trámite de competencia, por el que se abrió un plazo de tres meses para que la compañía presentara toda la documentación técnica del proyecto, pero también para recoger otras iniciativas similares o que sean incompatibles con ésta. Y ahí es donde han entrado en juego las otras dos propuestas de sociedades privadas, que ya habían trasladado a la Administración autonómica su interés y que, finalmente, también han presentado su oferta para acometer la construcción de una desaladora a cambio de quedarse con la explotación de las instalaciones.
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En cualquier caso, esta nueva infraestructura no estaría disponible para afrontar la actual situación de sequía que padece la Axarquía. La mejor prueba de esa realidad es el pantano de La Viñuela, que abastece a 180.000 personas y parcialmente a 6.300 hectáreas de cultivos de subtropicales e invernaderos (los riegos fueron suspendidos a comienzos de octubre, así que la tierras se nutren sólo de aguas subterráneas y regeneradas) y que se encuentra por debajo del 10% de su capacidad. De ahí que desde la Mancomunidad de Municipios de la Axarquía estén planteando la posibilidad de buscar nuevos pozos e incluso estudiar la viabilidad de instalar desaladoras portátiles, como las que se utilizaron en la isla de La Palma para regar los cultivos que quedaron aislados por la lava del volcán.
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