La pandemia impulsa la reconversión de locales comerciales en viviendas
El Ayuntamiento de Málaga ha tramitado más de un centenar de cambios de uso a residencial desde que comenzó el año
Itola Sánchez vive en una antigua tienda de ropa. Junto a su marido Francisco, reside de alquiler en un local comercial reconvertido en vivienda en ... la zona de Martiricos. La falta de disponibilidad en la zona, unido a los rigores de la crisis que ha provocado la pandemia en muchas familias, le empujaron a elegir un espacio a pie de calle más pequeño de lo deseado. «Es muy pequeñito, pero tiene sus ventajas», se justifica, como quien tiene que explicar los motivos de su decisión. La vivienda mide menos de 40 metros cuadrados y solo tiene una habitación, «pero está todo a la mano». Tampoco tienen problemas a la hora de salir a la calle al carecer de escaleras o rampas complicadas. «La tenemos en la misma puerta».
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Su vivienda se encuentra en la plaza Conde de Ferrería, en una zona donde ya se han reconvertido varios locales que se encontraban sin uso desde hace décadas. Este cambio de uso no es algo extraño, sino que se trata de un fenómeno creciente que ha impulsado con fuerza la pandemia. Tanto, que desde que comenzó el año, el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga ha tramitado 103 expedientes de este tipo.
Itola es venezolana y estaba buscando una vivienda junto al campo de fútbol de La Rosaleda para estar cerca de sus hijos, y este local comercial fue lo más adecuado que encontró, ya que la oferta tradicional disponible era escasa y los precios demasiado elevados. «Es una buena alternativa para los locales que están vacíos desde hace mucho tiempo», reconoce.
El dato
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30,5 metros cuadrados de superficie debe tener, al menos, el local que se quiera reconvertir en vivienda en Málaga, según se recoge en el PGOU. Además, debe tener una altura mínima de 2,70 metros y contar con una salida de ventilación para cada una de las habitaciones.
Aunque no es un fenómeno nuevo, este tipo de reconversiones se ha multiplicado desde que comenzó la pandemia y responde a dos perfiles de usuarios bien diferentes: por un lado, los espacios ubicados en las zonas más céntricas de la ciudad se están destinando a apartamentos turísticos; mientras que los localizados en barrios suelen terminar en manos de familias con necesidades habitacionales. Como en el caso de Itola.
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Expertos inmobiliarios con amplia experiencia en el mercado local reconocen que este fenómeno cada día gana más adeptos, y más en este momento en el que la pandemia ha arrasado con tantos comercios a pie de calle. En la mayoría de estos casos, los propietarios de los locales deciden apostar por un cambio de uso tras valorar que es más sencillo alquilar una vivienda que un local y comprobar que le sacan mayor beneficio a largo plazo.
Los propietarios de los inmuebles sacan mayor rentabilidad económica a una vivienda que a un local comercial
A pesar de ello, reconocen que reconvertir un establecimiento de estas características no es sencillo porque no sirve cualquier comercio. Como mínimo, debe reunir las condiciones mínimas que se exige el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) a cualquier vivienda, tanto en superficie como en ventilación. En el caso de Málaga, el local debe tener más de 30,50 metros cuadrados, una altura mínima de 2,70 metros y una entrada de ventilación por cada una de las estancias.
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El director de la inmobiliaria Gilmar en Málaga, Alberto Ortíz, reconoce que cada vez es más habitual encontrar clientes que buscan locales comerciales. «Se da en un 10 por ciento de los casos», calcula. En la mayoría de ellos se trata de personas que pretenden reconvertirlos en viviendas o en apartamentos para alquiler vacacional. «Pese al interés, no es siempre sencillo porque muchos locales no reúnen las condiciones exigidas», incide.
Mayor rentabilidad
A la hora de abordar las causas de esta tendencia, el concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl López, entiende que el auge del precio de la vivienda en comparación con el precio de los locales es un asunto a tener en cuenta. También reseña la importancia del comercio 'online', que está provocando la caída de las ventas de las tiendas físicas y, por tanto, el cierre de muchas de ellas. «Probablemente la rentabilidad por metro es más elevada en una vivienda que en un local comercial», opina.
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Los administradores de fincas valoran que estas nuevas viviendas dan más vida a los barrios
La reconversión de locales comerciales a viviendas no es un tema que preocupe a las comunidades de propietarios. Más bien lo contrario. El secretario del Colegio Oficial de Administradores de Fincas, Sergio Gómez, valora que estas residencias están dando una nueva vida a antiguas calles comerciales que llevaban años abandonadas. Señala que este fenómeno ha cobrado mucha importancia en la zona de Cruz de Humilladero, calle La Unión o Barbarela y que los vecinos de las comunidades no suelen tener problemas con los residentes porque suelen ser «zonas inhóspitas que no son rentables o apetecibles a nivel comercial». Al contrario: al darle una nueva vida a los locales comerciales «se acaba con la estampa de persianas bajadas, sucias o llenas de pintadas».
De forma similar, valora que si el local se reconvierte en una vivienda turística «se generan menos incomodidades y problemas de ruidos a la comunidad que si estuviera en una segunda o tercera planta».
Gómez recuerda que en otras comunidades autónomas, como en Madrid, ya sólo se autorizan viviendas turísticas en planta baja, por lo que muchos inversores están buscando oportunidades similares en la capital. «Aunque la norma andaluza es diferente, nadie sabe lo que puede pasar en el futuro y prefieren adelantarse a una posible prohibición», confiesa.
En lo relativo a los vecindarios, el secretario del Colegio de Administradores de Fincas, Sergio Gómez, explica que dicha reconversión no debe ser aprobada por las comunidades, salvo que exista una prohibición expresa en los estatutos o en el título constitutivo de la propiedad. Sólo deberán contar con la aprobación previa de los vecinos en el caso de que los nuevos propietarios deban realizar alguna obra que afecte a las zonas comunes (algo tan habitual como abrir una ventana) o se modifiquen los coeficientes de propiedad.
En este punto, el profesional hace una salvedad: si los nuevos residentes quieren hacer uso de los servicios exclusivos que tienen las viviendas, deberán aumentar su cuota de participación en los gastos comunes, ya que los locales comerciales no suelen contribuir al mantenimiento de la antena de televisión, la piscina o la zona de buzones.
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