Rafael Romero, director de la oficina de Abante en Málaga, este jueves en sus oficinas de la calle Larios. Marilú Báez

Rafael Romero, director de la oficina de Abante en Málaga

«Igual que tienes un médico de referencia, hay que contar con un asesor financiero»

Diagnostica al inversor malagueño: aún está muy expuesto a los depósitos y al sector inmobiliario, pero paulatinamente se está sofisticando

Domingo, 17 de septiembre 2023, 00:05

Abante es una firma de asesoramiento y gestión financiera que opera en España. Instaló su oficina en Málaga en el año 2019 de manera pionera ... en su sector. De hecho, casi que abrió el camino de entrada a la provincia a la que hoy es su competencia. Cuatro años después, terremotos en los mercados de por medio provocados por la pandemia de coronavirus y la invasión rusa de Ucrania, su firma está totalmente asentada en Málaga, en plena calle Larios, y con Rafael Romero de director. Su misión, la de la firma y la suya propia, es indagar en el objetivo, el para qué, del ahorro de cada inversor y ayudarle a elegir los productos idóneos para conseguirlo.

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–¿Cómo se invierte en Málaga?

–Un patrimonio está dividido en tres bolsillos: patrimonial-inmobiliario; empresarial –quien tenga su propia compañía–; y financiero, que es el dinero que está invertido en productos financieros o en depósitos bancarios. El bolsillo financiero del inversor malagueño ha sido más pequeño en relación a su patrimonio en comparación con el de otros territorios. En Málaga ha habido mucho peso del inmobiliario. Además, en las inversiones financieras, aquí hay un peso muy elevado de los depósitos bancarios, que sí se va trasladando poco a poco a productos financieros, sobre todo fondos de inversión, pero tiene todavía mucho recorrido.

–¿Falta cultura financiera o es que el inversor malagueño es muy conservador?

–En Málaga hay una mayor cultura de ahorro a largo plazo, pero necesitamos planificar las finanzas a corto, medio y largo plazo para hacer frente a todas las vicisitudes de la vida. Se hace poco todavía, quizás por falta de cultura financiera. Pero a Málaga van llegando perfiles de personas con mayor conocimiento y experiencia inversora. Con ello el perfil de la ciudad cambia y se hace menos conservadora en términos de planificación y de dónde llevar los ahorros, que básicamente era el inmobiliario y los depósitos. Pero se necesita entender que igual que puedes tener un abogado o un médico de referencia, hay que tener un asesor financiero de referencia. Necesitamos el dinero, ahorrarlo bien, porque es lo que financia tu vida y tus proyectos y ello requiere una gestión profesional.

–¿Qué le diría a esa persona que quiere empezar a invertir?

–Antes que en el qué hay que pensar en el porqué o el para qué. ¿Para qué estoy invirtiendo?, ¿para comprar una vivienda dentro de cinco años? Ese horizonte temporal orienta sobre los productos en los que invertir. Si ahorras para la jubilación, tienes 40 años y te quedan más de 25 años para retirarte, puedes poner a trabajar parte de tu patrimonio en ese objetivo sin necesidad de tener que mirar su evolución día a día. Si quieres ahorrar para el máster de tus hijos, puedes tener un horizonte temporal de diez años. El asesor financiero combina esas necesidades con tu capacidad de asumir riesgo financiero y emocional.

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«Antes que en el qué hay que pensar en el porqué o en el para qué se está invirtiendo»

–¿Cómo se debería preparar la cartera con vistas a 2024?

–Este año las Bolsas han subido. Se han resuelto las incertidumbres que teníamos sobre el gas, la inflación se va embridando, las economías están siendo más resilientes y no hemos entrado en una crisis o una gravísima desaceleración. Los mercados van a ir bien siempre que la economía vaya bien. Y a largo plazo, las expectativas de crecimiento se mantienen, la inflación se irá controlando y probablemente el ciclo de tipos de interés al alza está cerca de acabar. Yo no sé lo que pasará dentro de tres meses. Y quien diga que lo sabe está engañando. Pero sí sé que un inversor conservador debe intentar conseguir una rentabilidad al menos del 3,5%. Y se puede hacer fuera de un depósito bancario. Por ejemplo, con Letras del Tesoro o un fondo monetario, que es más eficiente fiscalmente. Aunque es mejor plantear un ahorro sistemático y para cumplir una finalidad como la jubilación o financiar la educación de los hijos, que permiten un horizonte temporal más largo y asumir activos de más riesgo. La Bolsa global, a largo plazo, da una rentabilidad anual media del 8-10%. Es lo que ha subido ya en este 2023. No creo que avance un 10% más este año. Aunque no olvidemos que en 2022 bajó. Además, el crecimiento favorece a las compañías líderes y la transformación energética que hay que hacer, la lucha por la sostenibilidad o la nueva clase media asiática apoyan que siga la expansión económica. Pero hay que tener una cartera siempre diversificada y, sobre todo, antes de hacer recomendaciones, hay que entender bien las necesidades de las personas y cuándo necesita satisfacerlas.

«La bonanza está empezando en Málaga, pero hay problemas que se tienen que resolver»

–¿Cómo define el momento que atraviesa Málaga?

–Soy muy optimista. Está empezando la bonanza. Lo que pasa es que hay diversos problemas que se tienen que resolver: hay falta de vivienda, tiene que haber más oferta, sobre todo de alquiler. Y probablemente tiene que construirse una gran área metropolitana bien conectada, para que no importe vivir en Cártama o en Alhaurín de la Torre, porque haya buen transporte. Una vez que resuelvan estas situaciones, Málaga tiene mucho futuro por delante porque ha cogido mucha tracción, un nombre y una marca propia. Esto ha cogido una inercia que difícilmente podemos pensar que Málaga está en su cénit.

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–¿Cómo valora la entrada de dinero en Málaga?

–En el mundo tecnológico no se están produciendo grandes inversiones, pero sí hay empresas que están ubicándose aquí. Y está llegando mucho dinero al sector inmobiliario, con proyectos de gran envergadura en el lujo, con operaciones de compraventa de hoteles, por ejemplo, pero también en apartamentos, oficinas o el residencial. Y además hay fondos de capital riesgo y 'family offices' que están haciendo compraventas de empresas. Dolce Gabbana ha llegado a un acuerdo con una promotora de lujo: no lo ha hecho nunca y lo hace en Málaga por primera vez. Nadal pone en marcha también su proyecto: lo ha hecho en Mallorca y lo hace en Málaga. Hay actividad en el mundo del turismo, del ocio, pero también hay empresarios que compran colegios, hospitales y además se mueven las farmacéuticas. Está moviéndose gente que quiere participar de todo lo que conlleva una ciudad que crece más que el resto de España.

–¿El 'ladrillo' malagueño está recalentado?

–Hay cosas que sí sufren un cierto recalentamiento. Los salarios malagueños no han subido, pero el inmobiliario se ha visto aupado por la llegada de personas de fuera que seguirán viniendo. Aunque el proceso se puede cortar y se puede tomar la decisión de que haya menos apartamentos turístico. Es algo que llegará. Aunque la falta de oficinas también puede implicar que termine viniendo menos gente a trabajar aquí.

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