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Cabecera de la manifestación saliendo de la plaza de la Marina, bajo el taró. Migue Fernández

«No es una guerra, es un genocidio»: más de dos mil personas en Málaga claman contra la masacre en Gaza

Una multitudinaria manifestación recorre el Centro Histórico exigiendo «medidas y no palabras» para frenar a Israel: embargo real de armas y corte de relaciones de todo tipo

Nuria Triguero

Málaga

Domingo, 14 de septiembre 2025, 15:47

Hace ya casi dos años desde que Israel empezó su ofensiva militar contra Gaza y son muchas las protestas que se han celebrado en Málaga ... contra la masacre que está sufriendo la población en este castigado rincón del planeta. Sería comprensible que el cansancio hiciera mella en el ánimo de los simpatizantes con la causa palestina, pero hoy los más dos dos mil malagueños que han salido a la calle para exigir frenar el «genocidio» de Israel han demostrado que su indignación y su compromiso están más vivos que nunca.

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«Medidas y no palabras» es lo que ha exigido la multitudinaria manifestación que ha recorrido durante dos horas el Centro de Málaga bajo un tupido taró que mitigaba el calor. Medidas que concretan en «un real decreto ley que imponga inmediatamente un embargo real de armas a Israel, con efectos retroactivos sobre todos los contratos firmados», el «corte de relaciones de todo tipo con el estado israelí: diplomáticas, comerciales, empresariales y deportivas» y protección efectiva para la Flotilla de la Libertad que surca el Mediterráneo con intentación de romper el bloqueo israelí sobre Gaza. Así lo expresaban los portavoces de los manifestantes al final de la marcha, en la plaza de la Constitución.

Los mismos portavoces admitían en su manifiesto que el Gobierno central «ha empezado a tomar medidas de presión hacia Israel», pero son «absolutamente insuficientes». «Israel está cada vez más aislada pero todavía hay lazos de complicidad que sostienen su impunidad en esta masacre; la sociedad civil tiene que presionar más para que se adopten más sanciones, que son lo único que funciona», argumentaban.

En líneas similares se expresaba el coordinador de IU Andalucía y diputado en el Congreso, Toni Valero, uno de los pocos políticos con cargo electo que han participado en una marcha que sí ha contado con numerosos colectivos y organizaciones sociales malagueñas. «La sociedad andaluza está en contra del genocidio palestino y quiere que las instituciones den pasos al frente para presionar al gobierno de Israel. Hoy exigimos al gobierno de coalición, que hasta ahora ha situado a España en la trinchera de la dignidad frente a Israel, que dé más pasos y rompa toda relación económica y diplomática con Israel», afirmaba, dirigiendo a continuación sus críticas hacia el gobierno andaluz, que no ha dicho hasta ahora «esta boca es mía». «El silencio cómplice de Moreno Bonilla nos parece una indignidad. Tiene que condenar el genocidio y la Junta de Andalucía no puede seguir patrocinando que haya empresas y fondos de inversión israelíes que operan en los territorios palestinos ocupados y que siguen haciendo negocio en Andalucía», afirmaba.

Migue Fernández

El horror de las bombas, los disparos y la hambruna que cada día se retransmite en directo desde la franja ha sumado a la movilización a favor de Gaza a muchos malagueños. Este mediodía, entre los manifestantes que han recorrido las calles del Centro había gente de todo tipo: familias con niños, jubilados y grupos de jóvenes. También numerosos inmigrantes oriundos de países musulmanes que sienten una especial empatía con el pueblo palestino. Como Abdul, de Marruecos, que acudió a la protesta junto a varios usuarios de la Casa de Acogida de la ONG Asimás, que atiende a personas sin hogar. Con las pocas palabras de español que conoce, aseguraba que quería «libertad para la gente de Palestina». Le acompañaba Claudia, que trabaja como técnica en dicha casa de acogida y afirmaba: «Muchos de nuestros usuarios son de países árabes o magrebíes y tienen una simpatía histórica hacia la causa palestina, pero en realidad a cualquiera le tiene que remover porque el genocidio no es justificable en ninguna guerra». Le daba la razón otra manifestante, Carmen, desde su silla de ruedas: «Es que veo la tele y el corazón me echa humo ante las atrocidades que se están cometiendo. Así que vengo a todas las manifestaciones, hay que apoyar en lo que se pueda».

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Banderas, pañuelos y sandías

La manifestación ha empezado pasadas las 12.20 horas en la plaza de la Marina, ha recorrido la calle Manuel Agustín Heredia, la Alameda de Colón, la Alameda Principal y la calle Larios, culminando a las 14.00 horas en la plaza de la Constitución. Lemas como «No es una guerra, es un genocidio», «Gaza resiste, Palestina existe», «Israel asesina, Europa patrocina», «Dónde están, no se ven las sanciones a Israel» y el clásico «Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá» han animado el recorrido. Los colores verde, blanco, negro y rojo ondeaban en banderas y pancartas y algunos manifestantes se cubrían la cabeza o los hombros con los inconfundibles pañuelos palestinos. También se veían sandías, muchas sandías: en camisetas, pañuelos, chapas, pancartas y hasta en el body de un bebé. Y es que esta fruta es símbolo de la causa palestina desde que, tras la guerra árabe-israelí de 1967, Israel prohibió a los palestinos portar símbolos nacionales en los territorios ocupados. Como comparte los mismos colores que su bandera, los palestinos empezaron a portar rodajas de sandía en sus protestas.

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