Imágenes de los trabajos especializados que se desarrollan en el embalse. SUR
Río Campanillas

El embalse de Casasola recupera su seguridad ante las riadas tras meses de obras para eliminar el grave atoro de su desagüe

Una gran placa de hormigón obstruía su sistema de desagüe y un tercio del embalse llegó a ser tierra tras las danas y trenes de borrascas

Jueves, 25 de septiembre 2025, 00:24

El embalse de Casasola (Almogía) vuelve a recuperar su plena funcionalidad y, por lo tanto, el máximo nivel de seguridad para su propósito prioritario: la ... defensa de Málaga, y más concretamente del distrito de Campanillas, contra las inundaciones. Los graves problemas de sedimentación que amenazan la vida útil de esta infraestructura que cumple en unos días 25 años de vida, unidos al acarreo de sólidos por las riadas, habían atorado los órganos de desagüe de la presa, algo fundamental para su gestión y seguridad. La recuperación de la seguridad cobra aún más importancia en el arranque del otoño, ante el aumento de posibilidades de que se produzcan trombas.

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La importancia de los desagües es clara y fácil de entender. De hecho, habitualmente y antes de este problema se hacían tareas de limpieza con desembalses al menos una vez al mes para comprobar su funcionamiento. La consecuencia del atoro es clara: si el nivel de llenado es muy alto y se prevén lluvias fuertes, con los conductos a pleno rendimiento se pueden hacer vaciados previos y voluntarios. Si no funcionan, hay que esperar a que el agua 'rebose' por los aliviaderos y discurra por el 'tobogán' de la presa aguas abajo. Pero ahí el control deseado se pierde. En este caso, la Junta siempre ha asegurado que no ha habido riesgo de colapso pese a lo delicado de algunas situaciones como la de haber alcanzado el 115% de su nivel el pasado mes de marzo. El río entonces llegó a 315 metros cúbicos por segundo de caudal, 100 más de lo que aguanta la cuenca.

Imagen de la gran placa de hormigón. SUR

Han sido necesarios seis meses consecutivos de duros trabajos. Finalmente, los técnicos acaban de dar con el origen del problema, una enorme placa de hormigón que por arrastre atoraba los conductos. Según confirman a SUR fuentes de la Consejería de Agricultura, que ha promovido los trabajos de emergencia, los desagües ya han podido ser liberados tras la retirada del pesado elemento con ayuda de una grúa pluma.

Planes a corto plazo

«Los próximos trabajos a realizar son probar que las válvulas funcionan correctamente y el diseño e instalación de una reja que impida la entrada de sólidos grandes en los desagües», añaden las fuentes.

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Durante estos últimos meses, ha habido que trabajar con escenarios de prioridad a corto, a medio y a largo plazo porque el problema de la sedimentación es muy serio en este embalse que lamina los caudales del río Campanillas, afluente del Guadalhorce por la izquierda. Pese a ser una presa defensiva, también sus reservas son utilizadas por Emasa, la empresa de aguas de la capital, cuando es necesario encontrar alternativa al suministro desde los pantanos de cabecera del Guadalhorce por avería, turbidez o nivel de reservas.

El problema de la erosión, los arrastres y la sedimentación

Y es que un tercio del embalse lleno han llegado a ser sedimentos. Por ello, la necesidad de poner soluciones sobre la mesa a largo plazo en materia de corrección hidrológica. Este fenómeno merma mucho la vida útil de la infraestructura y afecta lógicamente a su seguridad y capacidad. Caben muchas soluciones para el futuro: diques, reforestaciones, vaciados del embalse y retirada de los depósitos... No se va actuar de manera inminente pero ya está sobre la mesa.

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Historia

Casasola se inauguró en 2000 con 23,64 hm3 y ahora marca 21,72 de límite de llenado, si bien esto tiene matices, como se vio durante las danas y trenes de borrasca del pasado invierno. Esa es la capacidad marcada por el primer aliviadero superior, el central, el situado a cota más baja. El embalse aguanta más de 25 hm3.

Procedimientos utilizados

Los problemas de taponamiento grave se detectaron hace casi un año, tras la dana del 29 de octubre. La Junta inició unas obras de emergencia con palas especiales, llamadas bivalvas por su semejanza a los moluscos. Pero la turbidez excesiva impedía el trabajo de buzos o identificar el atasco, los trabajos se retrasaron y no pudieron continuar porque llegaron los episodios meteorológicos de lluvias continuas y torrenciales en el mes de marzo.

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En todos estos meses, se ha trabajado con robots, con batimetrías (sistema de imagen que permite topografiar y conocer el relieve y características del fondo de embalse y conocer su capacidad exacta), con maquinaria pesada, con buzos...

También se construyó una tubería extra para dar salida al agua y conseguir una primera bajada del nivel del embalse para poder trabajar. Esa conducción, terminada hacia Semana Santa, se quedará como elemento permanente. Permite bajar 3 hectómetros cúbicos semanales.

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Además, se proyecta otra válvula Howell adicional que se prevé montar este otoño.

Hasta ahora, el lodo que se ha extraído se mezcla con el cauce y el resultado ha sido completamente limpio.

La pesadilla de Laurence

El embalse aguanta más de 25 hm3, como se vio durante la borrasca Laurence, cuando no pudieron abrirse las compuertas de fondo y hubo que dejar que aliviara, como se ha dicho. Durante aquel episodio se llegó a desalojar a 300 familias de Campanillas una noche.

Este miércoles, Casasola almacenaba algo más de 12 hectómetros cúbicos (55% de su capacidad de almacenamiento). Acabó marzo por encima de los 25. Y el año pasado estaba con un tercio del nivel actual.

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