Denso Ten, la antigua Fujitsu, despide a Blanca Hermana, consejera delegada de su fábrica en Málaga

Se trata de una decisión que adopta la compañía en un momento económico que la propia Blanca Hermana calificaba como de «valle». Entre montañas, habríamos de añadir, porque habrían dejado un pico de ventas a sus espaldas y estaban preparando el terreno para que fuera posible otro por delante. Aclaremos y pongamos números. La facturación del último ejercicio -se rigen por el calendario nipón y el último año fiscal comenzó el 1 de abril de 2024 y finalizó el 31 de marzo de 2025-, de 118 millones de euros, se encuentra muy por debajo de la cifra del año previo, cuando las ventas alcanzaron los 193 millones, y aún más lejos de los más de 200 millones de euros de 2022, año en el que se marcó su máximo histórico.

«Ahora estamos trabajando para el futuro. Estamos obsesionados con tener más trabajo, porque así la gente también se anima», explicaba Hermana en una reunión reciente con SUR, hace muy pocas semanas, haciendo referencia a la motivación de sus trabajadores. En los últimos tiempos, como consecuencia de la merma de los resultados, habían tenido que reducir plantilla, sobre todo temporal, a la que no se pudo ni renovar ni hacer fija. Pero Hermana se mostraba confiada en el porvenir: los momentos «valle» como el actual habían sido frecuentes en su historia y, además, la empresa ya había hecho frente a muchas situaciones de crisis. Además, se mostraba muy orgullosa de los trabajadores: «Aquí la gente es flexible. Si la empresa sigue es porque la plantilla ha colaborado», afirmaba. También se mostraba orgullosa de los avances tecnológicos implantados en la fábrica. Y de la filosofía nipona, el «kaizen» japonés, que Hermana traducía como «la pasión y esfuerzo continuo por ser siempre mejores» o como «insatisfacción permanente».

La empresa, sí, ha superado crisis. Así, por ejemplo, Alfonso González recordaba la que tuvo lugar a principios de los años noventa: quienes en ese momento tuvieron que salir de la empresa fueron luego los que pusieron en marcha el parque tecnológico. Y Blanca Hermana aludía a su vez a la crisis financiera que estalló en 2007 y que se extendió años con el sector bancario como principal damnificado, lo que coincidió justo con el momento en el que la principal actividad de Denso Ten en Málaga era la fabricación de cajeros automáticos: se trataba de una coyuntura que no estaba marcada únicamente por el cierre de sucursales, sino también porque las entidades financieras ni podían ni estaban dispuestas a hacer inversiones. En la actualidad, sin embargo, explicaban desde la empresa, pese a las fusiones, la nueva vuelta de tuerca a que se ha enfrentado el sector en los últimos años, las entidades financieras sí vuelven a apostar por los cajeros automáticos, y ya no sólo tienen uno por sucursal, sino varios, porque ello alivia carga de trabajo a los empleados bancarios, que pueden tener más tiempo para operaciones más rentables. En esta actividad en concreto, el cliente principal de Denso Ten es Fujitsu Madrid, ésa es la empresa que tiene relación comercial con los bancos. Aunque lo que está claro es que los cajeros que se fabrican en Málaga, en esta planta del polígono industrial del Guadalhorce, son los que por ejemplo se utilizan en toda la red de CaixaBank. Y su tecnología también es la que se emplea en el Sabadell o en KutxaBank.

Sea como sea, ahora la actividad principal de la empresa, en la que descansa el 60% de su facturación, es la electrónica del automóvil: en la planta malagueña se fabrican los «cerebros electrónicos» de los sistemas de airbag, del aire acondicionado, de la dirección asistida... Y es en este área en el que Hermana manifestaba querer seguir creciendo. La industria del automóvil, justificaba, es la que podía proporcionar estabilidad a su cuenta de resultados.

La fábrica de Denso Ten en Málaga, situada en el polígono del Guadalhorce, no se limita únicamente a la fabricación de cajeros automáticos o de electrónica para el automóvil. También tienen producción propia para otros clientes. Por ejemplo, el aparato que llevan los vendedores de la Once está enteramente fabricado en Denso Ten. Además, producen el «cerebro» del aire acondicionado de la empresa malagueña Airzone. También fabrican equipos de control de contadores de agua inteligentes. Trabajan asimismo para Hitachi Energy en Sevilla y sus instalaciones fotovoltaicas. En su último encuentro con SUR, Hermana anticipó algunos de sus planes de futuro: el desarrollo tecnología para el cuidado de enfermos crónicos y personas mayores en virtud de la que a través de un dispositivo portátil puedan estar monitorizados. Con todos estos productos querían ir diversificando su oferta e ir construyendo ese plano de la planta que estaban ideando para el año 2030. Una de las primeras paredes con que se topa quien visita la fábrica después de haber pasado por el habitáculo en que hay que obligatoriamente higienizarse está adornada con planos de cómo ha sido la planta cada año, porque va variando: lo que se fabrica en cada momento manda, cada producto exige su propia línea a la que el espacio y los trabajadores se adaptan. La historia dirá si esos planes siguen adelante o el diseño ideado para 2030 cambia de dirección.

Blanca Hermana fue la primera mujer directora en Málaga de una gran empresa tecnológica, en la que empezó a trabajar en el año 1988. Y durante varios años vivió en Japón, donde aprendió el idioma. Lo habla con tanta fluidez como su lengua materna y como el inglés, cuyo conocimiento, precisamente, le abrió las puertas de Fujitsu en su momento, además de su titulación en Ingeniería Técnica Industrial por la Universidad de Málaga. Cuestionada por el arraigado machismo del país nipón, ella respondía: «La gente educada no es machista. En Japón, en las empresas grandes, la mujer que quiere continúa creciendo. Yo no me he dejado de subir a ningún carro».