La parroquia de Santiago de Málaga volvió a abrir la pasada semana, pero sin la celebración de misas. Salvador Salas

La crisis vacía el cepillo de las parroquias

Los templos padecen apuros económicos tras dos meses sin actividad y por el aplazamiento de bodas, bautizos y primeras comuniones

Jesús Hinojosa

Málaga

Lunes, 18 de mayo 2020, 00:35

Tras dos meses sin actividad alguna, las parroquias de la diócesis de Málaga se enfrentan a una complicada situación económica por un parón que ... ha reducido considerablemente sus ingresos, al tiempo que ha aumentado los gastos en la atención a familias y personas que ya sufren en su bolsillo el drama de la crisis del coronavirus. Aunque podrán volver a celebrar cultos a partir de este lunes, son conscientes de que su realidad ya no volverá a ser como antes. Habrá previsiblemente menor afluencia de personas a las misas, en las que ya no se podrá pasar la canastilla por los bancos, sino que se dejará a la salida para quien quiera depositar un donativo; y tardará en recuperarse el ritmo de bodas, bautizos y primeras comuniones, que suponen una notable fuente de ingresos para los templos.

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«Habrá que esperar un poco a ver cómo va marchando esta nueva normalidad. Por ahora lo que hemos trasladado a las parroquias es que recorten al máximo sus gastos», explica Rafael Carmona, ecónomo del Obispado, quien admite que, en estos dos meses, algunos sacerdotes han tenido que poner parte de su sueldo para pagar recibos de luz, agua y otros servicios de sus iglesias ante la ausencia de recursos económicos.

Los sacerdotes de la diócesis cobran 950 euros al mes y, a propuesta del obispo, Jesús Catalá, ya han acordado renunciar a la paga extra de julio para colaborar al sostenimiento de la Iglesia. Además, la diócesis no ha pasado en estos meses a las parroquias el cobro para el llamado fondo común diocesano, una bolsa a la que contribuyen en la medida de sus posibilidades todos los templos para la financiación de la Iglesia local.

Carmona, que es diácono, ejerce su labor pastoral en las parroquias de los Santos Mártires y de San Juan, dos de las más demandadas para la celebración de bodas. «Un 70% de las que teníamos apuntadas para lo que queda de año se han pasado al año que viene», desvela. Los estipendios por este tipo de celebraciones constituyen para las parroquias una notable inyección económica que se va a ver mermada en los próximos meses. De ahí que muchas de ellas hayan emprendido sus particulares campañas para recaudar fondos, solicitando a sus feligreses donativos por transferencias bancarias y mediante el sistema Bizum de pago telemático.

Concienciación

«Ahora más que nunca vamos a depender de la implicación de los fieles. La parroquia es la casa de todos, pero hay gente que no está concienciada de eso y habrá que insistir», apunta Antonio Sosa, párroco de María Madre de Dios.

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Muchas parroquias reciben una serie de donativos fijos mensuales que tienen domiciliados por el banco algunos de sus miembros, pero apenas si representan de media el 10% ó 20% de sus ingresos.

Serafín Corral, párroco de Nuestra Señora del Socorro, Santa Cecilia y Nuestro Padre Jesús de Ronda, reconoce que «hay que fomentar la captación de cuotas» para que las parroquias puedan superar esta crisis. En su caso ha tenido que lanzar una campaña en redes sociales al verse asfixiado por la cuota de tres mil euros mensuales del préstamo para una obra que se hizo años atrás. «Gracias a esto la gente se ha movilizado», añade.

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