Concentración feminista en Málaga para pedir a la justicia que «escuche a Daniel», el hijo de Juana Rivas
La cita es este jueves a las ocho de la tarde en la Ciudad de la Justicia
Los colectivos feministas de Málaga se suman a los de otras ciudades y provincias del país y convocan una concentración para este jueves, a las ... ocho de la tarde, en la Ciudad de la Justicia bajo los lemas «Escuchen a Daniel» y «Un maltratador nunca será un buen padre». La encargada de leer el manifiesto será Pilar Iglesias Aparicio, madrileña afincada en Málaga doctora en Filología Inglesa, catedrática de Lengua Inglesa en Enseñanza Secundaria e involucrada en el movimiento feminista local.
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El juzgado de instrucción número 3 de Granada dictaba una diligencia el miércoles, 16 de julio, en el que ordenaba a Juana Rivas a entregar a su hijo menor, Daniel, de 11 años, a su padre, Francesco Arcuri, de nacionalidad y residencia italiana.
Daniel, que vivía en Italia con su padre, había venido a España a pasar las navidades con su madre, que reside en Granada. Después de las fiestas, la mujer pidió a la justicia que el niño se quedara en España. Un tribunal le dio permiso provisional. Otro tribunal, el citado, le quitó la razón y marcó el 22 de julio como fecha para que Juana Rivas entregara al niño a su padre, amparándose en que la justicia italiana ha determinado la custodia paterna, aunque el hombre tiene pendiente un juicio por presunto maltrato a sus hijos.
Como consecuencia de las circunstancias observadas ese día por el personal laboral del punto de encuentro, la justicia decidió retrasar a este viernes la entrega. Se busca que se pueda realizar de una manera más íntima y privada.
Hace ocho años, en 2017, Juana Rivas ya tuvo que entregar a sus dos niños a su expareja. Ahora, uno de ellos ya es mayor de edad y ha elegido vivir con la madre. El pequeño, de acuerdo con fuentes del Ministerio de Infancia y Juventud, ha expresado su deseo de permanecer en España con su madre. La responsable de ese departamento, Sira Rego, ha demandado que se escuche al pequeño. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, por su parte, ha mostrado su «empatía» con la familia del niño y ha propuesto que la legislación española «dé un paso adelante» y proteja en estos casos el interés superior del menor.
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En el año 2017, Rivas desobedeció a la Justicia. Tras un mes en paradero desconocido, la mujer se entregó junto a sus hijos, de quienes perdió la custodia en favor de su expareja. Arcuri se enfrenta en Italia a un juicio por presunto maltrato «grave y habitual» a sus dos hijos que se celebrará el próximo septiembre.
Pero la historia de violencia que ha movido a las organizaciones feministas a respaldar a Juana Rivas durante la última década viene aún de más atrás. En 2009, la mujer había denunciado a Arcuri por violencia de género. El hombre fue condenado a tres meses de prisión y se le aplicó una orden de alejamiento tras esa denuncia. Pero la pareja volvió a convivir. Y la situación de violencia se agravó, argumentan Rivas y sus abogados, lo que condujo a la mujer a huir con sus hijos a España en el año 2016.
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«No es un caso aislado»
«El caso de Daniel ha conmocionado a la opinión pública por su crudeza y urgencia, pero no es un caso aislado. En España, miles de menores se ven forzados por resoluciones judiciales a mantener contacto o convivir con padres denunciados o incluso condenados por violencia de género, a pesar del grave riesgo que ello supone para su integridad física y emocional», reflexionan las convocantes de las concentraciones simultáneas que tendrán lugar este jueves en toda España en ciudades como Barcelona, Tarragona, Huesca, Zaragoza, Madrid, Salamanca o Murcia, además de Málaga, entre otras. De esta manera, dirigen sus críticas tanto a la judicatura como a la Fiscalía de Menores, a la que achacan «falta de actuación efectiva», lo que lleva al incumplimiento, afirman, de normativa vigente de protección a la infancia, ya que, recuerdan, la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia, en vigor desde 2021, reconoce el derecho de los menores a ser escuchados y protegidos.
«Con esta convocatoria unitaria, madres y protectoras, profesionales de la infancia y colectivos feministas reclaman que ni la justicia ni la fiscalía sigan ignorando el testimonio de Daniel ni el de tantos otros menores que el sistema silencia sistemáticamente, priorizando los derechos de los agresores frente al interés superior del menor», concluye el texto de la convocatoria.
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