

Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER GALLARDO
málaga.
Domingo, 5 de marzo 2023, 01:00
José Luis Pérez Cerón es hermano de la Cofradía de la Pollinica de Málaga desde su infancia y en los últimos años ha tenido una especial inquietud por fomentar la formación en el mundo de las hermandades. Recientemente ha organizado unas jornadas con este objetivo.
-Es hermano desde hace 25 años de la hermandad que encarna la Entrada Triunfal de Jesucristo en Jerusalén. ¿Por qué la Pollinica?
-Tenía apenas nueve años cuando me empeñé en salir en una procesión. El problema estaba en que mi familia era más del Sepulcro y yo, tan pequeño, no iba a aguantar una procesión hasta tan tarde; así que, con la inocencia propia de esa edad, les propuse a mis padres ir preguntando por todas las cofradías para ver en cuál podía salir. La primera por orden de salida es la Pollinica, y por eso soy pollinico.
-La Diócesis de Málaga anima a todos los cofrades a tener «una formación teológica básica que les permita dar razón de su fe en medio del mundo». En este sentido, en Pollinica han celebrado recientemente unas jornadas de formación para cofrades.
-Tenemos el objetivo de convertir la cofradía en un lugar de aprendizaje y formación en distintos aspectos, así como en un lugar de encuentro entre cofrades para compartir experiencias e inquietudes comunes. Para ello, hemos realizado varias mesas redondas con la intención de ahondar en la dimensión social y de comunidad cristiana que somos las cofradías. El reto es cuidar a nuestros hermanos y no solo pensar en las imágenes o en la estética de la Semana Santa, sino entrar también en que las cofradías funcionen bien como comunidad, en la que los hermanos se preocupen unos de otros.
- 'Pollinica. Punto de Encuentro' era el título de estas jornadas. ¿Cuál era el objetivo?
-Entendemos que la formación es una parte esencial de las cofradías. Y hasta ahora no se había planteado de esta forma. En el aspecto formativo, queríamos encontrar una línea en la que nos saliésemos de los tópicos más cofrades y buscar propuestas de mejora, por decirlo así, a la forma de entender y vivir las cofradías.
-¿Existe una verdadera inquietud entre los cofrades por la formación?
-Existe una inquietud, lo que ocurre es que nada más que nos enfocamos a determinada formación, como pueden ser ciclos de música o de hombres de trono, pero en cambio, se echan en falta otras dimensiones de la formación, como la espiritual, que es esencial. Y existe demanda, porque el cofrade también necesita entender su dimensión de fe. Tiene que saber en qué cree y eso no es solamente tener devoción a una imagen, sino entender la trascendencia que tiene el mensaje del Señor y cómo aplicarlo a su vida. Esa sería una de las cuestiones más necesarias, en mi opinión.
-¿Qué aporta la formación?
-Sobre todo, empezar a trabajar esa dimensión espiritual desde la base para ir ascendiendo. Acercar la dimensión espiritual a un nivel accesible a cualquiera, con un lenguaje sencillo. Empezar, por ejemplo, explicando qué significa la segunda venida de Jesús o cuáles son los misterios centrales de la fe.
-¿Por qué debe ser de esta forma?
-Porque a muchos de nosotros -y me incluyo- nos faltan oportunidades de aprender desde abajo e ir ascendiendo en la compresión de los misterios de la fe cristiana.
-¿Y las cofradías apuestan por este reto?
-Hace unos años, hasta la pandemia, existían los cursos 'Veranos de Pasión' que organizaba la Fundación Universitaria Española. Era un espacio de debate muy limpio, muy sano, en el que la gente podía participar, pero al que quizás le faltaba difusión. Ahora es necesario que sean las mismas cofradías las que generen este tipo de debate, que participen, que se mojen en conocer su realidad y en tratar de modificar aquello que creamos que pueda ser mejorable, y esto es aplicable a todas. Que seamos nosotros mismos los que, a partir de esta formación, construyamos los pilares de nuestra comunidad cofrade, sin menoscabo de la formación ofrecida en las parroquias y en los centros teológicos de la diócesis.
-¿Cómo es para José Luis Pérez Cerón un Domingo de Ramos?
-Para mí son muchas emociones. Por la responsabilidad que llevo como subjefe de procesión, es difícil, a veces, estar metido en la procesión, en la emoción que supone vivir la fe en la calle de este modo singular. Tienes que controlar muchos frentes, pero es verdad que siempre me reservo algunos momentos para estar solo con el Señor o con la Virgen. Y me gusta que Málaga sienta la alegría de la Entrada de Jesús en Jerusalén. La veo reflejada en los rostros de tantos niños que ese día nos acompañan y de los que tanto tenemos que aprender los adultos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Una luna de miel que nunca vio la luz
El Comercio
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.