¿Qué sería del Centro de Málaga sin los guiris?
Ante las críticas que se están sucediendo últimamente sobre la pérdida de identidad del Centro de Málaga, porque según algunos se ha convertido en un ... parque temático, puede ser un ejercicio saludable imaginarse esta zona de la ciudad sin guiris o, para no ser exagerado, con pocos turistas. Para ello es bueno salir a pasear tranquilamente por sus calles a diferentes horas del día para tener una idea aproximada de lo que efectivamente ocurre en este distrito de la capital. Es cierto que se ven muchos turistas y en algunas calles hay hasta más que autóctonos, pero la primera impresión que hay que sacar es que las calles no están para nada saturadas. No hay que ir con un machete sorteando guiris, de verdad, sobre todo por las mañanas. Al mediodía, los visitantes son los principales clientes de los bares del casco histórico. Son especialmente llamativas las terrazas del mercado central, donde se puede ver cómo los camareros chapurrean el inglés para poder atender a la clientela foránea. Los turistas suelen preferir comer al aire libre y esta situación también es especialmente visible en la plaza de las Flores o en la calle Strachan. Y es aquí dónde habría que hacerse la pregunta del titular de este artículo. ¿Qué sería de las decenas de bares y restaurantes sin los guiris? Pues está claro, estarían casi vacíos. Sí, porque los malagueños no tienen la costumbre de comer todos los días fuera de su casa. Eso no hay bolsillo que lo aguante, ni siquiera el de los adeptos a la turismofobia, de los guardianes de la pureza malaguita. Ocurre lo mismo con los comercios, que también están muy concurridos de guiris, sobre todo por las tardes. Si no fuera por éstos, su aspecto sería desolador, más que nada porque los malagueños han cambiado su forma de comprar. Ahora se apuesta de una manera aplastante por las compras on line, sobre todo por parte de la gente más joven, y se suele ir a las tiendas físicas, en el mejor de los casos, para recoger lo seleccionado por internet. O sea, que los turistas ayudan a crear ambiente en estas tiendas, donde sin duda muchos de ellos 'pican' y compran algo. El Centro ya no es como antes, cuando todo estaba monopolizado allí y en El Corte Inglés para hacer las compras de ropa. Quien tenga algo de memoria sólo tiene que visualizar cómo estaban antes estos establecimientos y cómo están en la actualidad. Además, ahora hay centros comerciales repartidos por toda la provincia. Ahí están los ejemplos de Plaza Mayor, el centro Miramar de Fuengirola, el Ingenio de Torre del Mar o La Cañada en Marbella. También ha bajado la actividad administrativa en el Centro. Hacienda y Correos llevan varios años cerrado y los juzgados, donde acuden cada día miles de personas, están centralizados en la Ciudad de la Justicia. Además, cada vez es más frecuente hacer las gestiones administrativas por vía telemática. Ocurre lo mismo con los médicos, que antes tenían sus consultas privadas en el Centro y ahora la mayoría se han desplazado a los hospitales privados. Con este panorama, hay que sacar la conclusión de que los malagueños acuden cada vez menos al Centro, pero no por culpa de los guiris o de los turistas nacionales que también optan por pasar unos días en Málaga, sino porque se ha producido un cambio de hábitos importante. Estos visitantes no son para nada el problema, sino más bien todo lo contrario. Son la solución para no ver las calles del casco histórico vacías, con restaurantes y comercios que tendrían que echar la persiana ante la falta de clientela. No hay nada más triste que una calle o un local vacío. ¿Quién entra a estos establecimientos cuando no se ve ni un alma?
Publicidad
Es cierto que estos miles de guiris necesitan alojamiento y que han proliferado las viviendas de alquiler turísticas, que obviamente han reducido la oferta de arrendamientos para los autóctonos. Sobre este particular, hay que hacer hincapié que siempre se analiza desde el punto de vista de los arrendatarios, que ven con impotencia que los precios están más altos. Pero siempre se olvida a la otra parte, a los arrendadores, que también son personas, y malagueñas en la mayoría de los casos, que están encantados con sacar mayor beneficio económico a sus propiedades. Eso es completamente legítimo. Como lo es también que los ciudadanos que necesitan un alquiler lo tengan a un precio asequible. Y es aquí donde radica el problema. Ante esto, son las administraciones, y no los particulares como se quiere vender, las que tienen que dar la solución promoviendo directamente viviendas de vpo o en régimen de alquiler, como hace la verdad sea dicha el Ayuntamiento de Málaga, pese a que no tenga las competencias para ello. Atrás queda la imagen donde aparecía en los portales de las casas las placas del Ministerio de Vivienda, que estaba precisamente para eso. ¿Por qué se ha abandonado esta práctica? ¿Por qué no cambian la ley para que los suelos destinados a VPO se desarrollen en un periodo determinado? Este es el verdadero problema, y no los guiris que vienen a Málaga a dejarse los cuartos. Hay sitio para todos. Please, don't go!
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión