Imagen de la finca La Máquina Grande. Migue Fernández

La UMA planea explotar como aparcamiento una finca «olvidada» frente al aeropuerto

La parcela, de 45.000 metros cuadrados y adquirida por esta institución a la economista e historiadora británica Marjorie Grice-Hutchinson en los años 90, sale a la luz durante la planificación de unas labores de desbroce

Martes, 3 de diciembre 2024, 15:01

La Universidad de Málaga proyecta sacar a concurso en los primeros meses de 2025 la explotación para aparcamientos de la finca La Máquina Grande, una ... parcela de 45.000 metros cuadrados, situada frente al aeropuerto. El solar, que permanecía en el olvido y que salió «inesperadamente» a la luz la pasada primavera durante la planificación de unos trabajos de desbroce en los terrenos que la institución tiene repartidos por los campus, forman parte de las propiedades que la economista británica Marjorie Grice-Hutchinson disfrutó durante sus años de residencia en Málaga. Aunque en su herencia a la UMA dejó su finca familiar San Julián, sede actual del Centro de Experimentación Grice-Hutchinson, y su valiosa biblioteca, La Máquina Grande -según aclara la propia universidad- fue adquirida en 1994 a la también historiadora por 21.307.500 pesetas siendo rector José María Martín Delgado.

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La universidad no oculta su sorpresa por la aparición de estos terrenos «olvidados» y admite también que son una «oportunidad» para rentabilizarlos en un momento de especial precariedad económica, que ha llevado a la Junta de Andalucía a rescatarla financieramente con un préstamo de 48,5 millones. Pero el proyecto para convertir este suelo -calificado de no urbanizable de especial protección- en un aparcamiento aún precisa de los permisos municipales para que tenga encaje urbanístico. «Llevamos un par de meses trabajando con el Ayuntamiento atendiendo todas las solicitudes de documentación que nos requieren para que finalmente podamos sacarlo adelante en los primeros meses de 2025», avanza Salvador Merino, vicerrector de Infraestructuras de la Universidad de Málaga, quien se muestra convencido de que no se interpondrá ningún problema: «El principal escollo, de haberlo habido, hubiera sido que no puede destinarse a aparcamientos, pero eso inicialmente ya está descartado», subraya Merino.

Situada concretamente a la espalda de Ibericar, se trata de una parcela en la que décadas atrás se plantaron numerosos eucaliptos con el objetivo de que ayudase a mantener secos los terrenos próximos al río Guadalhorce y así contrarrestar el riesgo de inundabilidad. «Pero además de su capacidad de retención de agua del suelo, la composición de las hojas del eucalipto vuelve el suelo tóxico, con lo cual no se podrían plantar otras especies», aclara el vicerrector. Cree, sin embargo, que lejos de ser un problema para el diseño de la futura «playa de aparcamiento para el aeropuerto», los numerosos ejemplares que tiene la parcela pueden servir de referencia para delimitar cada una de las plazas. «Los árboles están dispuestos por filas, pues usémoslos para aparcamiento, ya que los propios eucaliptos servirán de división para los coches sin necesidad de tocar ningún árbol», advierte.

Finalmente, Merino se muestra optimista con que en pocos meses se puedan rentabilizar unos terrenos hasta ahora «en desuso», en línea con el objetivo que se marcó el actual equipo de gobierno de contención en el gasto y «búsqueda de alternativas que permitan aumentar los ingresos», zanja Merino.

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