Toni Morillas: «El alcalde de Málaga lamina la censura dentro del Ayuntamiento»

Era julio de 2023, Consejo Social de la Ciudad. Se suponía que todos los colectivos iban a anexionarse sin ambages al que por entonces no sabían también iba a ser el malogrado proyecto de la Expo 2027 como lo ha sido ahora el del Mundial de Fútbol 2030. Pero resultó que cuando tomó la palabra Pedro Marín Cots la lio parda.

El veterano funcionario le pidió al alcalde de Málaga, Paco de la Torre, que «no hiciera una Expo del pasado» y fue sumamente crítico con el proyecto que se había presentado 'La era urbana: hacia la ciudad sostenible', que acabó perdiendo estrepitosamente justo un año después cuando Málaga quedó segunda después de Belgrado (Serbia) en la votación de la asamblea de países de la Oficina Internacional de Exposiciones, con sede en París. La foto era la de la concejala Teresa Porras limpiándose la lagrimilla mientras la miraba con cara de pena la popular Mar Torres en la carpa que se montó para la ocasión en la calle Alcazabilla.

Marín Cots ya lo había advertido. Indicaba que en el proyecto de la Expo no había referencia alguna a la agenda urbana de 2015 (de Málaga), pionera en Europa, «como tú sabes –como le decía al alcalde–, ni de Alicia, el plan del clima aprobado hace dos años, en julio de 2020».

Por eso pedía una «Expo diferente de las convencionales, volcada hacia la renovación de la ciudad existente, evitando el consumo excesivo de suelo (en Campanillas, 800.000 metros cuadrados). Decía que en el nuevo paradigma de la ciudad sostenible se plasma en la agenda urbana así como en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, donde se apuesta claramente por la ciudad policéntrica, de proximidad» donde los barrios pueden jugar un papel esencial, ya que disponen de suelos o equipamientos en desuso, que podrían albergar instalaciones de la Expo como centros motores de actividad, y también para contribuir al aumento de la cohesión social y territorial«.

Entre los ejemplos puso la que podría ser la renovación de la antigua cárcel provincial (Cruz de Humilladero), el impulso del ecobarrio, la manzana verde, el desarrollo de las 8.000 hectáreas del anillo verde que podría rodear a la ciudad, la ampliación de la zona de bajas emisiones (de gases) a toda la ciudad, entre otros, «como prevé el Plan del Clima». Para finalizar, dijo que él aprovecharía la oportunidad de la Expo 2027 para «recuperar un modelo urbano equilibrado y adaptar la ciudad a los rigores del cambio climático» indicando que la ciudad verde es más necesaria que nunca y que en esos días ya se estaban viendo las consecuencias de la crisis climática en los continuos incendios que devastan ámbitos naturales o el aumento considerable de las muertes por las olas de calor.

Nadie le hizo caso y Málaga perdió. No sabemos si de haber oído sus sugerencias hubiese cambiado algo, pero lo que es obvio es que el OMAU ha sido un Observatorio de referencia en la ciudad. Por eso, la viceportavoz de Con Málaga, Toni Morillas, escamada porque la actividad del OMAU es inexistente y que la propia concejala de Medio Ambiente, Penélope Gómez, hablaba sin dar rodeos en una comisión de pleno del área del «extinto OMAU» decidió preguntar por la desaparición de este organismo y cuáles habían sido los motivos concretos de su cierre.

Penélope Gómez, sin despeinarse, le ha contestado que el Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU) «no ha desaparecido» y que la web sigue con sus contenidos accesibles, pero acto seguido indica lo contrario, que se ha considerado más operativo eficiente y útil reasignar los recursos de los que disponía el OMAU, con sede en el Cerrado de Calderón, a diferentes áreas municipales, y que ahora los proyectos que llevaba han pasado a ser afrontados tanto por el Servicio de Fondos Europeos del área de Economía como por otras áreas. Al revés te lo digo para que me entiendas.

La viceportavoz de Con Málaga, Toni Morillas, critica duramente que «De la Torre lamine la censura dentro del Ayuntamiento» y da cuenta, tras hacer una búsqueda exhaustiva, de que se han borrado de la web del OMAU informes que criticaban y censuraban el rascacielos del Puerto de Málaga sin participación ciudadana en el modelo urbano y que sólo prima los intereses de grupos económicos o del informe que advertía de la pérdida de la población local en Málaga.

Para Morillas, ya está bien de loas al regidor, que acaba de naufragar con el proyecto del Mundial y de la reforma de La Rosaleda, y exige que se recupere el OMAU, tal y como lo conocemos y que siga orientado a producir estudios con rigor científico sobre las políticas públicas, la sostenibilidad urbana con enfoque social, económico y ambiental. «El alcalde, en plena campaña electoral, con el confetti, informó de la remodelación de la Rosaleda, y ahora se ve que sólo le movía hacer caja. Cuando ha visto que no podía, lo ha desechado; ha sido un grave engaño a la población malagueña, que espero que le pase factura».