Reforzarán la seguridad de la presa del Limonero e incluirán una sirena de aviso

Así, la iniciativa contempla medidas como la revisión y reparación de los sensores que miden la estabilidad del terreno y los muros que componen el embalse, la instalación de 29 nuevos medidores de ese tipo, y la colocación de sensores en las compuertas de los desagües, entre otras actuaciones. No obstante, una de las más llamativas está contenida en el plan de emergencia que tiene aprobada la presa y que todavía no se ha implantado, lo que se resolverá igualmente con este proyecto.

Se trata de la puesta en marcha de un sistema de aviso a la población más cercana para ponerla en alerta en caso de rotura del embalse. Esto se conseguirá con la instalación de una sirena de gran potencia que se colocará en el extremo oriental del borde de la presa y que se ha diseñado para que su sonido abarque la zona urbana que «pueda verse inundada en la primera media hora después de la eventual rotura de la presa», señala el pliego de condiciones del proyecto. «El resto de la población (casco urbano de Málaga) será avisada a través de Protección Civil», aclara el expediente, que incluye un estudio acústico para comprobar hasta dónde llegaría el sonido de esa alarma, que podría abarcar hasta la altura del pabellón deportivo de Ciudad Jardín, la zona de San José y las Virreinas. Este mecanismo sería activado por un centro de control que podrá ser monitorizado a distancia, para que los medios de alerta puedan ser seguidos en todo momento.

El plan de refuerzo del seguimiento de la presa del Limonero, que contribuirá a dar seguridad a la iniciativa del Ayuntamiento para integrar el cauce del Guadalmedina en la ciudad –pendiente aún de la aprobación de un plan especial que durará varios años–, parte de un estudio previo realizado por la consultora Typsa sobre el comportamiento de la presa, fechado en junio del año pasado. Este informe concluye que «no se han detectado anomalías aparentes ni un comportamiento que pueda recibir la consideración de patológico, al menos hasta la fecha«.

No obstante, apunta que durante la ejecución de la obra de la presa, cuya construcción fue aprobada en 1978, «no se exigió el cumplimiento estricto de las prescripciones del pliego de condiciones técnicas del proyecto constructivo». En concreto, señala al material que se empleó para recubrir el núcleo de la barrera de la presa, donde detecta una deformación «mayor a la esperable». Este análisis añade que, si bien una parte de los sensores actuales de la presa funcionan «más o menos correctamente, hay algunos instrumentos que no están operativos y otros de cuyo funcionamiento correcto se albergan serias dudas». «Dada la singularidad del emplazamiento de la presa, se juzga necesaria la revisión completa de la instrumentación y su complementación en algunos lugares, especialmente en todo lo relativo a la piezometría, con objeto de disponer de una más completa monitorización de su comportamiento«, remarca.