El restaurante Mimo busca ayuda para su causa vegana en Málaga

Sus propietarios, Bartek Karwowski, Ania Karwowska y Aneta Nieszczerzewicz, explican que el establecimiento actual, de apenas 40 metros cuadrados, no les permite acoger a todos los clientes ni dar rienda suelta a su creatividad. A eso hay que añadir que el Ayuntamiento les exige acometer una importante obra estructural si pretenden mantener la actividad en el local. Y por si fuera poco, la gota que ha colmado el vaso ha sido un problema eléctrico que ha provocado una subida de tensión que les ha quemado gran parte de los aparatos eléctricos.

Su petición de ayudala han colocado en la web lanzanos.com, y de momento ya cuentan con 59 donantes. En su caso no se trata de ingresos a fondo perdido, sino que cada una de las personas que se anime a colaborar obtendrán un beneficio posterior una vez instalados en el nuevo local, como un bono de comida por mayor valor o un curso de cocina vegana. Se pueden aportar desde 10 hasta 2.500 euros.

Aunque de momento no han logrado la cantidad suficiente, los empresarios sueñan con trabajar en un local mucho más amplio que han encontrado a apenas 300 metros, en la avenida Manuel Agustín Heredia, que se acaba de quedar disponible. Su deseo, si todo sale bien, es poder mudarse tras las fiestas navideñas. «Necesitamos 35.000 euros para echar a andar el negocio con el coste mínimo entre el depósito que nos exigen, el mobiliario y la maquinaria», resumen.

De forma paralela al crowdfunding, Bartek, Ania y Aneta han iniciado una ronda de contactos con inversores y posibles personas interesadas en entrar como socios. También han puesto en traspaso el actual local, aunque son conscientes de que no se trata de la mejor época del año. «Conocemos mucha gente que nos quiere ayudar, pero no sé si nos dará para tanto», razonan.

Mimo Vegan Bistro abrió sus puertas en abril de 2019 y desde entonces cuenta con una clientela muy fiel que llena el negocio prácticamente todos los fines de semana. Aneta y Bartek, una pareja de polacos nacidos en Varsovia, y Ania, la madre de ella, apostaron por un establecimiento de este tipo al comprobar que no había nada parecido en Málaga. «Es nuestro estilo de vida y nos era imposible encontrar un restaurante 100% vegano en el que pudiéramos comer», reconocen.

Sobre el negocio aseguran ofrecer comida 100% vegana, 100% sin gluten y 100% sin azúcar, ya que utilizan edulcorantes naturales. Para elaborar sus platos se nutren fundamentalmente de la huerta local, «que es un paraíso para los veganos», y en concreto, de los productos que cultiva la familia Hevilla en Coín. Añaden que su carta se renueva cada tres meses porque sólo utilizan productos de temporada, «que tienen más sabor y calidad que los de invernadero».

En defensa de la comida vegana, esta familia de extranjeros afincados en la provincia apunta que todos sus platos son especialmente sabrosos, originales y elaborados, ya que ellos no tratan de imitar los sabores tradicionales de la carne o el pescado sino ofrecer a los clientes otras versiones veganas. «La cocina vegana no es aburrida ni le faltan sabores ni texturas», dicen. «Además es muy nutritiva y cuando terminas de comer no sales pesado», añaden.

Y de momento se muestran agradecidos por la gran acogida que han tenido desde que abrieron su persiana por primera vez. En este periodo (con un Covid de por medio que acabó con los pequeños ahorros que habían logrado) han obtenido un reconocimiento como Solete por la Guía Repsol y han sido elegidos como el mejor restaurante vegano del mundo en la web Happycow (una especie de Tripadvisor especializado en restaurantes veganos y vegetarianos).