¿Quieres participar en el pleno del Ayuntamiento de Málaga? Te contamos cómo hacerlo
Hay dos formas: la primera, durante la sesión; y la segunda, que De la Torre ha bautizado como post-pleno y a la que van los ciudadanos a exponer sus problemas y pedir soluciones
La era del 'open government' llegó del otro lado del Atlántico. No nos olvidemos que este vocablo, traducido al español como gobierno abierto, llegó del ... equipo de Barack Obama, que ganó las elecciones arrasando en las redes sociales en 2009 y prometiendo otra forma de dirigir más cercana al pueblo. España, no hacen falta muchos estudios sesudos, anda a la zaga en la mayoría de los principios que impulsan la participación ciudadana y está muy lejos aún de ser un lander alemán, donde los vecinos suelen tener voz y voto en las asambleas municipales. Se han dado pequeños pasos, pero también es cierto que el ciudadano de a pie conoce bien poco cómo funciona su ayuntamiento, algo que en la mayoría de las veces se debe a que la administración local tampoco está especialmente interesada en hacerle llegar esta información.
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Las páginas web con apartados de transparencia y el open data (datos abiertos) que propone el Ayuntamiento de Málaga han mejorado mucho a lo largo de los años, esa es la verdad, pero quedan tantas cosas que hacer... y una de ellas es hacerle llegar al ciudadano que puede intervenir en el pleno de su ciudad. De hecho, ya hay algunos colectivos que lo hacen, pero la inmensa mayoría desconoce que tiene esa oportunidad.
En la sesión plenaria. ¿Hay requisitos para poder tomar la palabra?
Hay dos formas para participar en los plenos: una es durante la sesión cuando el tema le incumbe al interesado; y la segunda es lo que el alcalde presidente, Paco de la Torre, ha bautizado como el post-pleno. Una vez fuera de la sesión plenaria, el regidor motu proprio deja intervenir a todos los ciudadanos que se acercan, sin previo aviso ni tramitar papeles, para contar cuáles son sus problemas y pedir soluciones.
Seguramente algunos ediles no estarán encantados leyendo que esto se publicita, ya que la que podría ser la segunda parte de pleno, puede alargarse más de una hora y suele ser esa en la que sus estómagos empiezan a rugir rozando o más allá de las cuatro de la tarde. Pero De la Torre, impasible pero receptivo, a cada uno lo suyo, deja que unos y otros vengan a contar sus padecimientos. Son veteranos ya Maite Aguilar, que va siempre al pleno supuestamente a quejarse por un alquiler que hizo durante las obras del Thyssen y no le salió muy bien la cosa, pero que lo que hace en realidad es intentar charlar con De la Torre, aunque éste acabe derivándola al concejal de Vivienda, Paco Pomares; y últimamente es mensual la visita de Carmen Mestanza, que representa a la Vega de Mestanza, en el Bajo Guadalhorce, llena de cítricos, que acabará sepultada por una depuradora. Compungida, sesión tras sesión, cuenta la desazón que para ella supondrá, y en una de las últimas ha invitado al presidente de la Junta, Juanma Moreno, a que visite el enclave antes de que se liciten e inicien las obras.
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También es común que vayan ciudadanos con problemas económicos o familias que han sido desahuciadas y que exponen su terrible situación. La ronda sobre lo que acontece en la calle, de forma descarnada y sin intermediarios, es una forma de que los munícipes se apeguen al terreno. No todo el mundo disfruta de esos trabajos, esos sueldos ni tiene esas facilidades en la vida. Si los concejales están en lo alto de la pirámide del bienestar, muchos de los que llegan al post-pleno están en el fondo o en el subsuelo. Son lecciones de vida.
Lo más importante. ¿Qué hay que hacer cuando se interviene en una moción?
La primera forma de participar, que es la estrictamente oficial, es la que habilita a las asociaciones, confederaciones y federaciones de vecinos a intervenir en la sesión plenaria siempre y cuando hayan participado anteriormente en la tramitación del asunto a debatir y lo pidan expresamente con tiempo de antelación en el registro de entrada del Ayuntamiento, generalmente 24 horas, como da cuenta el Reglamento Orgánico del Pleno (ROP).
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Esto es lo que consta en el ROP, pero en puridad también toman la palabra particulares afectados por diferentes cuestiones sin haber participado antes del asunto o expediente. De la Torre, en este caso, también hace gala de lo que él llama flexibilidad para que esto ocurra, lo que acrecienta, sin duda, la participación ciudadana. El pasado pleno había varias intervenciones interesantes, y entre ellas, un vecino de Puerto de la Torre, David Villalba, para protestar por el vertedero que una empresa privada quiere proyectar en el distrito. Había tres mociones del PP, PSOE y Con Málaga. El tiempo para intervenir de los ciudadanos: tres minutos.
Los ciudadanos que van a tomar la palabra en una iniciativa deben inscribirse en el Ayuntamiento al menos 24 horas antes
Lo que los asistentes en la sillería no pueden hacer en el pleno es proferir gritos o mostrar aprobación o desaprobación, como indica el propio reglamento (que además hace alusión al que el presidente podrá desalojar la sala en tal caso), lo cual no está reñido con sentarse, llevar pancartas y mantenerse en silencio pero hacer notar el malestar que sufre un determinado colectivo o personas por diversas cuestiones, una actitud que, de hecho, es habitual. Si no se pudiera ir a los plenos a protestar, algo que afortunadamente no ocurre, sería un mal síntoma de falta de democracia.
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Por eso los plenos de Málaga tienen su poquito de protesta, de flexibilidad y de crispación entre tanto debate, porque los ediles pueden argumentar, pero también están ahí, sentados en sus sillas con escudos y terciopelo, para escuchar a sus votantes, al pueblo.
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