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Los trabajos han recuperado el color rosáceo de las columnas de la fachada. Marilú Báez

Puesta a punto de un tesoro arquitectónico del puerto de Málaga: estos son sus secretos

La Autoridad Portuaria ultima la restauración de la capilla del siglo XVIII del Muelle Uno para dar culto a una imagen de la Virgen del Carmen

Jesús Hinojosa

Málaga

Jueves, 10 de julio 2025, 00:43

El Puerto de Málaga última la restauración de uno de sus tesoros arquitectónicos menos conocido. Se trata de la antigua capilla que se conserva entre ... los locales de hostelería del centro comercial Muelle Uno. Para el próximo martes día 15 está prevista la inauguración de unos trabajos que, con proyecto de los arquitectos Juan Manuel Zamora y Antonio Luis García-Fresneda, y bajo la dirección del arquitecto técnico Pablo Pastor, han sacado a la luz los secretos de este singular edificio religioso de dos plantas que fue levantado en el siglo XVIII.

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Según recuerda Pablo Pastor, el puerto de la Málaga cristiana llegó a contar con tres capillas. En la zona más occidental se encontraba la ermita de San Andrés, hubo otra en Puerta del Mar a cargo de los frailes mínimos y una tercera dedicada a Nuestra Señora del Puerto Salvo que estuvo en el dique de levante y que es el precedente de la que se está restaurando por parte de la constructora Actua Infraestructuras, contratada por la Autoridad Portuaria con un presupuesto de 179.078 euros.

Las obras de la capilla actual comenzaron en 1718, delante de lo que fue el fuerte de San Felipe, bajo la dirección del ingeniero Bartolomé Thurus. Sin embargo, la construcción tuvo periodos de paralización y no fue hasta 1727 cuando se retomó, introduciendo la realización de un segundo piso. Se tiene constancia del encargo de la solería en 1731, cuando ya aparece en la planimetría del puerto. Su finalización no está documentada, pero en uno de sus laterales se conserva una inscripción que señala el 30 de junio de 1750 como posible fecha de terminación.

Mismo material que la Catedral

275 años después, el edificio recobra su esplendor gracias a una actuación que, en su exterior, ha consistido en la restauración de sus fachadas a cargo de la empresa Chapitel, que se ha limitado a limpiar y consolidar los muros. Esta labor ha permitido rescatar el tono rosáceo de las columnas que enmarcan la portada principal, realizadas con la misma piedra de la cantera de Almayate que se utilizó para las obras de la Catedral.

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El aspecto exterior del edificio ha permanecido prácticamente invariable a lo largo de los siglos, conservándose la rejería original de su balcón principal, así como unas gárgolas que van a recuperar su función para desaguar la cubierta cuando llueva. En esa azotea existió un aljibe que servía para regar los jardines de los muelles.

El piso superior, que a partir de ahora va a tener un uso expositivo, ha tenido destinos muy variados. Se ha documentado que se le ofreció al gobernador de la ciudad como lugar de reposo, y que pudo ser vivienda del capellán del templo, que en el siglo XVIII estaba dedicado a la Purísima Concepción. Asimismo, al parecer fue utilizado por el capitán del puerto y su personal de servicio.

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Boceto de la imagen de la Virgen del Carmen realizada por el escultor Juan Vega. Sur

De traza manierista, esta capilla albergó misas todos los sábados a lo largo del siglo XIX, y a principios del XX estuvo al cuidado del Club de Botes, que estaba justo al lado. En 1914, el Real Club Mediterráneo restauró el edificio y donó una imagen de la Virgen del Carmen. Durante la Guerra Civil, esta entidad preservó los enseres y ornamentos religiosos de templo, cuyo uso entró en decadencia en décadas posteriores, hasta llegar a ser vivienda del chófer del gobernador.

En 1973, ante la necesidad de acometer las obras de reforma y ampliación de este muelle portuario, se llevó a cabo el traslado de la capilla, piedra a piedra, desde su posición original (15 metros más avanzada que la actual) a la que ocupa hoy. Estos trabajos fueron proyectados por el arquitecto Enrique Atencia, que numeró todos los bloques de piedra del edificio para colocarlos en la misma posición.

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El arquitecto técnico Pablo Pastor señala el sillar en el que aparece la fecha de 1750. Marilú Báez

La restauración que se ha acometido conserva en gran medida la intervención de Atencia, que mantuvo en la zona central del pavimento interior de la capilla parte de su primitivo suelo de baldosas de mármol blanco y rojizo, muy similar al de la Catedral. No obstante, el revestimiento interior de las paredes ha sido sustituido por un mortero de cal que va a ser pintado de blanco. Asimismo, se van a recuperar cuatro vigas de madera que existían en el techo, y se ha reproducido la antigua puerta principal de madera y forja, de la que quedan testimonios fotográficos.

Tras esa puerta se va a colocar un cancel de cristal para permitir que pueda abrirse durante el día y dejar al culto una nueva imagen de la Virgen del Carmen que está siendo ultimada por el escultor malagueño Juan Vega. La obra muestra a la Virgen sedente, sobre una nube con cabezas de ángeles, sosteniendo en sus manos al Niño Jesús y el escapulario carmelita. Las piezas de orfebrería para esta escultura de madera tallada y policromada han sido realizadas por el taller sevillano de Orfebrería Maestrante.

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A partir de este verano, este espacio infrautilizado del puerto recuperará su uso como lugar de culto, en su planta baja, y también ofrecerá un pequeño lugar expositivo en la planta superior, a la cota del paseo de la Farola. Incluso se recolocará la campana original de su espadaña, conservada por la Autoridad Portuaria durante las últimas décadas por si algún día volvía a sonar.

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