El puente de la Azucarera, durante una crecida en el año 2016. Salvador Salas

El proyecto para reforzar el puente de la Azucarera y poder afrontar la última obra contra las inundaciones se retrasa

Es la segunda ampliación de plazo que piden las contratistas, habida cuenta de la complejidad técnica de la actuación, clave para ampliar después sus vanos para dejar pasar mejor el agua y blindar el tramo final del Guadalhorce

Jueves, 3 de julio 2025, 11:56

Normalmente, suelen trascender con más asiduidad los casos de desencuentros entre administraciones. Pero hay casos en los que, tanto a nivel político como técnico, se ... convierten en excepciones a la regla. Y el de la solución a los problemas de inundabilidad del tramo final del Guadalhorce es uno de ellos. Gobierno, Junta y Ayuntamiento trabajan de la mano. La lástima es que la celeridad de estos proyectos brilla por su ausencia, dados los condicionantes administrativos y burocráticos.

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En este caso, Málaga sacó a concurso el pasado 3 de septiembre la redacción del proyecto para reforzar el puente de la MA-21, coloquialmente conocido como el de la Azucarera. Es la antigua 340, que pasó a ser MA-21 cuando su gestión fue traspasada al Ayuntamiento de Málaga por parte del entonces Ministerio de Fomento. Fue en 2013, dentro de un lote de los 34,9 kilómetros de carreteras estatales que pasaron a ser responsabilidad municipal a cambio de obtener los suelos del campamento Benítez para habilitarlo como parque.

Este refuerzo del puente es fundamental. Necesita estar preparado para que el Gobierno amplíe sus vanos, para dejar mayor luz de paso para el agua en caso de avenida. Ese proyecto se encuentra en fase de evaluación de impacto ambiental, concretamente en el momento de consultas a diferentes organismos y administraciones.

Consultoría

El proyecto de refuerzo del puente fue adjudicado por 95.000 euros en términos redondos a la unión de empresas Fhecor e Ingenova en octubre. El plazo era de seis meses, que fueron objeto de prórroga de 2 más en abril y de 3 más ahora, así que la previsión de fin de los trabajos es la última semana de septiembre.

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En cuanto a la seguridad del río Guadalhorce, se ha ido avanzando mucho pero falta esta última pieza del puzle para dar seguridad a los vecinos y zonas industriales colindantes. Máxime cuando ahora se manejan escenarios de estudio con mayores garantías: lo que se conoce técnicamente como periodos de retorno.

Embalses

El río cuenta con numerosos elementos de seguridad. En el curso medio, existe el sistema de embalses de cabecera (Guadalhorce, Conde de Guadalhorce y Guadalteba). En Almogía, la presa de Casasola contiene al Campanillas, afluente por la izquierda. En el curso bajo, se encauzaron los 7 últimos kilómetros en tiempos de la extinta Confederación Hidrográfica del Sur. Y, recientemente, la Junta de Andalucía ha realizado unos trabajos por 7 millones de euros que han reducido los riesgos en el tramo final de manera notable. En concreto, un 60%.

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La obra final correrá a cargo del Ministerio para la Transición Ecológica. Está valorada inicialmente en algo menos de 16 millones de euros. Sin embargo, hay bastante consenso técnico en que regular con una presa el río Grande sería redondo desde el punto de vista de las inundaciones y riadas (cuestión distinta sería para la dinámica de costas y otros factores que habría que estudiar, máxime en un contexto de regresión litoral en Guadalmar).

Con respecto al referido retorno, se trata de pasar de 25 años a 200, el periodo de avenidas estudiado. A eso se llegará con la ampliación del paso bajo el puente y otras obras complementarias en el cauce (demolición de viejas construcciones, la eliminación de la rotonda de l margen izquierda, etc.)

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